La chica sonríe, señalando el asiento al lado de su camilla. Yo me dirijo hacia él, tímida.
—Así que eres Hillary, ¿no? —subo mis cejas, puesto que no me esperaba que supiese mi nombre; asiento — Soy Emily, una amiga desde hace mucho de Bryce —le sonrío; imaginando una linda amistad desde su niñez.
—Son muy buenos amigos —Emily asiente con una decaída sonrisa.
—No sabes cuánto me alegra que tenga más amistades aparte de mí y de Tulim —casi susurra. En este momento mis oídos están al tope de atención, gracias a lo bajo que está su voz —. Con tan solo verte y de lo que me ha contado él, eres una buena chica, Hillary; me agradas.
Alto ahí, espera un momento —¿Él ha hablado de mí?
—Claro. Cuando habla de ti se emociona —mi cara arde; bajo la mirada, avergonzada —. Hillary... —extiende su mano para que yo la estreche, dubitativa, lo hago —, mi mayor deseo es que estés con él en las buenas y en las malas, que le ayudes y que le des apoyo. Como ya ha de saberse, está solo y se siente de tal manera.
» Lastimosamente no puedo seguir haciéndolo, mi tiempo de vida es corto y... me duele marcharme, dejando dolor en él. Confío en ti, Hillary; por favor, prométeme que no lo abandonarás —sus ojos caídos se llenan de lágrimas. Tomo aire para no llorar con ella, asintiendo a su petición.
—Lo prometo —susurro en un hilo de voz. Ella ensancha la sonrisa, inclinándose para abrazarme; por eso me levanto y la estreso en un suave abrazo.
—¿Todavía no son novios? —pregunta de la nada, haciendo alterar los nervios. Ríe al ver mi actitud— Venga, chica, que desde lejos se nota la química que tienen ustedes dos; a parte, se ve que lo quieres —juro que mi cara está a merced de hervir una olla con agua.
Ríe de nuevo al oír mi torpeza en aclarar la situación que obviamente, no es de aclararse porque es más claro como el agua.
No oí lo que dijo después porque su voz se agudizó tanto que mis pobres tímpanos no fueron capaces de escucharla. Además, se negó divertida en decírmelo.
Luego de esa sofocante declaración, hablamos de pocas cosas: conociéndonos un poco de cada una hasta que la puerta de la habitación fue abierta después de oír como el ruido de algo caerse se escuchó.
Pues resulta, que me estaba contando algo que provocó el alteramiento de mis nervios al mil, haciéndome caer de la silla junto con ella. Emily rio a carcajadas.
—¿Estás bien? ¿De qué tanto hablan? —preguntó un confundido Bryce ayudándome a levantarme después de haber tropezado con mis propios pies y caer de nuevo. Qué vergüenza.
—Venga, Bris, no seas chismoso —ella comparte una mirada cómplice conmigo; riendo bajito al recordar los momentos que pasé con el chico a mi lado. Claro, le conté situaciones que he pasado con él, incluyendo la curiosidad de saber quién era el chico que me gustaba; porque fui pillada de lo enamorada que estoy de él y, por ende, Emily pidió en que le contase algunas anécdotas que pasamos juntos.
Bryce bufa.
Si por mí fuera, me hubiese quedado otro tiempo más con ella, hablando. Pero una pareja entra a la habitación, la mujer llorando al ver a Emily acostada.
El joven me susurra en el oído que son sus padres.
El par de mayores saludan alegres a Bryce, quien no duda en brindarles una cálida sonrisa, yo, por mi parte, solo sonrío y devuelvo los saludos; presentándome cordialmente anunciando mi nombre y ser una amistad del amigo de su hija.
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100 días para conquistarte
Novela JuvenilSinopsis:: Sus carcajadas, su hermosa sonrisa y sus graciosas locuras, fue lo que llamó tanta la atención de ella. Ese chico chispa y activo de su grupo, logró que el corazón de Hillary revoloteara con tan solo verlo. No es popular ni mucho menos el...