Capítulo 15

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"Libre"

Chiara Morelli.

Tras mi cena con Antonello, debía de quedarme más tiempo en mi casa para gestionarlo todo y dejarlo medio preparado para cuando tuviera que tomar el trono y dejar a mi padre. También, termine de ultimar los detalles del rescate de Angelo y prácticamente, estoy a la espera de que todo se desate para huir y continuar con todo lo que he dejado en Sicilia.

Durante mi estancia fuera de aquí, y aún más tras mi charla con Antonello, me he dado cuenta de que toda mi vida es un temporizador esperando a que llegue al minuto cero para seguir arrastrándome más a las aguas turbias de mi familia.

No puedo seguir así.

No cuando todo se me puede arrebatar en cuestión de un pestañeo.

La historia de Antonello y su esposa aún ronda en mi cabeza. Una verdadera historia de amor dentro de la mafia, que fue destruída por ambición y arrogancia. No quiero una historia de amor, pero tal vez, pueda obtener una probada de lo que sería tener una relación auténtica y no una alianza para toda la vida.

Lo que al principio era una amenaza para mi integridad y su trabajo, ahora resulta ser una liberación para todo. No quiero nada serio con él, por mucho que lo desee, no puedo encadenarlo a mi vida de traiciones y venganzas. No podría vivir sabiendo que lo he arrastrado a ese tipo de vida, pero al menos, hasta que me marche puedo sucumbir un poco a la felicidad que parece no estar hecha para mí.

Llegado a este punto, no me importa nada. Ni que mi hermano esté a unos cuantos metros de distancia, medio borracho, o que la hermana de Gian también esté presente dormida en el salón. No me importa.

Saco la camiseta por encima de mi cabeza mientras veo como la puerta se abre con lentitud revelando su presencia. La tiro lejos y sigo con mis vaqueros, los desabrocho, sintiendo su mirada en todo momento.

— ¿Estás segura? — Pregunta con la voz enronquecida y casi puedo sentir que no quiere saber mi respuesta.

Lo he rechazado más de lo que me gustaría, pero esta vez no. Ya no más.

No le respondo, dejo que su mente divague mientras saco los vaqueros y los lanzo lejos de mí. Mi ropa interior arde y aunque por la oscuridad no puedo verlo con claridad, la intensidad de su mirada en mi cuerpo, provoca que mis pezones se tensen y que todo mi vello se erice, ansioso por su toque.

Me quito las últimas prendas hasta quedar totalmente expuesta.

Esta situación casi me recuerda a la segunda vez que nos encontramos. Cuando salía de la ducha y choque con él. Parece que fue hace un siglo cuando sucedió eso, cuando lo conocí.

Da un paso hacia adelante y después otro hasta que la punta de sus zapatos roza los dedos de mis pies, hasta que la tela de su camiseta roza mis pezones robándome un ligero gemido. La tensión entre nosotros es tan pesada y asfixiante que ni siquiera sé cómo he aguantado tanto tiempo sin ceder a él.

— No pienso dejarte ir, Chiara. — Centro mi atención en sus profundos ojos azules, ahora más oscuros que nunca. — Si pongo mis manos en tí ahora mismo, te juro que no seré capaz de dejarte ir más.

No puedo responderle, creo que he perdido la capacidad de hablar, pero hago lo único que sé hacer. Tomo sus manos y las guio a mi cuerpo. Solo necesita el contacto de nuestras manos para reaccionar de la forma que mis sueños siempre me mostraban.

Acaricia mi abdomen con lentitud, mi costado y luego guía una de sus manos hacia arriba. Roza mi pezón liberando otro gemido de mi interior, acompañado esta vez con su gruñido. Sigue delineando mi piel hasta que rodea mi cuello y se lanza a mis labios.

Mafia Italiana | Herederos 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora