Capitulo 24.1

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Conway seguía en el juego igualado, aquel Gambino tenia talento o suerte prefería llamarlo, pero no la suficiente como para ganarle. Le quedaban la ultima bola a Conway, buscaba el angulo bajo una atenta mirada de sus mejores opciones y la vio, se posiciono detrás de la bola blanca y con un leve toque, no muy fuerte, la bola numero 8 entro suave dándole la victoria a Conway.

--Eso fue suerte --menciono el Gambino al cual tan solo le quedaban tres bolas.

--Yo siempre gano --alardeo el mayor comenzando a acomodar todo nuevamente para una siguiente partida.

Nada pasaba desapercibido y con eso se refería a las trampas que hacia el Gambino con sutileza, acomodar las bolas a su favor o descuidadamente meter una de forma ilegal, pero Conway seguía con la ventaja y gracias al whisky no se molestaba en corregirlo pues no hay nada mejor que ganarle en su propio juego.

--No se como lo hace --comento Tony mirando nuevamente como todo estaba a favor del mayor.

--Guss --Conway negó con la cabeza al darse cuenta que estaba por nombrar a Gustabo-- un viejo conocido --se corrigió Conway-- suele decir que la fortuna le sonríe a los necios.

--Entonces usted es muy necio.

Conway dejo pasar el insulto, al contrario le dio cierta gracia la tonalidad, Gustabo habría dicho lo mismo en esta situación.

--Puede ser.

¿Era eso lo que el Gambino estaba viendo? ¿Era eso lo que ciertos policías notaron de reojo y se quedaron observando? ¿Jack Conway le había sonreído?

Tony Gambino negó con la cabeza sin borrar esa alardeante sonrisa de su rostro, no cualquiera hacia sonreír a Conway, ya sea por el alcohol en sangre o por lo que sea, era algo que nuevamente alardearía cuando todo esto terminara.

--Debería ir a repartir unos tragos.

Conway agarro el suyo propio para darle un trago.

--Ve capullo.

Gustabo ya no estaba en la barra, ahora mismo estaba acompañado de Horacio quien con unas cervezas en la mano lo saco de su lugar para llevarlo a donde ahora estaba sentado con algunos de sus viejos compañero de trabajo, charlaban y hablaban. Lo normal, atracos, civiles, Gustabo se sentía un poco de mas en la conversación pero Horacio lo hacia sentir uno mas del grupo, se había inventado una coartada, el rubio comentaba que trabajaba en la cocina del hospital central. Por suerte el doctor muerte no esta aquí para desmentirlo.

Era algo nostálgico ¿Pues hace cuanto fue la ultima vez de esto? fue Freed el ultimo en tomar una cerveza con el grupo de policías, pues Gustabo no había llegado a tanto, o al menos con tantos policías, siempre se limitaba a ser Greco y Leónidas que su casa estaba de pasada para Gustabo. Pero Freed, él era diferente, él no era como Gustabo, él era serio y era considerado un buen compañero, Gustabo, en cambio, era considerado el policía mas hijo de puta después de Conway.

No sabia quien era mas hipócritas, si los mismos policías o si Gustabo al creer que lo tratarían como trataban a Freed.

--Quien diría que tras ese rechazo Volkov volvería a ti --Comento Greco.

--Yo lo sabia --contesto Leónidas-- era obvio.

--Cállate, si tu te enteraste por mi.

--Toda la comisaria se entero por tu parte Greco. Te encargaste de hacerlo publico luego de que Paola dimitiera.

El de barba rio nervioso, pues era cierto, fue él quien escucho la conversación saliendo de armería y como es adicto al chisme, se encargo de que toda la comisaria se enterara de como el Ruso de helado corazón, rompió el del pobre alumno Horacio.

Mi casi algo [INTENABO+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora