14

32 9 0
                                    

—¿Por qué no puedo librarme de ti?—preguntó RenJun, sentando frente al espejo de su habitación.

Justo cuando terminaba de arreglar su cabello vio a JaeMin parado en el marco de la puerta, observándole con una mirada
paradójica. Incluso tuvo escalofríos de lo intenso que se veía hacerlo.

—Te ves muy bien hoy—contestó el menor, cambiando el tema. RenJun tampoco quería hablar de la obviedad de esas palabras. Por supuesto que RenJun se veía bien, ¿cuándo no?

—¿Qué haces aquí? ¿Te has cansado de torturar a HaeChan, o es que Jeno ha tomado tu turno?

RenJun volteó hacia el espejo otra vez, dándose un último vistazo antes de salir. Fue una mala idea, pues uno jamás podía confiarse con JaeMin en la misma habitación. Quitarle la vista de encima al menor ocasionó que éste diera por hecho que estaba invitado a la habitación del mayor, y que, además, estaba permitido para sentarse en el piso, en medio de las piernas de RenJun.

Por supuesto que no estaba permitido.
RenJun iba a empujarlo cuando JaeMin, ni corto ni perezoso, se alzó hasta sus labios y lo besó. Qué va, eso no era un beso, JaeMin se lo quería comer. Sus labios atacaron a un RenJun indefenso, y cuando este quiso apartarse, el menor le retuvo sosteniendo su nuca. RenJun jamás se sintió más confundido en su existencia.

Claro, la confusión duró unos segundos hasta que por fin sus manos reaccionaron, y se quitaron al otro de encima.

—¿Qué demonios?—cuestionó entre jadeos, con los labios ligeramente hinchados. JaeMin no tardó en volver a su posición y abrirle la bragueta de los pantalones—. Oye, avísame si quieres violarme o algo, pero no le hagas de mimo.

—¿Qué demonios pasa contigo?—decidió preguntar JaeMin, en ese instante RenJun detuvo sus manos, apartándolas bruscamente. Na estaba un poco muy frustrado con la actitud del mayor—. ¿Sabes qué es un amor no correspondido? Es ese sujeto que hace que mientras estás tranquilo, suspires como un tonto sin sentido alguno, es ese que te obliga a serle fiel a algo que no es tuyo, es ese que tipo con las ofertas en chocolates y rosas,
es ese que te golpea el pecho cada vez que piensas que estás bien y puedes manejarlo.

Ese sujeto sumamente irritante, golpeando tu puerta a todas horas para recordarte la razón por la que sonríes estúpidamente. Odio el amor no correspondido, me está hartando, y te juro que estoy a nada de envolverlo en una caja con un jodido
moño gigante y enviarlo al Ártico.

—Vaya JaeMin, ¿te has dado cuenta de que has estado hablando de ti mismo? ¿Acaso sabes que metafóricamente haces el 69?

—Hablo en serio RenJun—gruñó JaeMin—. Te niegas tanto lo inevitable que comienzas a parecerte a HaeChan.

—JaeMin—, los ojos de RenJun se entornaron en su dirección—, tú eres ese sujeto irritante que toca mi puerta a
todas horas, por si no te has dado cuenta.

Igual, no puedo mantener una conversación contigo, porque no entiendes nada de lo que sucede aquí. No se trata de que me niegue lo inevitable, es que lo inevitable está mal.

Estoy agotado de explicártelo. No tengo planes de compartir mi vida contigo ni con nadie. No voy a renunciar a mi comodidad y paz mental porque tú y Jeno sean ingenuos y ciegos. La sociedad no está preparada para tenernos indagando qué tal van cuatro hombres en una cama. Yo no estoy preparado para desequilibrar mi hermosa vida.

¿Quieres uno más calentándote en las noches? Paga por compañía. Habrá muchos chicos interesados en hacerlo, incluso si es gratis. Pero deja de meterme.

—RenJun, somos mitad animales. Animales, ¿entiendes?, ¿sabes lo que eso? Nos guiamos por instintos, no necesitamos esa mierda silogística para saber lo que queremos. Nosotros sabemos lo que queremos, nuestros animales saben lo que quieren. ¿Por qué no puedes dejarte llevar? Sé que lo quieres.

Trébol de cuatro hojas - 00line [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora