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Todos los estaban mirando. HaeChan supuso que era normal, ver a dos cambia formas de candado tan juntos como ellos era un espectáculo interesante. Jeno no se había despegado durante las horas de receso y casi estaba colgando de él como sanguijuela, le daba un poco de gracia verlo de esa forma.

No sabía qué es lo que pensaban al verlos, quizá sólo era curiosidad.

Llegaron cerca del mediodía a su departamento, donde JaeMin se la pasaba vagando días enteros en lo que no conseguía contratos importantes. JaeMin les saludó cuando entraron. La isleta de la cocina estaba llena de comida que Na había pedido con antelación.

—¿Saben a qué hora regresa RenJun?—JaeMin tenía medio trozo de carne en la boca, pero eso no le impidió formular su pregunta. HaeChan negó con la cabeza y dirigió su mirada a Jeno, quien estaba en silencio en lo que tragaba.

—Hoy tiene algunos asuntos y me dijo que llegaría tarde.

—¿Y si vamos a visitarlo?—HaeChan no había esperado a que Jeno terminara de hablar cuando la cuestión afloró

de él, haciendo que JaeMin y Jeno le miraran con extrañeza—. No sé, JaeMin y yo no sabemos qué hace ni nada sobre su trabajo. Si partimos ahora no habrá tanto tráfico.

—¿Estás bien, HaeChan? Suenas desesperado por ir—se carcajeó JaeMin y entonces HaeChan dejó su plato, cerrando los ojos por unos instantes.

—¿Pueden sentir a RenJun?

—No—contestó Jeno—, pero no es nada raro, cuando estamos lejos no podemos percibirlo. ¿Tú sí?

—Tengo más alcance que ustedes—asintió—. No sé, es como si estuviese dormido, ¿saben? O como si estuviese muy lejos, casi no lo percibo.

—Si algo malo sucediera lo sabríamos—dijo JaeMin—. Nosotros podemos saber si es víctima de algún daño o está alterado.

—Tienes razón—concedió HaeChan, volviendo a tomar su plato. Segundos de silencio después lo dejó definitivamente y se levantó—. De todas formas quiero ir a visitarlo al trabajo, ¿vienen conmigo o no?

—Qué insistente—aceptó JaeMin.

Minutos después estaban en el automóvil, con Jeno conduciendo hacia el edificio donde RenJun solía parar a menudo por eventos de pasarela. JaeMin y HaeChan eran ignorantes de todo lo relacionado con el trabajo de RenJun, pero Jeno incluso conocía la dirección, lo que le puso inquieto. Mientras más se acercaban la conexión era nula, a esa cantidad de cuadras su olfato ya debía advertirle la cercanía de RenJun, pero no era así. Por el retrovisor notó que HaeChan estaba más ansioso que él, jugando con el dobladillo de su suéter con torpeza.

JaeMin veía por la ventana, contando en voz alta todos los cachorros en la calle.

—¿Ya estamos cerca?—cuestionó minutos después de haberse cansado.

—El edificio está cerca...

—No está bien—cortó HaeChan y, sin ningún aviso, saltó del auto cuando Jeno bajó la velocidad para estacionarse.

JaeMin y Jeno observaron a HaeChan caminar apresurado hacia el edificio. JaeMin fue quien lo siguió.

—¡HaeChan! ¡¿Qué sucede contigo?! ¡Pudiste salir volando!—JaeMin llegó a él cuando HaeChan paró frente a un auto patrulla con las luces encendidas. Sus nervios se crisparon al instante, su voz se quedó atrapada en su garganta al sentir por fin la sensación de inquietud pulsándole en la cabeza.

—¿Qué sucedió?—inquirió HaeChan, dirigiéndose a un policía que estaba cerca.

—Lo lamento, no podemos dar información...

Trébol de cuatro hojas - 00line [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora