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Otra vez sobre la pasarela, con el las luces de la cámaras impactando contra su rostro. RenJun ve al público, busca con la mirada a esa persona. Jeno está ahí, y es la primera vez que alguien que conoce está presente. Las miradas de todos se centran en su figura, pero nadie le mira como Jeno. Hay algo especial en esos ojos, algo que los conecta.

RenJun ama la atención, quizá por ello aceptó ser modelo. Pero con Jeno observándole se da cuenta de que es
distinto, que Jeno no lo mira solamente con admiración, sino con una mezcla de cariño, de cercanía, de años de conocerse y esa ternura con la que ves a un amante.

Al terminar el evento, Jeno está esperándolo en la sala principal. RenJun se acerca a él rápidamente, por primera
vez no para más de lo necesario frente al espejo.

—Huang RenJun, eres impresionante—es lo primero que le dice, sonriendo tan ampliamente que sus ojos también lo hacen. RenJun se contagia de esa vibra de paz y le corresponde.

—¿Crees que JaeMin y HaeChan lograran negociar la paz?—tiene que preguntar, es para comprobar si Jeno ya no está asustado con el tema. Por suerte, Jeno asiente con tranquilidad, metiendo sus manos a los bolsillos.

—Sí, tenías razón, JaeMin es bueno con estas cosas. Lo hará bien.

—Tengo que darles puntos a ti y a JaeMin por no rendirse con esta locura, quiero decir, las cosas pudieron haber salido peor.

—Bueno, no es como si JaeMin y yo no tuviésemos miedo, es que el rechazo nos sienta muy mal—aclaró Jeno, avanzando junto al mayor hacia la salida—. A tu favor puedo decir que eres más razonable que HaeChan.

—No lo creas—RenJun le miró de reojo—, aún tengo miedo. No sé cómo podremos superarlo.

—¿Por qué no confías?—Jeno tomó el brazo de RenJun, buscando tomar su mano—. Puedes confiar en muchas cosas sin querer, por ejemplo, confías en tu corazón, en que no va a detenerse de un momento a otro; al subirte a un taxi, confías en el conductor; al estar sobre la pasarela, confías en el público. Entonces, ¿por qué no puedes confiar en ti mismo y en nosotros? Haremos que funcione.

—Tener miedo es normal, estamos en terreno desconocido. Es difícil.

—¿Sabes cuál es la mejor manera de superar el miedo?

—¿Cuál?

—Confiar.

— Hoy amaneció cálido, para mi suerte. Llevo durmiendo más de tres horas en el baño y no sé cuánto más pueda aguantar, ya casi no me quedan provisiones y él sigue afuera. En algún momento encontrará la llave y vendrá por mí… Necesito ayuda. En cuanto escuchen esto, por favor, ¡AUXILIO!

—¡No podrás estar encerrado ahí por siempre!

—. ¡¿Lo oyeron?! ¡Enloqueció! ¡No podemos confiar en su apariencia humana! ¡Es un animal!... ¿Qué es eso? ¿Es el sonido de las llaves?... Oh no…

—¡Ahora sí, mariquita!

—. ¡No! ¡AYUD…!

Los pitidos retumbaron en la habitación, haciendo que Jeno pateara el teléfono para apagarlo y volviera a acurrucarse contra el cuerpo de RenJun..

—¿Crees que estén bien?—murmuró adormilado, hundiendo su nariz contra la curvatura del cuello del mayor.

—Sobrevivirán—respondió RenJun, más dormido que despierto.

¡Ustedes necesitan volver en este mismo instante! ¡RenJun! ¡Jeno! ¡Esto es una llamada de emergencia!

—Es muy insistente.

Trébol de cuatro hojas - 00line [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora