Capítulo 22.- Ya no estás sola.

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Jade.

El agua estaba calientita, al grado de estremecer mi piel apenas y mi pie toco el agua dentro de la bañera. Suficientes burbujas acompañadas de sales de baño que olían muy rico.

Me senté en dicha bañera humedeciendo mi cuerpo, seguido de mojar también mi cabello el cual, estaba lo suficientemente enredado. El baño me estaba reviviendo, haciéndome sentir mucho mejor que los últimos 15 minutos.

Enjabone mi cuerpo seguido de aplicar shampoo en mi cabello al cual, no le entraban ni los dedos de tan enredado que estaba generando un poco de frustración en mí, segundos después, encontré el acondicionador el cual haría mucho más fácil el proceso de desenredar cada nudo en mi cabello.

Me quede unos minutos más dentro de la bañera apenas y termine de asearme. No niego que había mucha tranquilidad en esta casa o tal vez, Matt generaba ese sentimiento en mí y yo solo buscaba justificarlo.

Es un caballero. Admito que hay momentos en los que suelo desconfiar de el por el simple hecho de ser hombre, me aterran tanto que vivo a la defensiva por si quieren dañarme, a pesar de que sé que él es incapaz de tocarme siquiera un cabello.

Todo se detuvo desde que lo encontré en la calle, mi cabeza detuvo la guerra de malos pensamientos, oleada de recuerdos amargos, mismos que me tenían al borde de la locura, sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo, apaciguo el caos que era mi cuerpo y mente en ese momento.

Salí enredada en una toalla de la bañera, cuidando no resbalar evitando el caer. Al momento de entrar, no me percate que Matt, había dejado ropa doblada sobre la tapa del escusado, una camiseta negra, un pants gris, calcetas negras.

-Tendré que hacer uso de mis bragas y sostén. –susurre al darme cuenta de que eso faltaba en la ropa.

Más que obvio, Matt no tendría a la mano dichas prendas, creo yo. Me vestí rápido al sentir frio recorrer por mi cuerpo luego de solo tener puesta la toalla. Desenrede mi cabello con el peine que Matt había dejado sobre su tocador, a un lado del peine, se encontraban dos cepillos de dientes, uno verde y el otro rojo, incline mi cabeza al considerar que tal vez, Matt podía tener pareja.

-Jade, deje un cepillo de dientes nuevo por si necesitas usar alguno, el mío es el verde. –dijo tras la puerta.

-Acabo de notarlo, gracias.

Suspire aliviada apenas me aclaro tal punto, admito que, si me espante de solo imaginar que podían partirme la cara por estar con Matt y más, si se trataba de un súper... Como él.

El cepillar mi cabello no fue tan complicado como lo creía, ese acondicionador había hecho maravillas en mi cabello, lo sacudí un poco dejándolo secar al aire libre, coloqué un poco de crema en mis brazos ocasionando un poco de ardor sobre las heridas causadas por mis uñas, aplique otro poco en la cara, para después, cepillar mis dientes.

Necesitaba tanto de un baño sin yo darme cuenta que cuando lo tomé, sentí que renací. Estaba mucho más tranquila que cuando llegue, no niego que la sensación de incomodidad acompañada de un poco de ansiedad sigue presente, aun no se va y no pretende hacerlo.

Abrí la puerta del baño saliendo de este, apagando la luz apenas cerré la puerta.

- ¿Mejor? –pregunto mientras extendía su mano hacia mí.

-Mucho mejor, estoy más tranquila y ya no huelo mal. –ambos reímos.

Tome su mano encaminándome hacia la cama para sentarme a su lado.

- ¿Cómo me encontraste? –pregunte curiosa.

- ¿Quieres venir? –abrio sus brazos queriendo tenerme abrazada a él.

Sombra de Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora