Capítulo 14.- Destellos de colores.

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Una semana después...

Sábado por la noche.

Jade.

La gripa ya estaba pasando haciéndome sentir un poco mejor conforme avanzaban los días, los antibióticos, el té y los caldos habían hecho un gran trabajo, hasta ahorita lo único que quedaba de la gripa, era el molesto escurrimiento.

*Tocan el timbre*

- ¿Puedes abrir Jade? Por favor. –asentí mientras me encaminaba hacia la puerta.

Asome mi ojo izquierdo por la mirilla de la puerta, tras la misma, había un mensajero con una caja en las manos esperando a que abriera la puerta.

-Buenas noches, ¿la señorita Karen Page? Tengo un paquete para ella.

-Buenas noches, enseguida viene. –el asintió mientras yo llamaba a Karen, misma quien se encamino hasta la puerta.

Salí de ahí para no verme tan entrometida, me encaminé hacia la cocina a terminar de lavar los platos que había dejado inconclusos, enjuague todos y cada uno para luego secarlos.

Escuche la puerta cerrarse y a Karen aproximarse con el paquete, acomode los platos, para luego secar mis manos en el mandil que había tomado para no mojarme.

-Jade ven, son las invitaciones para mi pedida. –dijo gustosa de tener sobre sus manos dicho paquete.

Sonreí curiosa de verlas, saque el mandil que traía para luego encaminarme hacia Karen quien dejo el paquete sobre la mesita para ir en busca de unas tijeras para abrir dicha caja.

El paquete era mediano pero ancho, al parecer contenía muchas invitaciones, volvió enseguida, paso el filo de las tijeras por en medio de la cinta para luego abrir la caja, en efecto eran demasiadas invitaciones, todas acomodadas organizadamente en el interior de la caja.

Saco una de ellas para que ambas las viéramos, papel blanco perla, ligeros detalles de lila y dorado, la letra en cursiva con su nombre, el de su prometido mismo que no alcance a ver, doblada por la mitad, atada con un ligero listón lila, eran sencillas pero muy elegantes.

-Que preciosas, justo como las imagine... Tengo que llamarle a Marco. –se puso de pie mientras se encaminaba en busca de su celular.

Tome la invitación que ella había dejado sobre la mesa, deslice mis dedos sobre la invitación para sentir más de cerca la textura del papel, la mezcla de colores encajaba a detalle congeniaban tan bien, que, a pesar de ser una invitación sencilla, se veía elegante.

El tener esa invitación en mis manos, retrocedió el tiempo...

"Sam y yo frente a una iglesia, en la cual se llevaba a cabo una boda, ambas con el uniforme del ejército, nuestras armas, poco maquillaje, luciendo lo menos femeninas posible.

Ambas estábamos en la caja de la camioneta del ejército, viendo todo el espectáculo en primera fila sin necesidad de ser invitadas.

- ¿Alguna vez te has imaginado ser así de feliz con alguien? –pregunto Sam sin verme, no podíamos apartar la vista de ese mágico momento.

-Me encantaría perder tanto el piso por alguien como para cambiar el negro por el blanco... –comente a lo que ambas reímos.

Sam era mi alma gemela, amigas desde los 4 años..."

Mis ojos estaban inundados en lágrimas de dolor puro, extrañaba con el alma a mi hermana.

Dejé la invitación sobre la mesa, me puse de pie y me dirigí hacia mi habitación, quería evitarme la pena de tener que responder a tantas preguntas si Karen me veía así. Escuche la puerta de su cuarto cerrarse, por lo que supuse que ya no saldría más.

Sombra de Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora