Narradora.
Pasaron tres días luego de aquel incidente.
Tres días críticos para la estabilidad de Jade. Encerrada en las cuatro paredes de aquella, su alcoba se resguardo el tiempo suficiente.
La lucha interna por tranquilizar su ansiedad por ingerir la obligaban a quedarse ahí, antes de salir a embrutecerse con la más mínima cantidad de alcohol o drogas.
Comía dos que tres bocados por comida a lo largo de las 24 horas que el día tenia. El mas mínimo alimento le provocaba algo de asco, aunque por momentos también, la ansiedad la hacía ingerir hasta el último bocado pidiendo más.
Se estaba volviendo loca, su cabeza la estaba traicionando vilmente. No recibía visitas y no porque no quisiera, sino porque no quería aterrarlos. Uno de los tres días en aquel encierro se ducho, los siguientes prefirió pasarlos en la mugre dentro de una habitación mal oliente por la basura que yacía dentro de ella.
Tres días en los que Karen al ver el notorio declive de la estabilidad de Jade, opto por llamar al terapeuta para que tratara a Jade lo más pronto posible, antes de que esta, debido al encierro optara por lastimarse o, terminar con su vida.
-Jade, soy Karen. –dijo Karen tras la puerta mientras tocaba para pasar.
El silencio tras aquella puerta preocupo de manera inmediata a Karen. Toco dos veces más pero ya con un poco más de fuerza, esto despertó a Jade quien se encontraba dormida sobre sus brazos sentada cerca la ventana.
Karen no espero más y abrió la puerta preocupada por el notorio silencio de Jade, ella volteo a verla cansada, la mirada desgastada con evidentes ojeras.
-Jade, no puedes seguir así. –Karen hecho un vistazo hacia la habitación, la cual estaba muy desordenada. El día esta precioso, Matt no ha dejado de llamar...
-Lo se Karen, todos los días lo escucho... -descanso su cabeza sobre sus brazos, nuevamente.
- ¿No quieres salir a dar una vuelta con él? O... ¿recuerdas mi vestido de pedida? –Jade volteo a verle. Te dije que lo abriría contigo, te eh estado esperando para hacerlo.
-Te juro que quisiera Karen mas no puedo, tengo mucho miedo, estoy ansiosa, necesito consumir... -elevo un poco la voz.
Karen negó con la cabeza.
-Yo también estuve en tu lugar hace un tiempo, por las adicciones perdí a mi familia... A mi hermano menor, sé que es lo que sientes en estos momentos, la desesperación, la ansiedad de que ese maldito veneno recorriera por mis venas, entiendo perfectamente tu desesperación y frustración de querer salir, pero temer el recaer.
Los ojos de Jade se inundaron de notables lagrimas luego de pasar saliva en repetidas ocasiones tratar de borrar el nudo en su garganta.
-Karen puso su mano sobre su espalda. El paso más difícil ya lo disté el cual es aceptar lo que eres y querer salir de ahí, los chicos y yo vamos a ayudarte, a salir de ahí Jade...
-Ya no quiero ser una carga Karen, estoy mal, esa recaída fue mi punto de quiebre, les demostró cuan mal estoy y yo no quiero ser una responsabilidad para ustedes, para Matt.
Matt.
Noche tras noche velaba por ella en la altura de aquel edificio frente a su ventana, entre las sombras sin que ella pudiera notarme.
Hoy tampoco quiso cenar. Deslizo el plato bajo la cama, considerara comerlo más noche.
Su rutina era deprimente desde que iniciaba el día hasta que el cuerpo la obligaba a dormir. Jade tenía su corazón débil y las manos temblorosas por la falta de alimento. En ninguno de los tres días quiso recibirme, admito que extraño el sonido de su risa.
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Sombra de Ti.
FanfictionDespués de los acontecimientos ocurridos en 2018, el diablo de Hell's Kitchen decidió poner una pausa a su lucha por el bienestar de una ciudad imparable. Sabiendo que haya a fuera, había otros justicieros buscando el bien, prefirió parar y seguir a...