Capitulo 16.- Philip y Ezequial.

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Narradora.

Tiempo atrás...

Jade y Samantha se hicieron amigas prácticamente desde la panza de sus madres. Las esposas de dos mejores amigos, unidos desde el preescolar.

La hermandad entre Philip Amadeus y Ezequial Barnes fue tan fuerte que sus hijas terminaron por convertirse en lo mismo que ellos eran, dos mejores amigas.

Una tan inseparable de la otra, las mismas escuelas, los mismos gustos por las comidas, los animales y uno que otro color favorito que compartían sin pelear. Samantha y Jade se volvieron una sola.

Al llegar los 18 años, tanto Jade como Samantha demostraron un interés por las armas y los hombres uniformados, no como interés amoroso si no como mentores, desarrollando así, la idea de enlistarse en el ejército.

Philip jamás cuestiono las decisiones de Jade pero esta vez, había algo que no lo convencía del todo, mientras de que Ezequial, emocionado de la decisión de su hija, se encargó de recaudar toda la información posible para que antes de ingresar, supieran más acerca del ejército.

-Zaque, no quiero que Jade ingrese al ejercito... Para ya. –dijo con leve molestia luego de que le diera un montón más de folletos del ejército, pero esta vez, ya con los requisitos para enlistarse.

-Vamos hermano, solo son folletos. –dijo a media sonrisa.

Actualidad.

Matt.

Un beso y una declaración que me tomaron desprevenido totalmente, sabía que en algún momento lo confesaría pero no creí que, se sintiera lista para hacerlo así de pronto.

Acaricie su mejilla mientras sonreía en medio del beso, descanso su frente en mi nariz, su corazón latía a ritmo cardiaco regular, sus manos temblaban levemente y el sudor frio sobre su frente, ceso, Jade estaba en paz.

Envolví su cuerpo con ambos brazos sin apretarla demasiado, un abrazo que complementaba perfectamente nuestros pedazos rotos de corazón y alma, el ligero calor de ambos cuerpos unidos transmitía una paz interminable, acompañada de un silencio en donde solo nuestras respiraciones tranquilas, podían escucharse.

-También lo estoy y como un idiota. –dije, Jade se despegó un poco de mi cuerpo para encararme, su corazón se aceleró un poco.

- ¿De verdad? –asentí.

-Hace unos días en el estudio, te lo dije, tus sentimientos hacia mí siempre fueron correspondidos Jade. Aquel día que coincidimos en aquel terrible momento de tu vida, te desmayaste y mientras te hacia compañía en la parte trasera del vehículo de Foggy, lo supe.

- ¿Qué? –comento ingenua.

Negué con la cabeza mientras esbozaba una sonrisa de vergüenza, me sentía tan cursi, tan blando, vulnerable o cobarde de doblegarme así por una mujer, a quien apenas conocía. Solo bese su frente, para luego tomarla de la mano e irnos a casa.

Jade guardo silencio todo el camino a casa, en repetidas ocasiones volteaba a verme confundida del porque había irrumpido ese momento tan abruptamente como si tuviera miedo y tenía razón, en cuestiones de amor, era un cobarde que temía ser lastimado nuevamente por este sentimiento, mismo que la última vez y por una perdida, casi me mata.

- ¿Tienes algún color favorito? –pregunte rompiendo esa barrera de silencio entre los dos.

-Sí, -dijo cabizbaja pateando la nieve. Dos de hecho, el rosa y el negro, para nada combinados. ¿Tu? –dijo llevando su mirada hacia mí.

Sombra de Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora