02. Visita
Somos como líneas paralelas:
siempre cerca, nunca juntos
- AnónimoAva Brown
Anna estuvo cosa de una hora llorando y abrazándome, prometió llamar todos los días y me deseó un feliz verano. Probablemente no nos veríamos en mucho tiempo, yo me iría a Boston University en septiembre y ella iría el año que viene a la universidad de Toronto.
Solté un suspiro cuando aparqué mi MINI blanco frente a mi casa y me quedé un par de segundos en el coche, esperando.
El Mercedes de mi tío, Peter Stone, estaba aparcado fuera y tener que lidiar con él resultaba agotador la mayor parte del tiempo.
Bajé finalmente, aunque sin quererlo, y me adentré a casa. Escuché sus voces y risas desde el comedor, estuve tentada a meterme en mi cuarto y no salir hasta mañana pero mamá me atrapó.
—Ven, Ava, tu tío está aquí.
Suspiré, entrando al salón. Mi tío era el alcalde de Blue City, su pelo era igual de negro que el de mi madre y sus ojos verdes estaban llenos de intenciones ocultas. Su rostro estaba arrugado, sus casi sesenta años le pesaban por la mala vida que había llevado, pero aún así seguía teniendo la vanidad de un joven veinteañero que acaba de entrar a la universidad.
Como si pudiera comerse el mundo.
Tío Peter estaba sentado en una butaca, con las piernas extendidas en una pose segura y orgullosa y con un botellín de cerveza en su mano izquierda. Papá, siempre alrededor suyo, estaba en el sofá grande con otra cerveza. Mamá volvió a sentarse, al lado de papá, cuando me vio entrar.
—Hola, tío Peter —sonreí, dejando la mochila en el suelo y sentándome en la otra butaca que había.
—¿Cómo va, Ava? —cuestionó, sonriendo.
Mi tío era insoportable, un idiota y un misógino demasiado retrógrada, pero yo era su única sobrina y era la favorita.
—Bien, la escuela ya ha acabado y estoy deseando comenzar la universidad —sinceré.
—¿Al final que vas a estudiar?
Hice una mueca, no quería escuchar de nuevo sus reproches.
—Literatura, tío.
Él en seguida comenzó a sumirse en un monólogo sobre como iba a ser una muerta de hambre y lo muy innecesaria que era esa carrera para el mundo actual. Evité rodar los ojos, porque no sería educado hacerlo.
—Pero bueno... Si eres feliz.
—Sí, tío, realmente me apasiona.
Mala elección de palabras.
De nuevo, comenzó otro interminable e insufrible monólogo sobre como uno debía pensar en lo que le convenía para tener un buen futuro y, preferiblemente, un Rolex en la muñeca. No debías pensar en lo que amaba, solo en lo que te daba dinero.
Y mi parte sensata me decía que tenía razón, el amor no me iba a dar de comer (a no ser que el chico fuese jefe de una mafia y me secuestrase para que pudiéramos estar juntos y matase a cualquiera que me mirara y...), pero mi parte soñadora ansiaba encontrar un amor como en los libros.
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Frenesí (LM #2)
RomansaAva Brown era una soñadora. Siempre con la cabeza metida en algún libro, sin darse cuenta de lo que pasaba en el exterior. El romance erótico era su categoría favorita, sin duda. Pero estaba cansada de solo leer las historias. Quería vivirlas. Y...