16. Pelea

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16. Pelea

Que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena
- Joaquín Sabina

Asher Harris

—En algún momento se iba a enterar, hermano —intenté consolar. No se me daban bien estas cosas—. Estoy seguro de que la cachorra recapacitará. Ella os ama.

Lev sollozó, mientras que Ex miraba el suelo con una mueca triste que nunca había visto en él.

Los gemelos, los insensibles gemelos Greco, estaban llorando por una mujer. Por su mujer.

No creí vivir para ver esto.

—Yo os dije que era un mal plan —se encogió de hombros Val.

Lev lloró aún más fuerte.

Compartí una mirada con el menor de todos nosotros, éramos nefastos en consolar a gente. Si Lil o Ava estuvieran aquí...

Bufé.

—¿Y si vamos a tomarnos unas cervezas? —propuse.

—No quiero alcohol, quiero a mi chica —lloró Lev.

—Pero es que tu chica ya no quiere ser tu chica —murmuró Val. Ex le frunció el ceño, lanzándole un cojín—. ¡Vale, perdón! ¡No quería decir eso!

Suspiré, sin saber qué hacer. Demonios.

Mi teléfono vibró con insistencia, y me lo llevé al oído cuando vi el nombre de Lil en la pantalla. ¿Qué había pasado ahora?

—¿Qué pasa? —cuestioné.

Moved el culo hasta casa de Abi, ella nos necesita.

Los gemelos también, Lil, estoy aquí con ellos.

—No me refiero a la ruptura. Su padre biológico ha salido de la cárcel.

¿Qué? —jadeé, pero ella ya había colgado. Tragué saliva, pensando en si debía decírselo a los gemelos. A la mierda, éramos La Manada, y eso estaba por encima de cualquier corazón roto— Chicos, la cachorra nos necesita. Su padre ha salido de la cárcel, el biológico, así que moved el culo.

—¿Qué?

***

La cachorra estaba abrazada a Lil cuando llegamos a su casa. Me encaminé con prisa a mi chica para que me pusiera al día.

—Abigail, por favor —suplicó Lev. ¡Suplicó! Lev no suplicaba—. Me pongo de rodillas ante ti. Te lo ruego. Perdónanos. Por favor.

No creía lo que pasaba. Las rodillas de Lev cayeron al suelo y yo estaba tan sorprendido que casi ni respiraba.

—Suficiente, Lev —chistó Lil, pero él la ignoró.

—Por favor, por favor —continuó—. Te amo, Abigail, eres mi jodida razón de vivir, haces que mi corazón lata. Por favor.

Ex también se dejó caer, sus ojos estaban empañados.

Pero la atención se fue de ellos cuando Tito entró a la casa acompañado por otro hombre. Era más alto y más fuerte que él, si es que eso era posible, pero también estaba lleno de tatuajes. De echo, compartían el tatuaje de murciélago que tenían en la garganta.

Frenesí (LM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora