14. Biblioteca

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14. Biblioteca

El mundo está harto de mí y
yo estoy harto de él
- Charles D'Orléan

Ava Brown

Estaba paralizada. Y eso que a mí no se me había muerto un padre.

Probablemente debería darle mis condolencias a Abi, que estaba sentada junto a Lilith con una mueca preocupada, pero estaba demasiado sobrecargada para hacerlo.

La madre de Abi, la dulce Annaís Davis, había contratado a un sicario que matara al señor Davis. Los padres de los gemelos, a los que había comenzado a considerar unos amigos (o algo así), eran aparentemente asesinos y todos en La Manada lo sabían.

No formas parte de La Manada, Ava, es normal que no te lo digan.

—Oye, listilla —alcé los ojos para mirar a Lilith. Ella tenía a Abi envuelta en un abrazo de lado y me dedicó una mirada verdosa de preocupación—. ¿Todo bien?

—Supongo.

Ash se acercó a mí, poniéndose de cuclillas delante mío y apoyando sus manos en mis rodillas para estabilizarse.

—Hey, pequeña, todo estará bien. ¿Vale? —me sonrió— Nadie va a hacerte nada y lo único que tienes que hacer es no contárselo a la policía.

¿No contarle a un cuerpo de policía corrupto, que traficaba con armas y drogas, que una de las familias fundadoras, que conocen sus chanchullos y a los que idolatran, son asesinos? Sï, será fácil.

Puede que incluso ya lo sepan y solo lo ignoren, como hacen siempre.

—Vale —susurré, como pude—. Siento lo de tu padre, Abi.

—Gracias, listilla —me sonrió, pero la mueca no le llegó a los ojos.

—¿Por qué no nos contaste nada? —inquirió uno de los gemelos, mirándola.

—Leviatán, suficiente, su padre acaba de morir —bramó Lilith, defendiéndola.

—Está bien —la pelirroja la calmó antes de suspirar y mirar a sus novios—. Sabía que si os lo contaba harías arder el mundo.

—¡Obviamente!

—Es vuestro padre.

—Y tú nuestra mujer —cortó el otro gemelo. Exael, supongo—. Dejemos este tema por ahora, solo... Ven aquí.

Exael extendió los brazos y Abi se alejó de la rubia para abrazarse a él con fuerza. Estábamos todos en Santa Catalina. Ash acariciaba mis rodillas de forma distraída, Valak estaba sentado en el suelo, los gemelos de pie, apoyados en una pared, yo en uno de los sofás y Lilith en el otro.

El llanto de Abi no tardó en escucharse, y los gemelos se acercaron a consolarla. Valak intentó buscar un lado positivo, aunque todo acabó en una broma tonta que la menos la hizo reír un poco. Lilith miraba a la pelirroja con preocupación, casi parecía estar pensando alguna forma de hacer sufrir a quien la hiriera. Y Ash se mordió la comisura del labio con aire rumiante.

Todos, absolutamente todos ellos, darían su vida el uno por el otro.

Envidiaba eso. Mucho.

Frenesí (LM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora