11. Fiesta, parte 1

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11. Fiesta, parte 1

Que seas la tentación de muchos
y el placer de solo uno
- Anónimo

Asher Harris

Guao.

Estaba sin palabras. Sin jodidas palabras.

Ava, mi Ava, estaba impresionante. Irreconocible. El vestido blanco resaltaba su tez morena a causa del sol veraniego, la prenda se aferraba a sus curvas y me sentí como si debiera arrodillarme y entregarle una ofrenda como se le hacía a las diosas en la antigüedad.

Mi polla presionó contra mis pantalones. Mi autocontrol nunca había sido un problema, había crecido haciendo artes marciales que se centraban en la disciplina, pero verla a ella me hacía trastabillar.

—Estamos listas, chicos —sonrió Lilith y me obligué a volver a la realidad.

Estábamos todos aquí, esperando a las muchachas. Íbamos a ir a Déjà Vu, un bar musical en las afueras de Blue Beach que por la noche hacía de discoteca. Solíamos ir mucho, para celebrar triunfos (y con triunfos me refiero a hundir a algún hijo de puta) o para relajarnos.

—Estáis preciosas —sonrió Val.

—Sin palabras, Abigail —le soltó Lev.

Exael solo la miró, una pequeña sonrisa dibujándose en su rostro.

Me subí a mi coche con Ava. Lilith y Valak irían en el coche de la mayor y los gemelos junto a Abi en el Jeep de ambos. Cuando ella cerró la puerta, llevé mi mano a su nuca deseando besarla.

—Agradezco que seas mía —murmuré—, aunque me sorprende que un simple mortal pueda tener a una diosa.

Se sonrojó y apretó los labios en una sonrisa.

—Eso ha sonado a Percy Jackson* —bromeó—. Y es una frase para ligar muy mala.

El nombre me sonó, aunque ni idea. Lo dejé ir y asentí, como si lo entendiera, mientras empezaba a conducir.

Ava Brown era un genio. Inteligente, aplicada, responsable y todos esas palabras que se usan para describir a la primera de la clase. Ava Brown era la hija que todos quisieran tener.

Pero no yo. Yo amaba su parte responsable y sabionda, por supuesto, amaba cada parte de ella; pero ansiaba ver su lado descontrolado. Porque nada es más caótico que una mujer que ha estado controlándose toda su vida.

Ava era una tormenta metida en un bote de cristal y yo estaba más que dispuesto a estallar el bote contra el suelo.

Cuando llegamos a Déjà Vu aparqué el coche y le sonreí de lado a Ava antes de bajar. Ella me imitó. Comprobé que las puertas estuvieran cerradas y nos reunimos con mis amigos.

La entrada ya estaba abarrotada de adolescentes. Al fin y al cabo, era un día de verano por la noche. A nadie le importaba emborracharse un miércoles si estábamos en verano.

Ay, como amaba el verano.

Aunque la mejor fiesta era Halloween, y que nadie diga lo contrario.

Frenesí (LM #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora