El sueño (capitulo 5)

439 9 0
                                    

DANIEL

Venir a vivir con mis abuelos probablemente había sido de las cosas más difíciles que había hecho en mi vida, y no era porque mis abuelos fueran malas personas, de hecho eran geniales, a veces se les iba la onda pero era normal en personas de su edad. El problema era que yo en verdad amaba mi antigua vida, mi antiguo hogar, aunque ahí ya no me quedaba nada, simplemente los dolorosos recuerdos de lo buena que había sido mi vida.

La cabeza me dolía, todos los pensamientos que había tratado de alejar de mi mente, con más éxito que antes gracias a Sofí, se empezaban a arremolinar a mi alrededor y me dejaban sin aliento, quería desesperadamente salir corriendo y dejar todo atrás.

-Daniel la cena esta lista.-gritó mi abuela desde la cocina, sacándome de mis pensamientos, no quería ir a comer, me sentía una mierda, sabía que si comía algo rápidamente mi cuerpo lo expulsaría, y yo no quería vomitar, era asqueroso.-No tengo hambre abuela, pero gracias.

Mi abuela se quedo callada, ella odiaba que no fuera a comer, pero gracias a todo lo que paso ahora era un poco más comprensiva, esto solo me hacía sentir más mierda que antes.

-Está bien hijo, te dejaré la comida en la mesa por si te da hambre.

-Gracias abuela-dije sentándome en mi cama, recorrí con mi vista lo que había sido mi cuarto estas últimas semanas, no era nada comparada con mi antigua habitación, pero era algo, tenía una cama, un escritorio y un balcón que daba al edificio de al lado y al parque que había atrás, el balcón era mi lugar favorito, me gustaba salir ahí a pensar y a ver el cielo en la noche.

Había tratado de adaptar este lugar para sentirme un poco más en casa, pero había sido en vano, ya jamás me sentiría como en casa, este pensamiento me abrumaba y me hacia querer dejarlo todo. Yo la había cagado a lo grande y ahora todo en mi vida parecía estar tan mal que yo simplemente quería explotar.

Me acosté en la cama, derrumbado por tantos pensamientos, estaba agotado, llevaba sin dormir demasiado tiempo, mis ojos comenzaron a cerrarse, esto no era nada bueno, dormir implicaba soñar, y los sueños solo me recordaban la mierda de persona que en verdad era, pero yo ya no pude hacer nada, mis parpados comenzaron a volverse muy pesados y se cerraron poco a poco, y cuando menos me había dado cuenta yo ya estaba dormido.

El sueño empieza: La gente llora desconsoladamente, todos visten de negro y usan paraguas, el cielo se cae, también esta triste, no sé qué hacer, escucho el llanto de una persona en específico que hace que mi corazón se estruje y se vuelva cenizas. Todo es mi culpa. Corro lo más rápido que puedo al único lugar en donde alguna vez me he sentido seguro, pero ese lugar ya no me da paz, ahora solo me trae dolor, los recuerdos llegan a mi de golpe y me caigo de rodillas: el choque, los vidrios volando por todas partes, sangre que no es mía, el ruidoso sonido de las sirenas, las luces de la ambulancia, los doctores, las camillas y la brillante luz del quirófano, llanto más llanto, todo es mi culpa no puedo soportarlo…

Me despierto de golpe, jadeando y sudando, me siento mareado y las lagrimas amenazan con salir, giró mi cabeza intentando alejar el sueño de mi mente, me levanto y empiezo a caminar en círculos, por fin decido salir al balcón ese lugar siempre me relaja.

Y cuando llego allí esa paz que tanto había estado buscando me embriaga totalmente y me hace sentir, por un momento, que no hay nada en este mundo que pueda tirarme, ya no más…

Quédate conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora