El kiosco. (Capitulo 15)

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DANIEL.

Ver a Sofí llorar de esa manera destrozó completamente mi corazón, tenía que hacer algo para que ya no estuviera así. Así que sin pensarlo salté de mi balcón al de ella y me paré a su lado, ella aun no se percataba de mi presencia así que puse mi mano sobre su hombro y ella volteó, sus ojos se encontraron con los míos, me miró sorprendida, tenia lagrimas por toda la cara y sus ojos estaban rojos.

-¿Cómo llegaste aquí pregunto poniéndose de pie?-lucía muy preocupada.

-Salté desde mi balcón-dije sin darle importancia y ella abrió los ojos como platos, abrió la boca para protestar pero yo la interrumpí.- ¿Qué tienes?-pregunte quitándole una lágrima con mi mano, ella me vio a los ojos, los tenía llenos de lágrimas, mantuvimos la mirada por algunos segundos y después ella me abrazó y comenzó a llorar desconsoladamente, yo no sabía qué hacer así que simplemente, la abrace fuerte, deseando con todas mis fuerzas protegerla, para que ya jamás nada ni nadie le hiciera daño.

Ella se apartó de mi lado y me miró con una sonrisa.-Hoy he sido una completa bebé y no he parado de llorar en todo el día.-Me dijo viéndome a los ojos.

-Es bueno llorar a veces, ¿Ya te encuentras mejor?-pregunté mirándola preocupado.

-Creo que si, gracias.

-¿Quieres salir a caminar?-pregunté de improviso, la verdad es que no quería regresar a mi casa y tener que enfrentarme a la realidad, me gustaba estar con Sofí y olvidarme de todo por un momento.

-Creo que sería genial-dijo sonriéndome, yo le sonreí de vuelta.-Ven no pienso saltar por el balcón.-dijo riendo y yo reí con ella, me tomo de la mano y sentí como la piel de todo mi cuerpo se erizaba con su simple roce. Me quío hasta la puerta principal, y silenciosamente la abrió, salimos y bajamos las escaleras de edificio.

Llegamos al parque, todo se veía pacífico, no había personas, las luces de los faroles le daban un toque cálido a los árboles y la luna lucía increíblemente hermosa justo sobre nosotros.

Sofí caminaba en silencio junto a mí, aún no nos habíamos soltado las manos, caminamos por algún tiempo sin hablar, no hacía falta, todo se sentía perfectamente, por lo menos para mí.

Cuando estábamos cerca de el lago, Sofí me soltó y se paró en frente de mí.-Perdón por haber llorado así, es que no fue un buen día para mí.

Yo le sonreí.- Tranquila, todos tenemos días de esos.-Ella me regaló una gran sonrisa, después se fijó en mi playera, que estaba llena de sus lágrimas.

-Dios, ensucie tu camisa, cuánto lo siento.-dijo riéndose y cubriéndose la cara.

Yo reí con ella escucharla reír era lo mejor del mundo. –Tranquila.

-¿Mañana irás a trabajar marinero?-dijo caminando nuevamente, yo la seguí y sonreí.

-Si y ¿tu?

-Desgraciadamente.-me dijo con una mueca.

-¿Qué te parece si mañana nos vamos juntos y esta vez si te acompaño por tus hermanos?.

-Suena genial.-dijo sonriendo.-Oh mira eso.-dijo señalando un kiosco alumbrado con una serie de luces, dentro del kiosco había flores y una banca.-Vamos.-dijo tirando de mi mano.

Cuando llegamos ella empezó a ver todo son mucho asombro parecía una niña pequeña, yo solo la veía sonriendo.

-Nunca había visto este lugar, es hermoso ¿no crees?-Me preguntó parándose a mi lado.

-Bastante hermoso-dije viéndola a ella, ella volteó y se encontró con mi mirada y me sonrío.

-Me gusta encontrar lugares así, tan sencillamente hermosos, creo que lo dibujaré.

-¿Tu dibujas?-pregunté sonriendo.

-Algo así-contestó sonriendo.

-Me gustaría ver.-dije viéndola.

-Cuando quieras marinero.-me dijo sonriendo.

Subió las escalera y se metió en el kiosco, yo la seguí, ella se sentó en la banca, yo me volteé y tomé una rosa, cuando me giré a verla le di la rosa, ella se sonrojo demasiado, y me sentí increíblemente bien sabiendo que yo se lo causaba.

-Gracias.-dijo en un susurro.

-Es un placer.

Me senté a su lado y ella se recargo en mi hombro.-En serio gracias por todo.

Yo no contesté, simplemente le di un beso en la frente y cerré los ojos disfrutando de su compañía.

Ella rápidamente se quedó dormida en mi hombro, yo solo la observaba. Deje pasar los minutos no quería despertarla se veía tan tranquila, pero se estaba haciendo tarde y debíamos irnos.

-Sofí.-dije moviéndola un poco, ella abrió los ojos y me sonrío.-odio arruinar el momento pero mañana tenemos que ir a trabajo y ya es bastante tarde creo que tenemos que regresar.

-Claro- me dijo ella poniéndose de pie. Yo me levanté y tome su mano, ella volteó a verme completamente sonrojada y me sonrío.

Y así tomados de la mano caminamos hasta su edificio.

-Buenas noches vecina.-dije dándole un suave beso en la mejilla, no quería que se sintiera extraña si la besaba en los labios, pero la verdad es que yo me estaba muriendo de ganas por hacerlo. Ella me sonrió.

-Buenas noches vecino.- me regaló una última sonrisa y se metió a su edificio, yo me fui a mi hogar queriendo desesperadamente estar con ella.

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Aquí les traigo el próximo capitulo, sé que me tarde como media vida en subirlo pero es que la inspiración se esfumó de la nada ): haha pero ya volvió.

Espero que les guste y si si comenten y voten. Dejen sus criticas constructivas y opinen que les está pareciendo la historia. Bueno los dejo y prometo subir el próximo pronto (:

Quédate conmigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora