DANIEL
Me desperté súbitamente, los sueños habían regresado y ahora eran insoportables, había estado saliendo con Sofí, y eso realmente había mejorado las cosas, y durante un hermoso y largo mes todo fue perfecto. Pero ahora ella y su familia estaban en casa de su abuela, en la playa, muy muy lejos de aquí.
El hecho de que en cuanto ella se había ido los sueños regresaran, me hacia sentir patético, quiero decir, ella no iba a estar siempre, con su linda sonrisa, tenía que aprender a llevar esto por mi cuenta.
Me estiré y salí de la cama, mis abuelos habían salido de compras desde temprano y ya que era miércoles, mi día libre, no tuve que despertarme temprano.
Fui a la cocina y me prepare un sándwich, me senté en la mesa y comencé a devorarlo, en verdad tenía hambre. En mi cuarto mi teléfono comenzó a sonar, corrí, imaginado que sería sofí, pero el mensaje no era de ella, al ver el nombre en la pantalla la piel se me erizo, y sentí que mis piernas no iban a soportarme más tiempo.
"Daniel, por favor contéstame, aquí en casa todos estamos muy mal sin ti, necesito que vuelvas, que me ayudes a soportar esto, regresa por todos, regresa por mi.
Te amo."
En cuanto termine de leer el mensaje me sentí la persona más mierda de este planeta, no sabía que hacer, quería regresar y abrazarla, pero no podía, ya jamás podría regresar.
Salí de la casa y comencé a caminar sin rumbo, deje que mis piernas escogieran el camino, mi mente estaba llena de pensamientos y peor aún, recuerdos, los recuerdos me envolvían y me inundaban de una sensación de impotencia, porque sabía que por más lejos que huyera, por más que intentara empezar de nuevo, los recuerdos me estarían fondeando por siempre, y me harían caer, me embriagarían y no me dejarían sólo.
Iba absorto en mis pensamientos cuando choqué con una chica, le pedí disculpas y seguí con mi camino, vi mi reflejo en el vidrio de un edifico, parecía un completo lunático, con el cabello despeinado, ojeras bajo los ojos, y la mirada que sólo una persona que ha pasado por cosas difíciles e irremediables puede tener.
Me voltee completamente desbastado, una pareja de ancianos venía hacia mi, iban tomados de la mano, sonriendo, demostrando que eran felices, cuando estuvieron frente a mi me observaron como si estuviera loco, aunque probablemente si lo estuviera. Seguí caminando, cuando el fuerte sonido de la sirena de una ambulancia me hizo voltear la vista, la camioneta iba a toda velocidad, con las luces de la sirena cegandome la vista, los otros autos se apartaban para dejarle paso, el paso de la ambulancia hizo que me callera al piso, las imágenes empezaron a llegar sin que yo pudiera hacer algo al respecto.
"Estoy en mi auto, es de noche y voy conduciendo, el esta a mi lado, estamos gritando, no veo ese trailer, intento esquivarlo pero pierdo el control de coche, nos volcamos, los vidrios salen volando por todas partes, el rompe el parabrisas con su cabeza, intento sostenerlo, caemos y pierdo el conocimiento.
Las luces de la ambulancia son segadoras, jamás había sentido tanto dolor en toda mi vida, me llevan a urgencias, no entiendo de lo que hablan, pierdo y recobro el conocimiento cada pocos minutos. Me meten al quirófano y la anestesia hace que me olvide de todo.
Al salir, recibo la terrible noticia, mi mundo se desmorona, todo fue mi culpa..."
Empece a jadear fuertemente, las lágrimas amenazaban por salir, pero las contuve, la gente empieza a reunirse a mi alrededor, no puedo concentrarme, las imágenes siguen llegando a mi y me dejan sin aliento.
Un anciano con facciones amables se acerca a mi.
-¿Te encuentras bien hijo?- me pregunto preocupado.
- Si gracia, yo solo, creo que se me bajo el azúcar.- dije poniéndome de pie.
El sujeto me ayudo a levantarme, le di las gracias, y corrí como jamás había corrido en mi vida.
Me mi teléfono y llame a Sofi.
-Daniel, pensé que ya te habías olvidado de mi.- dijo ella con su admirable voz.
- Yo no me encuentro bien, no se que...
- Dios, ¿estas bien?
- No, es que todo esto es demasiado yo no creo soportarlo, necesito
- Tranquilo, yo estaré allí en unos días y me contarás que es lo que tienes, Daniel todo estará bien, ahora tengo que irme, mi abuela me esta llamando.
Me quede en silencio, me sentía solo y mal.
-¿Sigues ahí?
- Si, yo, esta bien, luego hablamos.
- Aguarda, ¿ crees que podrías venir aquí? Hay muchos cuartos libres, no es difícil llegar, creo que te haría bien despejar un poco tu mente.
- ¿lo dices en serio?
- Claro que si.
- Gracias, yo lo pensare, te quiero.- dije colgando.
Esa noche tampoco pude dormir, al día siguiente decidí ir con Sofí, le dije a mis abuelos y ellos estuvieron de acuerdo. Tome el auto y unas cuantas horas después estaba en la casa de sus abuelos.
Llame a la puerta, estaba cansado, necesitaba dormir, me sentía fuera de mi.
Algunos minutos después una sonriente Sofí abrió la puerta, me abrazo efusivamente, le devolví el abrazo y me di cuenta que la había extrañado más de lo que imaginaba.
Ella se separó de mi y volteo a verme, al contemplar mi estado su cara cambió notablemente.
-¿ qué es lo que te ha pasado? - pregunto preocupada.
-No quiero hablar de eso ahora.
-Esta bien, pasa.- dijo regalándome una de esas sonrisas que me hacia creer que todo podría estar bien. Me tomo de la mano y juntos entramos a la casa de sus abuelos.

ESTÁS LEYENDO
Quédate conmigo.
Romance¿Qué pasaría si todo lo que creías seguro en tu vida de repente se derrumba? y desde ese momento tu vida ya no está en orden. Así se encontraba Sofí, hasta que llego Daniel, un chico que está huyendo de todos sus problemas y que al llegar con esta c...