SOFÍ.
Al instante en que lo vi me ruborice, diablos, caerse dos días seguidos no era algo tan nuevo para mí, pero haberme tropezado con el mismo chico y caerme eso era nuevo, y me hacía sentir bastante patética.
-Así que siempre que nos encontremos tendrás que caerte ¿no es cierto?-dijo Miguel sonriéndome y tendiéndome la mano.
-Exacto, es mi forma única de decir hola.-dije levantándome con su ayuda, el rió.
-Creo que sería más seguro si solo dices “Hola”.
-Eso empiezo a pensar.-dije riendo.
-Y ahora ¿quién quiere matarte por llegar tarde?
-No nadie-dije suspirando y recordando a Daniel.
-¿A dónde vas?-me pregunto sonriendo todavía
-Voy por mis hermanos a su colegio.
-Oh ya veo, puedo acompañarte, si quieres.
-Claro que quiero, vamos.-dije sonriéndole.
-Vamos.-me contesto con una sonrisa más grande.
Durante todo el recorrido hasta el colegio de mis padres estuvimos hablando, no reía tanto como con Daniel, pero su compañía era bastante agradable. Me contó de sus padres y su hermana, vivían en un bonito piso en la parte rica del pueblo, iba a un colegio privado y por eso nunca antes lo había visto.
Miguel era muy simpático, y el hizo la mayor parte de la plática, yo me sentía distraída y mi mente no se alejaba de Daniel y su beso con esa extraña. Sabía que estaba siendo una melodramática, pero no podía evitarlo, él me hacía sentir tan extraña, jamás me había sentido así. ¿Pero en verdad es posible sentir algo tan fuerte por alguien que apenas conoces?
-Ya llegamos.-dije cuando estábamos a las puertas del colegio, empecé a caminar para ir por los chicos, pero me frené.-solo quiero decirte que mis hermanos son algo…como explicarlo…raros.-dije y el comenzó a reír.
-¿Cómo que raros?
-Sí, puede ser que te hagan preguntas extrañas, y probablemente Jorge se meta lápices a la nariz mientras Tomás y Santiago se ríen como un par de lunáticos.
-Nada que no haya visto antes-dijo sonriéndome, le devolví la sonrisa y juntos fuimos por ellos.
Cuando ya estaban los tres con sus cosas nos dirigimos a nuestro hogar.
-¿Eres el novio de Sofí?-pregunto Santi con el seño fruncido.
-No, no lo soy.-respondió Miguel sonriéndome, yo solo sonreí de lado.
-Bien.
-Si fueras su novio tendría que golpearte probablemente.-dijo Jorge.
-¿En serio?-pregunto Miguel
-Sí, es nuestro deber de hermanos, Carlos siempre nos lo dice.-dijo Tomás.
-Con que eso les dice Carlos ¿eh?
-Si-contestaron los tres al unísono.
-Que interesante.
-¿Por qué vino él?-pregunto Santi.
-Porque choque con él y se ofreció a acompañarme, se llama Miguel.
-Hola Miguel.-dijo Santi mirando a Miguel.
-Hola pequeño.-dijo este con una gran sonrisa.
El camino a casa fue bastante ameno, Miguel les conto varios chistes a los niños y estos reían, yo solo sonreía, cuando llegamos al edificio los niños entraron corriendo para saludar a Carlos.
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Quédate conmigo.
Romance¿Qué pasaría si todo lo que creías seguro en tu vida de repente se derrumba? y desde ese momento tu vida ya no está en orden. Así se encontraba Sofí, hasta que llego Daniel, un chico que está huyendo de todos sus problemas y que al llegar con esta c...