Capítulo. 6 Luto.

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Estaba frente a mi closet mirando que ropa ponerme Yaniet y Yamilet me estaban esperando abajo en la sala

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Estaba frente a mi closet mirando que ropa ponerme Yaniet y Yamilet me estaban esperando abajo en la sala. No sabía que ponerme en estas ocasiones, jamás había ido a una funeraria, esta, iba a ser mi primera vez, tenía que ir a cumplir, a pesar de ser nueva en la vecindad y en el cole, ya era parte de todos, así que sin excusas iba a poner mi mejor cara neutral e iría, estaría todo el tiempo que me fuera posible soportar todo aquello.

No podía creer que tantas cosas pasaran así tan de repente, la vida me estaba enseñando que podía ser impactante y podía cambiar en cuestión de segundos. Me puse una camisa manga larga azul oscuro y un pantalón negro, me recogí el pelo en una coleta alta, bajé al encuentro de las chicas.

Llegadas a la funeraria les pedí detenerme, me faltaba un poco el aire, el miedo a no poder entrar a aquel deprimente lugar, amenazaba con asfixiarme. Me puse las manos en la rodillas e hice una de mis técnicas de relajación, parecía funcionar, mis amigas no hablaban, imagino que ellas deberían sentirse parecido, porque la verdad, tampoco las culpo que se podía decir en momento como estos.

Logré tomar control de mi respiración, me erguí y cuando mire allí en una de las entradas que rodeaban a aquel lugar, estaba Mario de pie, conversaba con Henry y Javier, estaban los tres vestidos de negro, era imposible diferenciar cual de todo el más guapo. Claro Mario con aquel pelo rubio y una cuarta por encima de los demás me daba una idea de quien elegir, raro porque siempre me atrajeron los trigueños, pero definitivamente el era la excepción a toda regla. Y mírame yo aquí en pleno velorio y pensando en chicos guapos, no tengo remedio. Me dirigí a ellos seguida por Yamilet y Yaniet, Mario me miró y me habló calmado, no parecía él.

-Vete a cumplir, toda la Familia está alrededor de la caja-

-No, yo no voy a hacer eso- le dije segura de mí, me miró directo a los ojos como si no creyera lo que le había dicho.

Me cogió de la mano me pegó a él con fuerza, pero lo suficientemente discreto como para no llamar la atención, los chicos no dijeron una palabra solo nos observaban, era raro que no se burlaran de aquella situación o bromearan.

-Vas a ir aunque te tenga que arrastrar allí, como que me llamo Mario, te estoy dando la opción de elegir, depende de ti, ¿Qué vas a hacer Mariana, vas a las buenas o a las malas?

- Me vas a tener que arrastrar hasta allí, quiero ver que lo hagas, nunca he visto a una persona muerta y no pienso hacerlo, así que quiero ver que lo intentes- le sostuve la mirada, ciertamente en esto si no iba a ceder, no quería ser mala educada pero lo máximo de lo era capaz era de llegar hasta allí.

El miró mi rostro buscando una debilidad, un porqué que no encontraba. Me sostuvo más fuerte la mano y me dejó muy cerca del rostro violando completamente mi espacio personal y relajó el suyo.

- Venga Mariana, No tengas miedo, y por favor, no hagas una escena, ya estás aquí puedes lograr y cumplir con el pésame a la familia, vale te prometo que yo no te voy a soltar de la mano, ¿estás de acuerdo?- era cierto que estaba siendo comprensivo conmigo, quien era este chico raro, igual no me iba a quejar, me gustaba más que el otro cruel y grosero. Acepté ir.

MarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora