Aquella charla no hizo otra cosa que acercarlos más y más. Rodrigo escuchó cada palabra atentamente y Iván dejó que el omega expresara sus sentimientos con más calma.
—¿Cómo cubres tu aroma?
—Con neutralizadores. Mi dosis de supresores es bastante alta, también —el alfa removió el azúcar de su taza de té mientras hablaba. Rodrigo estaba aprovechando de resolver todas sus dudas, y él no se negaba a darle todas las respuestas. De pronto su mirada oscureció, pensando en lo perjudiciales que podían ser las dosis de neutralizadores en la salud—. No sé cuánto más podrá soportar mi cuerpo...
Rodrigo frunció los labios, descontento por aquella revelación. Él sabía perfectamente lo dañino que era mantener aquella medicación.
—¿Por qué lo haces? —Preguntó con voz neutra, provocando un suspiro cansado en el alto.
—Mi olor me delata. Ser delta me expone demasiado, es muy riesgoso, así que finjo ser beta para tener las mismas oportunidades —cruzaron miradas por un instante, pero Iván la cortó para acercar la taza de té a sus labios—. Además, no quería que me rechazaras...
—Ya no tienes que hacerlo —objetó sinceramente el omega, preocupado por la salud del contrario. Si él era la razón por la cual el delta usaba neutralizadores, quería dejar de serlo—. Al menos no conmigo.
Iván casi se atraganta con el sorbo de té que estaba por ingerir.
—¿Q-Quieres decir que me perdonas?
Rodrigo asintió, enternecido por su tartamudeo. Iván casi se inclina hacia él sólo para agradecerle, aliviado por ello.
—Y sobre lo que pasó... —pronunció, aún un poco nervioso sobre el tema de las relaciones que tuvieron—. Yo...
—Si no te arrepientes, entonces no hay nada que tengas que decir al respecto —le interrumpió el omega, con una mirada tan decidida que despejó cualquier inquietud de su mente—. Yo no lo hago.
Ambos se miraron por un minuto entero, en silencio, tan sólo sonriéndose mutuamente y transmitiendo todo tipo de sentimientos cálidos a través de la mordida. No sabían qué sentimiento se estaba desarrollando en sus pechos, pero no querían que se detuviera nunca.
—No sé qué tan oportuno sea, pero... —Iván dejó la taza de té a un lado, nervioso pero ansioso por probar aquellos labios otra vez. Algo le carcomía por dentro, pero quería asegurarse de no cometer una imprudencia—, ¿Puedo besarte?
Rodrigo sintió sus mejillas enrojecer con rapidez. Él, de hecho, estaba esperando por ello.
—Hace rato estoy deseándolo.
Y sin más que decir, se dejaron llevar por las sensaciones agradables que se retroalimentaban a través de la marca. Besándose sin ninguna influencia; sólo besándose.
Porque querían.
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𝗩𝗜𝗡𝗘𝗚𝗔𝗥 𝗦𝗠𝗘𝗟𝗟 «Cᴀʀʀᴇ x Sᴘʀᴇᴇɴ» omegaverse
RandomRodrigo, un omega con muchos problemas de salud, necesita un compañero que le ayude a pagar la renta. Acepta a cualquier persona con la única condición de que no sea alfa. Iván, un delta que acaba de llegar a la ciudad, necesita un lugar donde vivir...