Rodrigo sintió sus mejillas enrojecer al instante. Él no había comenzado a humedecer su entrada, ¿No? Él no estaba en celo. Ya había terminado. Era imposible.
¿Entonces por qué sus piernas empezaron a temblar cuando Iván se acercó a él a paso lento?
Iván no es un beta.
Un beta no tendría un color rojizo en su mirada. Esa forma tan dominante de caminar, de gruñir, de moverse; un beta nunca olería a alfa.
Un beta jamás le dejaría helado tan sólo con una mirada. Tan indefenso.
Se sentía como una pequeña presa hipnotizada por los encantos de una voraz serpiente. Sólo se quedó allí, estático, viendo con atención cómo Iván acortaba la distancia entre ellos para hundir la nariz en su cuello. Respirando su aroma.
Y entonces lo sintió. Un aroma fresco, casi mentolado, mezclado con un toque de vinagre; atropellando contra su rostro y haciéndole inhalar profundamente. Pudo sentir a su omega nuevamente revolverse en un gemido, provocando que sus piernas flaquearan y su respiración se cortara irremediablemente.
«alfa, alfa, alfa...»
Su omega llamaba a gritos, escapándose de sus labios como un susurro que sólo Iván pudo escuchar. Las manos del alto rodearon la cintura del pelinegro con posesión, totalmente fuera de sí.
—Omega...
Ambos temblaron cuando fueron golpeados por aquel momento definitivo. Ambos sabían que eran predestinados, que la luna los había elegido como compañeros de vida. El omega había hecho el llamado.
Y el alfa, enterrado por la mordida de otro dominante en el cuello de su portador, había despertado sólo para responderle.
El alivio de Rodrigo fue súbito. Se dejó acunar por los brazos de Iván que rodeaban su cintura, hundiendo su propia nariz en el cuello del otro. Con sus ojos, alumbrados por un bonito azul marino, lagrimeando al reconocer a su pareja.
Dejando de lado todos los sentimientos negativos de hace apenas un par de minutos; tan sólo dejándose llevar por el sentimiento abrigador de al fin tener a su compañero de vida. Su alma gemela. Su todo.
Dejándose tocar por el delta por primera vez, sintiendo una gran asfixia si no era acariciado por esas grandes manos que había esperado toda su vida.
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𝗩𝗜𝗡𝗘𝗚𝗔𝗥 𝗦𝗠𝗘𝗟𝗟 «Cᴀʀʀᴇ x Sᴘʀᴇᴇɴ» omegaverse
De TodoRodrigo, un omega con muchos problemas de salud, necesita un compañero que le ayude a pagar la renta. Acepta a cualquier persona con la única condición de que no sea alfa. Iván, un delta que acaba de llegar a la ciudad, necesita un lugar donde vivir...