Capítulo XXXII.

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Desde que Louis comenzó su terapia para poder recuperar el habla y sus habilidades comunicativas, su mejora no hizo otra cosa que acelerarse. De inmediato, el Doctor Horan no tardó en comenzar a moverse entre sus contactos en la búsqueda de especialistas que pudieran a ayudar al omega con la fisioterapia para poder recuperar su masa muscular y eventualmente, que pudiera volver a caminar.

Así que, el primer par meses estuvieron llenos de ejercicios con Louis en la cama, con la única intención de estimular sus piernas y sus brazos, los cuales habían estados alejados de un movimiento regular por casi un año. Fue de esta forma como el omega comenzó a renacer y de estar completamente acostado en la cama, pasó a estar apenas recostado y finalmente a estar sentado, lo que significó un avance en su ejercicio de brazos y le abría la oportunidad de la silla de ruedas.

Se había ganado el respeto del Doctor Bianchi quien apenas volvió de sus vacaciones, no tardó en felicitarle por su trabajo en el paciente y se apresuró a escribir una carta de felicitaciones y que también terminó siendo de recomendación, siendo la última pieza del puzzle que le faltaba para cerrar con broche de oro su pasantía en territorio italiano.

Si bien una parte de él se sentía rebosante de orgullo y felicidad por su éxito, otra parte se llenaba lentamente de preocupación y tristeza, pues haber concluido su  residencia significaba que era tiempo de volver a Mullingar para poder ver a su familia y aprovechar sus breves vacaciones mientras esperaba la validación su pasantía en la Universidad y para descansar un poco antes de volver al ruedo una vez más en algún hospital nuevo en Londres para seguir consiguiendo experiencia y atiborrar su ya perfecto currículum académico y profesional.

Con ese pensamiento acechándole todos los días, decidió aprovechar los días que le quedasen en el hospital para poder aprovechar  el tiempo que le quedaba con Louis, intentando que las preocupaciones que él sentía cuando perdiera el privilegio de doctor y paciente y su poder para comprobar su estado prácticamente las veinticuatro horas del día, tendría que conformarse con la incertidumbre que sentía cada vez que se detenía a pensar demasiado en cómo serían las cosas para el paciente una vez que él ya no estuviese por ahí.

Decidió soltar los pensamientos negativos y hacer lo posible por el bienestar del omega, el doctor Horan no se había separado de su lado en ningún momento, incluso en aquellos días donde no tenía turno, encontraba algunos minutos del día para poder comprobar su estado y quizás algo más.

Algo más consistía en compartir quizás el desayuno, o alguna merienda juntos. El Doctor Horan a diario se veía en la disyuntiva de su rol de profesional y él mismo. Cuando de Louis se trataba, el doctor Horan a veces perdía y era Niall quién tomaba las decisiones y las riendas de la conversación y si era realmente honesto consigo mismo, disfrutaba de todo aquello a pesar de que sabía que no era lo correcto.

Disfrutaba de saludar al omega temprano por la mañana, justo a la hora más deliciosa donde el sol no estaba tan fuerte y las conversaciones del desayuno tendían a ser más largas. A veces, Niall traía comida extra para Louis, siempre algo que no fuera demasiado pesado para su estómago o se alejara de sus pautas nutricionales, pero lo suficientemente delicioso como para que el omega sonriera encantado y satisfecho tras cada mordida de algunas galletas, su barrita favorita o de manera muy excepcional, algún sándwich que Niall gentilmente le partía en trocitos para que no le costase comer.

Cuando la comida se terminaba, las palabras quedaban y aprovechando cada momento, Niall lograba aprender algo nuevo sobre el paciente más misterioso que había tenido en su corta carrera médica.

Hasta ese entonces, entendía que Louis era un chico nacido en Doncaster, en la noche buena de mil novecientos noventa y uno y que por tanto, tenía a lo menos treinta años, pero lo cierto es que apenas alcanzaba a recordar con claridad su cumpleaños número veintitrés o quizá veinticuatro, lo que para Niall fue un detalle crucial y que terminó escrito directamente en su libreta, la cual parecía más un diario de vida sobre Louis y un intento por recuperar lo que quedaba de su vida.

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⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

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