Adicto. | l.s (omegaverse)

Capítulo XVI.

Las horas que siguieron después de la internación de Louis fueron un verdadero calvario. Harry mantenía la mirada puesta en aquellas puertas que lo separaban del omega con el pecho rebosando en angustia y dolor. Mucho, mucho dolor. Por un momento, se imaginó que aquel dolor era parecido al que Louis debía – o no, ya que estaba inconsciente. – de estar sintiendo y deseó que así fuera, deseó que todo el dolor de Louis dejara su cuerpo y lo torturara a él, podría soportar todo si a cambio sabía que Louis se encontraba bien.

Pero no sabía nada y ese era el maldito problema. Liam se había ido en busca de Zayn y aún no llegaba, así que se encontraba solo en el hospital a la espera de que alguno de los doctores que se paseaban a su alrededor le dijeran algo sobre la condición de Louis, sin embargo, todos pasaban de largo sin siquiera pronunciar su nombre y eso estaba poniendo a Harry cada vez más enfermo. Realmente intentaba calmarse pero su alfa estaba estresado y rabioso, pero más que nada, ansioso por ver a Louis y mover el cielo y la tierra porque abriera los ojos o hiciera algún movimiento que indicara que estaría bien. Sin embargo, no recibía nada de lo que quería. Lo único que conservaba de Louis y que lo acompañaba en esa sala de espera era su sangre que había empapado su abrigo y sus manos, dejándole restos bajo sus uñas.

Los recuerdos tampoco lo dejaban solo en ningún momento. Mientras miraba el piso, en su mente desfilaban las imágenes de la destrozada cara de Louis, de su cabello pegado producto de la sangre y del pedazo de tela empapado que le cubría la cabeza y chorreaba su sangre. Era una tortura involuntaria de la cual Harry no podía escapar y que se volvía cada vez peor mientras su alfa le rugía hacer algo ahora, ya que no había hecho nada antes para salvar a Louis y por esa razón ambos se encontraban en el hospital en ese momento.

Aquello era otra cosa que había acompañado a Harry desde que se subieron al auto camino al hospital: la culpa. ¿Hizo lo correcto en haber dejado ir a Louis? No, claramente que no. Quizás si lo hubiera secuestrado, quizás si lo hubiera retenido contra su voluntad como hacían los gángster como él, Louis estaría furioso pero en perfecto estado físico, incluso con un par de kilos de más porque Harry se habría preocupado de que recibiera toda la comida que a Louis se le antojara, intentando de esta manera mantenerlo un poco más feliz dentro del cautiverio en el que lo mantenía retenido.

Pero no, Harry no quería obligar a Louis a nada, ni a quedarse, ni a amarlo y aunque se reprochara no haber podido salvarlo tampoco deseaba haber concretado la idea de mantenerlo a su lado porque, ¿De qué manera lo vería Louis si hiciera ese tipo de cosas? ¿Qué pensaría Louis de las inmensas ganas de llenar de plomo a Kyle hasta descargar el arma que llevaba colgando entre su abrigo? ¿Qué pensaría de todo el odio y la rabia que lo estaba envolviendo en aquella sala de espera? ¿Podría amarlo algún día aún sabiendo que tenía las manos manchadas de la sangre de su novio? Porque algo era cierto, Harry no podría volver a dormir tranquilo sabiendo que Kyle estaba vivo y con el potencial de volver a hacerle daño a Louis. Tendría que matarlo. Iba a matarlo.

— Harry. — Liam tocó su hombro, sacándolo del trance. Detrás de él, Zayn, Trisha y una comitiva de alfas enormes lo acompañaban en la sala de espera. — ¿Estás bien? ¿Has sabido algo?

El alfa parpadeó un par de veces antes de ponerse de pie. Zayn sintió como el interior de su estómago se retorcía cuando vio las manchas de sangre que cubrían a Harry una vez que este estuvo de pie.

— Estoy bien. Aún no me dicen nada. — El beta empujó levemente a Liam para poder hablar directamente con el alfa.

— ¿Tú lo viste? ¿Qué tan...? — Zayn no sabía si quería saberlo, así que ni siquiera pudo preguntar. Estaba a punto de romperse a llorar mientras acercaba las manos al abrigo de Harry para palpar la sangre seca de su amigo impresas en él.