capítulo 12 - los cinco hermanos

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Aitana

Me muero.

Hace unas semanas Gavi me besó.

Y me encantó. 

Si, el Gavi pesado y amargado que siempre está tocando los cojones a todos.

Ese mismo.

Y lo peor es que llevamos todo este tiempo sin hablar y vamos a pasar todas las navidades sin hablarnos. Más o menos vamos a estar un mes sin dirigirnos la palabra.

No se si alegrarme o ponerme a llorar. 

Hace tres días ya que había llegado a Coruña para estar con mi familia. 

-Tatiiii.- gritó mi hermano Antón desde su habitación. -Ven a mi habitación.- volvió a gritar aún más alto.

Me levanté del sofá y fui directamente a su habitación. Al entrar vi a mis cuatro maravillosos hermanos sentados en la cama de Antón.

-¿No tienes nada que contarnos de tu vida por Barcelona hermanita?- preguntó Ainara, mi hermana mayor, con una sonrisa angelical.

Estos saben algo que no deberían saber cien por ciento. 

Ainara es la más responsable de todos con diferencia. Probablemente es la más madura porque tiene veinticuatro años, pero cuando se junta con nosotros parece que tiene cinco años metales.

-¿De que os habéis enterado para preguntarme eso?- pregunté desconfiada mirando fijamente a mis hermanos.

-Nada, solo nos encontramos unas fotos en internet y parece que te llevas bien con cierta personita famosilla y deportista ¿No?- habló Álvaro con una gran sonrisa.

Sabía perfectamente de lo que estaban hablando. Hace un mes más o menos habíamos salido todos de fiesta con los jugadores del Barça y algunas personas sacaron fotos y las subieron a instagram.

-¿Qué fotos?- me hice la tonta ganándome miradas serias de todos.

-Aitana, sabes perfectamente de lo que estamos hablando.- dijo el Antón, el más pequeño de los cinco con un tono de interrogatorio. 

-Bueeeeeno, pues somos amigos. Solo eso.- les dije tirándome encima de la cama.

-Ajam.- habló Axel, otro de mis mil hermanos.- Y me lo voy a creer.-

-¿Nos ves con cara de tontos?- mi hermana se hizo la ofendida. 

-Te lo juro.- levanté el meñique haciendo el símbolo de la pinky promise.

-Tati que somos familia, ábrete con nosotros y cuéntanos tus penas amorosas.- dijo Antón ganándose risas de nuestra parte.

-Sabes que no te vamos a dejar en paz hasta que nos lo digas ¿Verdad?- habló Axel.

Toda nuestra familia tiene el gen cotilla, a parte del pelo rubio y los ojos claros.

-Vale pesados.- dije y ellos hicieron una celebración silenciosa. -Pero ni una palabra a nadie.- les amenacé.

-Somos una tumba Tati.- juró Ainara.

-¿Sabéis el video de tik tok este del colegio en el que salgo?- pregunté y todos asintieron. -Pues al hacerse viral alguno de los jugadores lo debió ver y algunos me empezaron a seguir. En el partido del depor de chicas contra él Barça nos los encontramos y al parecer Amanda es amiga de ellos y cuando nos fuimos a Barcelona nos los presentó en una fiesta.- expliqué.

-¿Te has callado eso todo este tiempo?- preguntó Álvaro y yo asentí con la cabeza.

-Rata asquerosa como no nos cuentas eso.- Axel me señaló juzgándome.

Ahora mismo no sabía si decirles lo del beso o no.

Díselo, se van a acabar enterando.

Totalmente cierto.

-Y el otro dia le dieron una patada o no se que le paso en un partido y se tuvo que ir a los vestuarios. Y vino un señor a buscarme para que fuese al vestuario con él y...- me frene al pensar si debería decírselo o no.

-¿Y qué más?- preguntó Ainara emocionada.

-No te cortes ahora y termina de contar la historia.- se quejó Antón haciendo una mueca.

-Que me beso.- termine de contar.

-Con dos cojones.- murmuró Álvaro llevándose una mirada asesina de mi parte.

-Ole.- Axel se levantó de golpe de la cama. -Mi hermana se ha besado con un futbolista.- empezó a saltar de la alegría por la habitación. -Confiaba en que ibas a hacer algo importante en esta vida. 

-Ya ni me habla así que no te flipes.- dije haciendo que sus caras cambiasen por completo de la felicidad a mirarme con caras de asco.

-El fútbol atonta a la gente.- opinó la más mayor de todos.

-¿Pero hiciste algo malo luego?- preguntó Álvaro.

-Que yo sepa no, bueno, cuando nos estábamos besando entró un amigo suyo y yo me piré rapidisimo de allí.- les expliqué. -Es que me daba mucho corte.- me justifiqué. 

A lo mejor le pareció mal que me fuese tan rápido sin decir nada.

-Qué tonta eres dios mio.- me insultó Axel lanzándome una almohada a la cara.

-Oye, me tienes que consolar. No insular me y agredirme pedazo de empanado.- ataqué lanzando de nuevo la almohada hacia su cara.

-Al menos no le besaste tú te rechazó.- aportó Antón a la conversación.

-Hubiese sido un rechazo épico.- habló Ainara. 

-Es imposible no caer en mis encantos.- aseguré sonriendo ampliamente. 

  

Adrenalina || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora