NO TE VAYAS.

Odio los lunes.

Capituló uno.

La alarma suena por tercera vez y eso me indica que desgraciadamente tengo que levantarme para ir al instituto, odio tenerme que levantar temprano todos los días. Odio los Lunes.

–Olivia ya levántate!–me dice mi mamá, ella es una de las personas más importante que tengo en mi vida

Después que mi mamá quedara embarazada de mi se lo dijo a mí papá y a lo que él estaba en desacuerdo con la decisión que mi mamá me tuviera, pero mi mamá no le importo lo que él quisiera, después que yo naciera se casaron, pero cuando yo tenia tres años se divorciaron yéndome yo con mi mamá, mi papá siguió adelante sin nosotras. Luego del divorcio de mis padres mi papá se volvió a casar con Andrea, una mujer menor que él, tiempo después Andrea y mi papá me dieron la noticia que estaban esperando un bebé. Aunque no viva con mi papá nos vemos debes en cuando para darme una mensualidad y así poder ayudar a mi mamá con los gastos de la casa.

Mi hermano Daniel y yo no tenemos una gran comunicación, pero no me llevo mal con el, las veces que hablamos se porta muy amable conmigo.

–Olivia Elisabeth por el amor de Dios, levántate ya!– me vuelve a decir mi mamá, y por el tono que me lo dice sé que ya está enojada.

Me levanto como puedo de la cama, todavía con los ojos cerrados y me dirijo al baño, tardo aproximadamente veinte minutos en bañarme y luego me dirijo a mi armario a buscar lo primero que encuentro.

Me coloqué una camisa negra floja y unos pantalones jeans azules ajustados que resaltan mis piernas y unos tenis blancos, me maquillo lo más discreto posible, no soy de maquillarme mucho, pero tampoco me gusta verme desarreglada.

–Hasta que por fin la bella durmiente de mi hija se digno a bajar de su cueva (habla de mi habitación), anda apúrate que ya es tarde– me dice mi mamá, ella es doctora en una de las clínicas más importantes de la ciudad, por ello no debe llegar tarde nunca al trabajo.

–Mamá sabes que me cuesta levantarme de la cama, pero ya estoy lista para irme...

Trato de irme rápido para que no me obligue a desayunar. Lo sé, lo sé no es bueno no desayunar, pero vamos la mayoría de adolescentes no nos da tiempo ni de respirar.

–Oye señorita donde cree que va sin desayunar, Olivia sabes que el desayuno es el tiempo de comida más importante del día, así que te sientas y te comes tu fruta con tus tostadas– me regaña mi mamá, pero prefiero no refutarle nada, esta mujer es muy peligrosa si la contradices.

Termino de comer mi desayuno y me dirijo al auto para irme al instituto, mi mamá ya está por subirse al auto y como de costumbre pone su música algo baja para que podamos hablar en el transcurso del camino.

–Cariño hoy saldré muy tarde así que no me esperes despierta, deje comida para que la metas en el horno y cenes, yo estaré mañana por la mañana, si sales avísame por favor cuando llegues a casa – dijo sin despegar su mirada en el camino

–No te preocupes mamá, de todos modos no pensaba salir, quería tener una maratón de películas con Lorena– le dije.

Lorena es mi mejor amiga desde el jardín de niños cuando una niña me empujó al lodo haciéndome llorar, Lorena al verme llorar me ayudo a lenvantarme, cuando de repente me voltee y mire a Lorena jalándole los cabellos a esa niña, desde ese momento se volvió mi mejor amiga.

– Está bien hija, pero por lo que más quieran no se duerman muy tarde y no vean películas de terror, no quiero que se repita lo de la otra vez– me dice entre risas

Esa noche la recuerdo perfectamente, Lorena llegó esa noche a casa un día que mi mamá estaba de turno en el hospital y me propuso que nos quedáramos despiertas toda la noche y que para eso lo mejor seria ver películas de terror, ella escogió la película "#vivo" y ella sabe que odio con mi alma a los zombis, mi peor miedo sería qué hubiera una invasión zombi y convertirme en uno, ¡Dios que miedo!, esa noche no dormí para nada y termine llamando a mi mamá para que regresara a casa, para cuando llego me encontró llorando en la entrada de la casa con Lorena a mi lado tratando de calmarme, esa noche juré no volver a ver una película de zombis en mi vida.

–No te preocupes mamá, aprendí mi lección de no volver a ver películas de zombis en mi vida– dije y mi mamá se rió por el recuerdo de esa situación tan infantil.

–Bueno llegamos, que te valla bien hija, me llamas cuando estés en casa, te amo– me dice mi mama cuando cierro la puerta del auto.

–Bueno mamá, yo te aviso y también te amo– dicho esto mi mamá desaparece de mi vista.

Al llegar al instituto lo primero que hice fue ir a mi aula de clases y sentarme en los asientos de atrás, así podía escuchar un poco de música antes que inicie la clase de literatura que la imparte la maestra Amelia.

Ella en este momento estaba embarazada y su panza parece estallar en cualquier momento, cuando nos dijo que estaba embarazada nos alegramos por ella, ya que es nuestra maestra guía (ósea la encargada de nuestra aula) y es muy linda con nosotros.

–¡Hola Liv!– me dijo Lorena sacándome de mis pensamientos.

–Hey Lore, ¿como te fue con Alex ayer?– Alex era su novio desde hace dos años cuando lo conocimos, bueno yo lo conocí y luego se lo presenté a Lore.

Una vez estaba sentada esperando el autobús, ya que mi mamá no pudo recogerme porque tenía que hacer una operación de emergencia, y al lado mío estaba un chico de cabello castaño, piel blanca, y alto, cuando subí al autobús me senté a su lado y empezamos a conversar un poco, luego intercambiamos nuestros números, llegando a casa le conté a Lorena sobre Alex y entonces decidí que sería lindo que ella y Alex se conocieran, invite a Alex a ir a una cafetería y le presente a Lorena, ese día se la pasaron hablando hasta que pasaron a recogernos mi mamá a Lorena y a mi, luego me enteré que estaban saliendo y se volvieron novios, ahora están juntos desde hace ocho meses.

–Bien, fuimos a ver una película y luego a comer unos helados, fue muy lindo todo– la mire suspirar ante todo los que me dijo mi mejor amiga.

Ojalá yo algún día encontrara el amor, el único novio que tuve fue cuando yo tenía quince años y solo duró cuatro meses, ya que Eliot( el nombre de mi novio para ese entonces)se mudó a Londres por el trabajo de su papá, él papá de Eliot es arquitecto y se consiguió un buen trabajo en Londres, desde entonces no he tenido novio y ya han pasado casi dos años de que mi relación terminó. Eliot en si no fue el mejor novio que se diga, pero lo quise.

–Me alegro por ustedes dos, hacen linda pareja– le digo a Lore.

–Gracias Liv, no entiendo porque no tienes novio si eres una de las chicas más hermosa que he conocido y no te lo digo porque seas mi mejor amiga, te lo digo porque es verdad– me dice Lorena con una sonrisa sincera.

–Te lo agradezco Lore, pero estoy segura que llegará el indicado, tal ves no ahora, pero algún día llegará.

–Eso ni lo dudes Liv si eres hermosa!!!– le sonrió y empezamos a platicar sobre las clases que están súper pesadas y las que algunas no entendemos los temas de estudio.

–Te juro Liv que estoy cansado de las matemáticas, no les entiendo para nada– me dice Lorena.

–No están tan difíciles Lore, lo qué pasa es que como les vas a entenderles si cuando el profe esta explicando tu estás mandándote mensajes con Alex– le digo a Lorena y ella me hace una mueca con la cabeza que me hacer reír.

Él aula de clases se comienza a llenar poco a poco de estudiantes que como de costumbre se ponen a estar con sus celulares o platicado sobre las próximas fiestas que harán, la cual me han invitado varias veces, pero en las que nunca voy, ya que no me gustan mucho las fiestas, mi pasatiempo es más de leer un buen libro, escuchar música o hacer ambas, también me gustan los días lluviosos y los atardeceres, en resumen las fiestas no son lo mío.

De repente se escucha la puesta abrirse y se pude apreciar que él aula se ha quedado en total silencio y es ahí cuando todo mi mundo se detiene y es por la presencia del hombre que está entrando al aula y se dirige al escritorio, no despegó mi vista de él, es total y absolutamente guapo, su cabello, su piel, sus brazos, sus labios son tan rojos como la fresa, su cabello es rubio oscuro, sus ojos son entre verdes y color miel que son como si te atraparan con solo una mirada rápida.

No parece un hombre viejo, de hecho parece muy joven como para impartir clases, parece de unos veinticuatro años aproximadamente, pero es el hombre más guapo que he visto en mi vida, no sé qué tiene pero no puedo dejar de verlo, hasta que sus hermosos ojos conectan con los míos y mi mundo se detienen.

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Holaaaa espero que les guste, es mi primera historia y la verdad me gustaría que me ayudaran a recomendarla. Porfa ayúdenme con su voto. GRACIAS.