REPROBÉ MATEMÁTICA.

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Capituló dieciséis.

Entro al colegio y me dirijo a mi aula, hay unos cuantos compañeros hablando entre ellos pero están otros estudios para el examen, estoy nerviosa, pero tengo que calmarme, así que decido ponerme a repasar antes que el profesor entre. Me concentro lo más que puedo, practico en los ejercicios con los que más dificultades tengo. ODIO las matemáticas. No me gusta ser negativa pero presiento que saldré mal en esta prueba.

Veo a Lorena entrar, sus ojeras están muy marcadas, se nota que se durmió tarde.

–Hola, ¿estudiaste?– le pregunto, ya que si tiene esas ojeras es porque estudio.

–Ni me menciones sobre la prueba, no estudié absolutamente nada.

Ya decía yo que era demasiado real que Lorena se pusiera a estudiar, ella odia las matemáticas más que yo.

–Pero ¿entonces porque tienes esas ojeras?.

–Salí ayer con Alex y llegue a casa a las doce, pero después el me llamo y me dormí a las dos de la mañana, estoy cansada, ni siquiera toque el cuaderno. Olivia necesito que me ayudes.

–Lorena me gustaría ayudarte, pero no puedo pasarte la copia, él se dará cuanta.

–No quiero que me des copia, quiero que me escribas en un papel las ecuaciones y los conceptos pequeños, tu estudiaste, ayúdame, por favor. ¿Si? Hazlo por tu mejor amiga.

Me gustaría ayudarle, pero si nos descubren...

–Lorena y si se entera...

–No se va a enterar te lo juro, ¿me ayudas?– pone cara de cachorro que hace que no me pueda resistir a esa cara, la quiero muchísimo y no quiero que la castiguen por salir mal en un tonto examen.

–Tienes suerte que te quiera– se le iluminan los ojos de alegría.

–¿Es un si?– asiento con la cabeza– ¡Te amo, eres la mejor!– se me tira encima abrazándome y dándome besos por toda la cara.

–Está bien, necesito que me cubras para escribirte las ecuaciones en el papel– asiente haciéndose delante de mi para que no nos vean, ya que aquí son una manada de chismosos.

–De acuerdo.

Escribí todo lo necesario en el pequeño papel, es pequeño pero leíble.

–Toma, es lo que él dijo que estudiáramos– le entregó la pequeña hoja con todo lo necesario.

–Muchas gracias– yo asiento, me está regresando el dolor– ¿estás bien?.

Lorena me conoce bien, y sabe cuando algo me duele o incómoda.

–No, tengo mi periodo– hago una mueca de dolor, me siento realmente mal, siento que me dieron un gran golpe en el vientre.

Me ve con pesar porque ella sabe como me duele el vientre cuando me baja.

–Lo siento, tengo unas pastillas por si las necesitas y tengo toallas.

–Gracias pero también las tengo– ella asiente.

Nos quedamos en silencio para poder estudiar un poco, me está doliendo la cabeza y el vientre, pero prefiero enfocarme en la prueba, tengo y quiero salir excelente en esta materia, el profesor Martín es muy exigente con respecto a las notas que sacamos. Según él es una vergüenza sacar un siete o un ocho, para el la nota mínima es un nueve y la máxima es un diez.

Estoy resolviendo unos ejercicios, trato de recordar de dónde se sacan las cantidades cuando escucho la puerta abrirse...

–Buenos días alumnos– es Damon y detrás de él está el profesor Martín, se me hace extraño que Damon venga a esta hora, ¿no se supone que el debería estar en otra aula dando clases?

NO TE VAYAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora