Al entrar a la casa del árbol, sentí una punzada en el pecho. El aire escapó de mis pulmones. Todo estaba tal cual la última vez que había visto el lugar.
—Wow —dijo Mercy. El polvo y la tierra se habían acumulado en cada rincón, pero aparte de eso, nada había cambiado.
—No puedo creer que esté tal y como lo dejaste.
—Está todo sucio. Se nota que nadie estuvo aquí en un buen tiempo.
—En dos años y poco más, para ser exactos —su mirada se clavó en la mía. Nuevamente, moría de ganas de darle un beso.
—¿Nadie más sabía de la existencia de este lugar? —negué con la cabeza.
—Era nuestro pequeño gran secreto —y no estaba hablando exactamente de la casa del árbol.Mercy se acomodó en el suelo y me agradeció por haberla llevado. Ella trató de explicarme el sentimiento que le había traído el estar aquí, pero yo no podía concentrarme en las cosas que decía. Lo único que estaba en mi mente eran los momentos que habíamos pasado juntos acá...
Me había sentado a su lado, pero necesité alejarme, pues era eso o rodearla entre mis brazos y darle un beso. Las ganas me estaban matando.—Es como cuando un bebé nace —Mercy rió—. Sí sabes sobre eso, ¿no? —sacudí la cabeza. No entendía nada de lo que me estaba diciendo, y tampoco trataba de hacerlo, para ser honestos. Su hermoso rostro me mantenía distraído—. El bebé nunca ha visto el rastro de su madre. Nunca la ha tocado, ni podría saber si es ella o no. Pero reconoce sus latidos, porque los ha escuchado durante meses, incluso aunque no sea consciente de eso.
Me acomodé nuevamente a su lado, esta vez atento a lo que me decía, pero muy lentamente. Necesitaba marcar límites, o sino, perdería el control. Me sentía extremadamente tenso. Nervioso.
De pronto, Mercy puso ambas manos en mi pecho. Tuve miedo de que sintiera mi corazón, el cual estaba a punto de salirse de mi pecho. Me estremecí, sintiendo sus pequeñas manos haciendo calor en mi pecho.
Traté de no mirarla a los ojos, pero no pude evitarlo. No estaba entendiendo del todo lo que me decía, pero podía sentirlo.—Con sólo estar aquí, contigo, puedo saber que fuimos importantes el uno para el otro, Daniel —ella agachó la cabeza, y yo retuve el aire. Me quedé congelado, pues cualquier movimiento en falso me delataría.
—Lo fuimos —susurré mirando sus manos. Quise poner las mías encima de las suyas, pero ese sería un movimiento demasiado arriesgado en ese mismo instante.Nuevamente me agradeció, pero esta vez por volver a su vida. Yo también agradecí internamente por la misma razón.
Entonces mencionó aquella palabra que tanto me dolía.—Lo único que quiero ahora es recuperar la amistad que teníamos —Amistad. Se sentía tan lejana. Como una maldición. El sólo repetirla en mi mente me causaba rabia. Pero traté de mantener mi calma, y entonces le sonreí.
—Lo haremos.Después de conversar y reír un poco, le ofrecí ayudarle con el problema que había tenido con Diego.
Honestamente, ví mi oportunidad y la aproveché. Haría lo que sea para compartir más tiempo junto a ella, así que cuando ella mencionó que no se sentía segura estando con los amigos de Diego, le ofrecí acompañarla.—¿Harías eso por mí? —dijo, y yo sonreí. Eso, y todo lo que ella me pidiese.
—Haría lo que sea por ti, Mercy.Nos quedamos un momento más charlando, y luego decidimos irnos, pues el polvo estaba haciéndola toser demasiado.
Quedamos en reunirnos otro día para limpiar el lugar. Sería nuevamente nuestra guarida. Nuestro escondite.
Entonces nos encaminamos nuevamente a la casa, pero al entrar a la sala por medio de las puertas corredizas, mi sonrisa se borró.—¡Mercy! —Diego gritó en cuanto la vio entrar. Yo entré tras de ella, y su gesto cambió por completo— y Daniel —rió con sorna— ¿Por qué me lo imaginaba?
—Diego, por favor, no empieces. Y, ¿qué haces aquí?
—No me respondías las llamadas y nadie contestaba al timbre, así que entré.
—Te dije que sólo usaras la llave que te dí en casos de emergencia.
—¿Dónde estabas? —Le preguntó. Mercy giró la cabeza para mirarme. Pude entender su mensaje.
—Solamente salimos a pasear —hablé.
—Estoy hablando con mi novia, no contigo, Daniel.
—¡No seas maleducado, Diego!
ESTÁS LEYENDO
Te amé, coma, te amo
Romansa[Segunda Parte De ENAMÓRATE DE MÍ y de la trilogía "Amarte"] ❗Aviso de spoiler del primer libro❗ Se recomienda encarecidamente leer la primera parte antes de continuar. Después del fallecimiento de Mercy, Daniel decide marcharse a otra ciudad para o...