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Narra Madison
Nos encontrábamos en casa de Scott, íbamos a comenzar a leer un libro de los doctores del miedo el cual supuestamente nos devolvería los recuerdos que ellos nos borraron.

Sebastián ya había vuelto hace poco de New Orleans y Theo se había ofrecido a leerlo con nosotros.

-...El club de lectura de mí mamá tiene más vino.

-Probablemente los libros que ellas leen no les provocan alucinaciones...

Cada uno tomamos una copia del libro y nos sentamos.

-Adios al examen de historia de mañana

Murmuré para tirarme en el sofá a un lado de Theo.

[...]

No sé cuánto tiempo llevábamos leyendo, el sol se había metido y cada vez nos costaba más terminarlo. A medida que avanzaba sentía más cansancio y como las ansias de sangre volvían.

Ya no estábamos en las mismas posiciones en las que habíamos empezado. No sé cómo había terminado en otro de los sillones con el de lunares a mí lado.

Al resto les parecía normal pero yo sentía cada pequeño roce. Si bien ya estuve con él después de lo del verano, eran diferentes situaciones.

El reloj de la sala marcaba las 02:31am, estaba agotada de las letras. Sin pensarlo mucho me recosté en el chico a mí lado y fui cayendo de a poco en los brazos de las pesadillas.

***

La densa oscuridad que me rodeaba cesó abruptamente cuando abrí los ojos encontrándome en un callejón.

Confundida por el cambio de escenario observé a mí alrededor en busca de ubicarme, pero vaya fue la sorpresa al encontrarme rodeada de tres cuerpos inertes.

-Por favor, que estén vivos- supliqué

Presté atención al sonido que deberían hacer sus corazones dándome cuenta de lo que ya sospechaba, estaban sin vida.

Abrumada me acerco a los cadáveres buscando información de quién era y como, seguramente, los asesiné.

Tomé sus licencias de conducir y observé los dos característicos puntos rojos en sus cuellos.

-Ay no, ay no... Otra vez no...

Desesperada fui a mí casa para limpiar la sangre de mis manos y seguramente de mí cara.

***

Desperté exaltada mirando mis manos y a mí alrededor. Me encontraba limpia y en la misma posición en donde me dormí anoche leyendo el libro.

A Hybrid in Beacon HillsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora