Después de años desaparecida, nuestra híbrida vuelve a Beacon Hills para hacerle un favor a un amigo, pero encontrará a personas que significaran algo para ella, ¿Se quedara en Becon? ¿Querrá volver con la familia Mikaelson?
Solo hay una manera de d...
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Narrador Omnisciente Luego de los dos días catastróficos que sufrieron con los Onis, la herida que recibió Rafael y demás. Toda la manada McCall, los gemelos y Kol, se encontraban durmiendo tranquilamente en sus respectivas camas. O bueno, todos menos uno, Stiles.
Al comienzo de la noche Madison y él estaban en la cama de la chica, ella había insistido en qué no se dormiría hasta que el chico lo hiciera, así que cuando escucho la leve respiración aprovechó y se acurrucó a su lado. Pero a eso de las 3 de la mañana Madison recibió una llamada.
Asustada por el sobresalto, tomó el móvil sin percatarse que se encontraba sola en la habitación. Del otro lado de la línea el chico de lunares le suplicaba que lo buscara, que había despertado en medio de la noche en un sótano industrial, con los ojos ardiendo y que estaba lastimado, le rogó que no le avisará a su padre y luego la llamada se cortó.
Por más que la chica intentará volver a contactarlo desesperadamente, no funcionó. Por lo que decidió llamar a su hermano ya que por la preocupación se había quedado en blanco.
-¡Scott!- gritó apenas el chico atendió el celular. Ante la angustia de su hermana el chico se despertó enseguida- ¡Es Stiles no está!
-Madison, cálmate, explícame que pasó
-Hace un rato estábamos durmiendo y... Y él acaba de llamarme diciendo que está en un sótano industrial lastimado y no sabe cómo llegó. No lo sentí levantarse, Scott. Por favor, ven y ayudame a encontrarlo
-Vamos en camino
Con lágrimas en los ojos de preocupación, la chica se cambió el pijama por ropa para ir en su búsqueda y esperó ansiosa en la puerta de la casa.
Un auto estacionó frente a la casa y de el bajaron Aiden y Lydia.
-¿Lo sentiste?- preguntó la pelirroja teñida
-Lo escuché
La chica los guió a la habitación del desaparecido, quedando sorprendidos al ver qué un montón de hilos rojos estaban marcando la cama.
La puerta de la habitación volvió a abrirse entrando está vez, Scott y Isaac.
