𝖤𝗌𝗍𝗈 𝖺𝗎́𝗇 𝗇𝗈 𝗁𝖺 𝖺𝖼𝖺𝖻𝖺𝖽𝗈.

Capítulo 7

Yo nunca nunca.

Estuve toda la noche con Akiro hablando sobre nuestras vidas y me di cuenta de que teníamos varias cosas en común, eso me gustó bastante ya que tendría con quien hablar sobre esos temas.
Akrio también me dijo que Aneko era su hermana menor, al menos por unos quince segundos de diferencia. Ambos eran mellizos, por fin había contestado a mi duda.

Nos terminamos durmiendo al rededor de las cuatro y media de la mañana. Él dormía en la habitación ochocientos nueve, justo en medio de mi habitación y la de los muchachos. Haber tenido esa charla me ayudó demasiado a poder conseguir el sueño, así que en cuanto recosté mi cabeza sobre aquella almohada, caí dormida.

Horas más tardes sentí unos movimientos por mi brazo. Estando medio dormida me estiré para después refregar ambos ojos con mis manos y en cuanto abrí estos, me di cuenta que la persona que me estaba despertando no era nada más ni nada menos que Banda.
En cuanto conectamos miradas, pude ver como una sonrisa se hacía presente en la comisura de sus labios.

- Buenos días, dormilona.

- ¿Qué hora es? - pregunté como pude.-

- Son las doce pasada.

- Ah...es temprano todavía...

- Del mediodía.

- ¿¡Ya!? - contesté sentándome de golpe.-

Me había olvidado por completo que anoche me quedé hasta las cuatro de la mañana. Puedo jurar que pensé que eran las doce de la noche y que aún me quedaba bastante tiempo para poder dormir.

- Vamos, arriba que tenemos una reunión.

- ¿Me dejas darme una ducha antes?

- Claro, sí te hemos estado esperando por una hora entera, ¿Por qué no te esperaríamos por media hora más? - contestaba a medida que se incorporaba nuevamente.-

- ¿Qué...?

- Tus amigas te han intentado levantar como por una hora porque teníamos reunión pero no podían. Al contrario, terminaban recibiendo insultos por tu parte. Incluso Arisu vino a despertarte y no terminó nada bien.

- ¿Qué hice...?

- No mucho, solo lo mordiste y le pegaste en la entrepierna sin querer.

- Carajo...¿Él está bien?

- Por suerte sí. - respondió con una expresión como si se estuviera conteniendo la risa.-

- ¡No es gracioso!

- Lo siento. - mencionaba a medida que elevaba ambas de sus manos en forma de rendimiento.-

- Ya, está bien. - respondí mientras que me levantaba de aquella cama.-

- Bien. Cuando termines de bañarte, ve a la misma sala en la que estuvimos ayer. Ahí se harán las reuniones.

- Perfecto.

Banda abandonó la habitación dejándome sola en ella. Aproveché el momento que tenía para buscar la ropa en el armario y así poder entrar a bañarme. Era una mañana un poco fresca. así que me terminé poniendo un buzo color blanco el cual me llegaba hasta más abajo de mi cadera, junto a un pantalón corto de color negro.
Dejé la ropa en la cama de Kuina ya que era la que se encontraba mucho más cerca del baño. Calculo que habré tardado al rededor de unos quince minutos en estar lista de manera completa.

Traía el cabello envuelto en una toalla, y aproveché para poder ponerme mis tenis con una mayor comodidad. Estando parada me deshice de aquella toalla para empezar a secarme el cabello con mejor facilidad. Dejé la ropa sucia en un canasto que se encontraba al lado del armario. En su interior ya había ropa de Usagi y de Kuina.
Luego de estar lista, me encaminé hasta la sala de juntas. Estando parada en ella me quedé congelada por unos segundos, no sabía si debía golpear la puerta o simplemente entrar.