Capítulo 8

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Insistencia.

La luz entraba por el enorme ventanal y descansaba justo en mi rostro. Me di media vuelta, tratando de que el brillo del sol no sea tan molesto pero al fin de cuentas me terminó despertando.

Mi cabeza dolía demasiado y sentía como mi cuerpo había tenido una enorme pelea. Mi estómago estaba revuelto, podía sentir como mis ganas de vomitar se estaban acercando. No lo dudé y corrí hasta el baño para devolver todo.

Iba a ser la ultima vez que bebiera de aquella forma. Lavé mi rostro, mis dientes y bebí un poco de agua para despertarme. Al salir me di cuenta que nadie estaba en la habitación, solo yo.
No sabía ni qué hora era, ni qué día, ni siquiera sabía que fue lo qué pasó anoche luego de que abandonara la fiesta. Pero de lo que sí estaba segura era que había declarado mis sentimientos en frente de todo.

Quizás no era muy valiente de mi parte pero aprovecharía el momento de mi embriaguez para decir que no recordaba nada al respecto. Sinceramente no tenía los ovarios suficientes para afrontar el enorme problema en el que me había metido.

Salí de mi cuarto en busca de mis amigos, quienes casualmente estaban desayunando junto a la sala de juego. En cuanto me vieron pude notar como cuchilleaban entre sí. Bien, estaba segura de que esto sería algo completamente incómodo. Estuve entra la decisión de acercarme o de irme, pero opté por la primera.

- ¡Pero si es mi amiga la ebria! - exclamó Niragi en cuanto me vio.-

Lo abracé con mucho cuidado y sonriendo a la vez. Pero solo fue una máscara, ya que pellizque su nuca con fuerza. Pude observar cómo el pelinegro también sonreía, tratando de que todo pareciese normal.

- Dios, no recuerdo nada. - contesté alejándome de mí adverso.-

- Déjame ayudarte a hacer memoria. Estábamos jugando al "yo nunca nunca" y de pronto comenzaste a...

Llegué a ver el momento justo en el que Usagi le dio un codazo en las costillas a Niragi para que éste guardara silencio. Había funcionado porque solo se limitó a comer sus fresas mientras que brindaba caricias en la zona golpeada.

- Es increíble que reciba todos los golpes esta mañana... - respondió en susurros.-

Voltee los ojos y presté atención a los demás. Estaban todos menos Chishiya, y como no iba a estar, después del papelón que había armado la noche anterior.
Me senté junto a Arisu, quien me regaló una sonrisa para empezar a llenar mi plato con fruta y mi vaso de jugo.

- ¿Y Chishiya? - pregunté en susurros a medida que me acercaba hasta el oído de mi hermano.-

- Se fue a quien sabe donde. - me respondió en la misma tonalidad.-

- ¿Qué pasó después de que me fui? - contesté.-

- ¿No era que no recordabas nada?

- Ash. - reí y le di un leve golpecito en su brazo.-

Traté de no darle mucha importancia al asunto y concentrarme en comer bien. De repente sentía varias miradas encima de mí. No voy a negar que me sentí un poco incómoda al respecto, pero tampoco quería hacer una escena justo ahí.
Al rededor de unos veinte minutos, llevamos todo a la cocina y cada uno se fue por un camino distinto. Las chicas querían participar de las clases de Heiya pero yo no tenía ganas. Terminé yendo a la fuerza porque Ann dijo que "debía consumir aire" y no iba a permitir que estuviera todo el tiempo encerrada.

- ¡Verás que te divertirás demasiado! - exclamaba Heiya, a la vez que me arrastraba por el brazo.-

- Solo me quedaré sentada a un lado. No tengo ánimos para practicar en estos momentos.

𝖤𝗌𝗍𝗈 𝖺𝗎́𝗇 𝗇𝗈 𝗁𝖺 𝖺𝖼𝖺𝖻𝖺𝖽𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora