Capítulo 18

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Reencuentro inesperado.

Mi cabeza se partía demasiado, sentía que alguien me la estaba golpeando con un martillo a no poder más. Poco a poco fui abriendo mis ojos con lentitud debido a que la luz que se encontraba encima de mi me estaba matando la vista.
Llevé una de mis manos hasta mi frente y entre quejidos comencé a parpadear.

- Mierda, que me asustaste. - respondió una voz.-

- ¿Estoy muerta...? - pregunté suavemente.-

- ¿Lo preguntas por lo guapo que me veo y me confundes con un ángel?

- En realidad lo pregunto porque veo todo blanco gracias a la luz...ya sabes..."no vayas hacía la luz."

- Ja. - contestó mi adverso.- tiene sentido, y no, no te moriste. Estás viva.

- ¿Pero por qué me desmayé? Me dijiste que esa era la inyección correcta. - le reclamé a la vez que me sentaba en la camilla.-

- Era la correcta, pero tú, señorita. No me dijo que anteriormente había recibido dos inyeccuones contra la alergia.

- ¿Cómo lo sabes...? - susurré.-

- Por favor, t/n. - respondió a medida que se sacaba los guantes.- soy doctor, me entero de todo. Es como los dentistas, cuando ellos te recetan algo para que uses y tú no sigues ese tratamiento. En la consulta, se darán cuenta de inmediato. Lo mismo me pasa a mí, me di cuenta que recibiste dos inyecciones, ¿Se puede saber por qué?

- Si ya lo sabes, ¿Por qué quieres que te explique? - enarqué una de mis cejas.-

- Solo se que fueron inyecciones contra la alergia, pero quiero saber que fue lo que consumiste como para que el choque de las tres inyecciones te hayan provocado el desmayo.

- Bueno, es que...soy alérgica a las nueces y las pasas de uva. Entonces cuando estaba teniendo una cita con la persona que me gusta, pidió mi ensalada favorita. La cuál lleva estos dos ingredientes pero según él lo pidió sin ellos pero como que mágicamente aparecieron ¡Y en cantidades doble!

- ¿Me estas diciendo que ese tipo quiso matarte?

- ¿Qué? Para nada, él no haría eso, pero su ex... - susurré lo último.- a lo que voy es qué, supuestamente cambiaron las ensaladas con la de uno de mis mejores amigos ya que casualmente la ensalada que era para mí, la recibió él y la que era suya, la termine comiendo yo.

- Wow. - contestó sorprendido.- ¿Y por qué crees que fue la ex de ese chico?

- Es una larga historia.

- Bueno. - dijo sentándose en una silla en frente de mí.- tenemos mucho tiempo.

- ¿Eh? Claro que no, necesito volverme a mi hogar.

Intenté pararme de la camilla y en cuanto sentí que mis pies tocaron el suelo, todo comenzó a dar vuelta. El peligris me tomó por el brazo y volvió a sentarme.

- No puedes. Recibiste tres inyecciones, dos de antialérgicos cuando lo normal es dar solo una dosis, y la especie de antídoto que nos dieron. Tienes las pupilas dilatadas y tu presión sube y baja. No puedo permitirme que te vayas por las peligrosas calles. Tendrás que quedarte aquí.

- No, no puedo. - respondí secamente.-

- Pues que lastima porque no te pregunté. Te estoy dando una orden por tu salud. Así que si te digo que te quedas acá, te quedas acá.

- Pero... - susurré.-

- Pero nada. Solo estarás un día. Si mañana amaneces mejor puedo llevarte yo mismo hasta ese lugar donde vives. Así me aseguro que estás en buenas condiciones.

𝖤𝗌𝗍𝗈 𝖺𝗎́𝗇 𝗇𝗈 𝗁𝖺 𝖺𝖼𝖺𝖻𝖺𝖽𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora