Capítulo 20

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¿Segundas oportunidades?

Esa misma noche decidí quedarme en el cuarto de Azuni a su lado. Charlamos de varias cosas, de su familia, de su hermana. También le hablé sobre mi mamá, de Arisu y demás. Había visto una parte de Azuni que jamás había conocido, la cuál estaba segura de que si se lo contaba a los chicos, serían incapaces de poder creerme.

Nos quedamos hasta la madrugada hablando, riéndonos y demás. Había llegado un momento en dónde ella se había quedado dormida y aunque estuve a punto de irme, su mano se había aferrado a la mía y fue imposible no irme. Decidí quedarme dormida a su lado, de todas formas no pasaba nada, ¿Verdad?

A la mañana siguiente me levanté con un poco de dolor de nuca, dormir en una silla no era lo más cómodo del mundo. Al abrir mis ojos me encontré con la pelinegra aún dormida, no podía negar que se veía demasiado hermosa, ahora podía comprender porque tanto Kimura cómo Chishiya se habían enamorado de ella. Podrá estar lastimada, dolida y tener un cambio de humor bastante alterado, pero eso no quitaba que era hermosa. Que su melena negra combinaba a la perfección con su piel blanquecina. Era la definición de "muñequita de porcelana."

De pronto vi como sus manos eran elevadas hasta sus ojos, resfregando estos con cierta suavidad. Seguido de ello, soltó un bostezo que fue casi imposible no contagiarme de ello. Por un momento se me quedó mirando sorprendía y no podía negar que tenía miedo de que volviese a ser la misma Azuni de antes, aquella que no podía verme ni en pintura y la cuál haría hasta lo imposible para quitarme de su camino. Pero me sorprendí cuando de su boca salió un...:

- Buenos días, t/n. - exclamó acompañado de una pequeña sonrisa.- ¿Pudiste dormir bien estando en la silla?

Sentía que mis palabras se habían ido con el viento y que mi lengua se la habían comido los ratones, debido a que me quedé completamente muda. Sí, eran palabras que cualquiera podría decir, menos la persona que hace días intentó matarte en dos ocasiones.

- E-eh.. - dije tartamudeando.- Sí...es decir, me duele un poco la nuca pero no es nada grave. Ya para la noche estaré mejor.

- Espero que así sea. - volvió a contestar con la misma sonrisa.- Sabes... pensé que todo había Sido un sueño.

- ¿Qué cosa? - pregunté enarcando una ceja.-

- Esto...es decir, que te animaste a darme una segunda oportunidad para que podamos ser amigas. Tenía miedo de irme a dormir y que a la mañana siguiente todo siguiera como siempre, que tú desconfiaras de mí y que los demás me sigan viendo como el puto grano en el culo.

Me reí con cierta ternura a la vez que negaba mi cabeza de un lado a otro. Está nueva Azuni me caía demasiado bien, solo esperaba que no se fuera tan rápido, o mejor dicho...que no se fuera.

- Pues déjame decirte que no fue un sueño y que realmente te di como una segunda oportunidad. Eso sí, conmigo puedes tener la confianza del mundo y ser quien realmente eres, pero con los chicos tendrás que aguantarte un poco. Tú misma eres consciente de que no hiciste las cosas bien y la verdad que es complicado que ellos confíen en ti.

- Lo sé. - contestó segura.- Creeme que soy consciente del daño que te hice a ti y a los demás. Es por eso que voy a medir mi actitud cuando esté con ellos, aunque bueno, tengo que ser sincera en algo.

- ¿Dime...?

- Me da un poco de vergüenza juntarme con ellos después de todas mis acciones de mierda.

- Bueno...tienes que entenderlos, es probable que duden de tu cambio porque digamos que...fue un cambio tan repentino, ya sabes, es la definición perfecta de "cambió de la noche la mañana."

𝖤𝗌𝗍𝗈 𝖺𝗎́𝗇 𝗇𝗈 𝗁𝖺 𝖺𝖼𝖺𝖻𝖺𝖽𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora