𝐒𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀

Capítulo: 4

Eran las 20:40 p.m y estaba cansada, salió más temprano del instituto inventando una tonta excusa de que le dolía la cabeza y no se podía concentrar.

Al entrar a su apartamento las luces estaban encendidas y vio a su tía dentro viendo cada rincón del lugar.

—Hola, ¿cómo as estado? Pregunta su tía tratando de evitar su preocupación —¿Que haces aquí? Pregunta Adie con un tono de fastidio.

—No me hables así, soy tu tía. Responde la Señora Estela haciéndose respetar
—Disculpa tía, ¿sucede algo? –¿Tiene que suceder algo para venir a visitar a mi sobrina? Pregunta la mujer de 35 años tratando de alargar la charla —Pues pienso que si...
–Estela no vio caso con tratar de ser cautelosa asique tomó asiento y dejó ir todo ese aire tenso dentro de ella.

—Solo estaba preocupada por ti. Confiesa
—Lo aprecio Estela, pero estoy bien, Responde Adison colocando su mochila en el sofá donde su tía estaba sentada.

—Llevas una vida normal, más normal sería si dejaras tu venganza atrás —¡Lo sabía, sabía que dirías eso! ¡Pero no! ¡No puedo! ¡Y no lo haré! Exclama la pelinegra tratando de tranquilizarse, pues no solo su tía sino que su madre también trataba de hacerla "recapacitar"

—Entiendo tu enojo y necesidad... —No no lo entiendes, por eso me pides esto, por favor, ya para, tu y mamá ya me están hartando con eso, no se preocupen no las meteré en esto –No es por nosotras, es por ti –¡Estaré bien! Dice la pelinegra con los brazos en la cadera.

—Perdiste tu tiempo al venir aquí y no conseguir nada, si ya no tienes que decir, por favor retirate estoy cansada. Dice Adison tomando devuelta su mochila para llevarlo a su cuarto y encerrandose en el, esperando a que la mujer pelicanosa se vaya.

Entró a la ducha y disfrutaba de la tranquilidad que está le daba, no quería pensar en nada solo quería relajarse en ese pequeño momento, porque bien sabía que tarde o temprano volvería a pensar en lo mismo "Venganza e infelicidad".

Salió de la regadera con la toalla envuelta en su cuerpo, ya teniendo listo su ropa se vistió y salió de su apartamento, estaba cansada pero eso no le impedía salir ah tomar un pequeño paseo en su dulce oscuridad.

Salió por la ventana para que sus vecinos no supieran que salió, se tapó la cabeza con su capucha negra, y camino hacia los callejones sombríos, llendo seguramente a encontrarse con sus queridos amigos.

—¡Saluuuud! Exclaman todos haciendo chocar sus botellas de cerveza
—Estoy muy feliz por ti amigo mío. Dice Luck colgándose del cuello de su amigo
—Apenas dos botellas y ya  estas ebrio, Habla Jordan sujetándo fuerte a su amigo para que no se caiga
—Desde un principio dije que tenias... Tu vida bajo control, Dijo el pelinegro soltando un espasmo
—Jaja si, ¡te creo! Exclama el blanquecino con sarcasmo, despidiéndose de sus demás amigos y sujetando con más firmesa a su acompañante que no se podía ni parar

—Te llevaré a tu casa, Dice Jordan con Luck jungo a el

Subieron al taxi y el pelinegro indicó la dirección al chófer quien arrancó el automóvil

Pasaron unos minutos y ya estaban frente a la casa de Luck —¿Mi casa? Pregunto el de repente el rubio quien aún estaba bajo el efecto del alcohol
—Asi es campeón, Responde Jordan pagando al chófer
—Vamos, Dice el pelinegro a su amigo ayudándolo a caminar —Sabes, ¡es bueno que todavía no me hayas vomitado encima! Exclama Jordan buscando la llave del apartamento en los bolsillos del contrario.

—Cierra la boca Jordan, responde este entrando a su casa
—Hey, ¿por qué así?
—Pero sabes que... El trabajo que conseguiste no está mal... ¡Muy bien hecho! Dice orgulloso el rubio quedándose dormido en el sofá —¿Te quedaste dormido? Preguntó Jordan más para si mismo, se acercó a su amigo para quitarle los zapatos y aroparlo con una manta, ahora el debía irse caminando a su casa.

Salió del apartamento y comenzó a caminar por las solitarias calles, era pasado la 1 am, para su suerte era sábado y su primer día de trabajo comienza el lunes, y al fin sentia que le iba bien, y se prometió dar lo mejor de sí aquel día.

Seguía caminando y de repente sintió un jalón en su hombro y terminó callendo al suelo sintiendo un cuerpo encima de él, la luz del faro de una esquina de la calle le distorcionaba la vista, solo pudo entender el perfil de un chico peliazul con un cuchillo apuntando su rostro, pero extrañamente el joven se retiro del cuerpo de Jordan y se escabullo por los callejones.

El blanquecino no entendió lo que acababa de pasar, solo sentía el dolor de espalda que le proboco la caída al suelo.

Al llegar a su casa entró a la ducha y se dio un baño, pensando en lo que le ocurrió minutos atrás, para el fue por pura suerte que aquel joven no lo hubiera matado pero también le parecía raro.

Al salir del baño, embuelto con una toalla, revisó los bolsillos de su ropa que llevaba puesta para verificar si con su distracción aquel peliazul le había robado algo, nada... Su celular, billetera y claramente sus llaves seguían allí.

Eran las 3 am, no quería pensar mucho, se vistió y se arrojó a la cama quedándose profundamente dormido.

Oficina de Brook

—Oye, ¿el chico nuevo no es un pelinegro, piel palida y algo idiota? Pregunto el peliazul dándole un sorbo a su café –¿Hablas de Jordan Miller? Pregunto Brook sentándose en la silla de su escritorio –Ah si, ¡ese mismo! Exclama el contrario
—¿Porque preguntas? —Me tope esta madrugada con el, casi lo mato pero... Como lo reconocí decidí no hacerle nada, Responde el peliazul mirando su café.

—¿Y lo dices así de tranquilo? Exclama Brook parándose de repente —Tranquilo estaba algo idiotizado después de tirarlo al suelo, no creo que me haya visto bien a la cara. Aseguro el joven mirándolo a los ojos
—Cuida lo que haces Steve, ya no eres un ladron cualquiera, eres parte de "Strada" y tu vida está en las manos del jefe, Advierte Brook señalandolo
—Ya está bien, Responde el contrario retirandose del despacho del pelirojo.