Capítulo: 14

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Caminaba a paso tranquilo, con sus escoltas detrás y delante de él, era estresante, negociar con las personas que tenían lo que quería era estresante, quería que las cosas fueran fáciles pero muchas veces recurren a los balazos, aunque claramente, no era un problema.

Llegaron al laboratorio, y el Sr Mancinelli fingió una sonrisa para luego abrir la puerta, que estaba desbloqueada precisamente para su llegada.

—Buenas tardes Doctor Lee— Saluda Mancinelli entrando al laboratorio.
—Buenas tardes Señor Mancinelli— Devuelve el saludo en un tono serio levantándose de su asiento. Prácticamente era como una oficina pero laboratorio a la vez.

—Creo que sabe a que se debe mi visita Doctor Lee— Dice Maurizio con una mirada malvada, sentándose en la silla delante del escritorio.

—Ya le dije, no es posible la inmortalidad— Afirma el científico, temoroso por la mirada fulminante que le lanzaba el Mafioso

—Pero, si es posible una súper sustancia... regeneradora— Agrega él científico, haciendo que Mancinelli volviera a su semblante tranquilo y malvado —Explicame más sobre eso.

—Bien se sabe que hay varias sustancias químicas, antidotos, virus, drogas, etc. Todos son creados en un laboratorio, y cada científico tiene escrito en un pequeño libro o en una computadora la formula de la misma— Explica el científico sin perder un detalle, viendo lo concentrado que estaba el Sr Mancinelli.

—Tuvimos, un experimento fallido hace un par de años, el portador acepto la droga, hicimos pruebas de su resistencia, cortaduras en los brazos, piernas, rostro y pecho se regeneraban al instante, al igual que los balazos en mismas zonas.

—¿Y bien... Que otros beneficios o cuales son sus desventajas? Pregunta curioso Mancinelli.

—Todo eso que dije, más el doble de fuerza adquirida, el envejecimiento es tan lento, que tardaría unos 5 años en verse y sentirse más viejo, es inmune a algunas enfermedades, como las respiratorias o terminales.

Al oír eso, los ojos de Maurizio se abrieron fascinado ante tanto poder, porque era genial lo que escuchaba, el podía tener esa fuerza, esa resistencia.

—¿Sueño, hambre? ¿Qué más?

—Eso también, no se cansara demaciado rápido, su metabolismo será rápido, pero habrá veces en las que no sentirá ni sueño ni hambre, asique cada tanto tendría que aplicarse esa droga.

—Es como un multivitaminico—

—Mucho más que eso, lo volvería casi como un súper hombre, más resistencia física y mental — Corrije el científico —Sería inmortal— Dice Mancinelli alucinandose.
—Eso no será tan sencillo, podría morir de una única forma.

—¿Cuál? Quiero saber— Responde el pelicanoso con una mirada desesperada, se veía como un loco.
—Es con un antídoto, otra fórmula que acabe con la droga.
—¿Cómo se llama? ¿Quiero verla? Insiste Mancinelli levantandose de su asiento.
—Señor, no creo que sea el momento... Es peligroso que sepa más, y los experimentos fueron prohibidos, solo 1 logro mantener la droga en su cuerpo y luego de 15 días, sufrió un ataque neurocerebral, y murio.

—Debe haber una forma de hacer que funcione conmigo, que mi cuerpo lo acepte al cien porciento.

—Veré que hacer, sólo, necesito, tiempo— Dice el científico algo inseguro.

—¡Perfecto!, estaré atento ante cualquier aviso que me de, por que, estoy seguro de que me avisara cualquier cosa, ¿verdad?— Pregunta Mancinelli en modo de advertencia, recibiendo una respuesta afirmativa de parte del científico.

𝐒𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora