Jordan Miller, no creía que la vida era un infierno, pero todo comenzó cuando aquella noche cometió el maldito error de aceptar aquel llamativo pero nebuloso trabajo.
Adison Collins no descansará hasta destruir a Maurizio Mancinelli.
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La empresa "STRADA" es una empresa tecnológica e (importadora y exportadora de autos) de alto nivel de la ciudad de Nueva York EE.UU y principalmente Italia El dueño de ese gran imperio tecnológico es el Sr. Maurizio Mancinelli, un hombre formal, frío, solitario, y muy estricto en organización de su empresa y también... un mafioso poderoso muy conocido y su poderosa mafia "Strada"
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Las rejas del gran portón se abrieron dejando pasar a una limusina de color negro, uno de los guardias que vigilaba la entrada principal de aquella reluciente empresa se acerco hacia la ventanilla de aquel auto, el chófer quien estaba al volante volteo su mirada para ver al hombre frente a él —¿Que hay de nuevo Tompson? Saluda el conductor sacando del bolsillo de su saco una tarjeta de acceso negro con franjas verdes para dárselo al guardia —No mucho, Puedes pasar. Dice el custodio dando una señal a sus compañeros para que dieran paso al auto abriendo las rejas, rápidamente el chófer volvió a movilizar el vehículo, debido a que su jefe desde que entró a su transporte, no dejaba de resongar por una llamada que había tenido antes de dar su viaje, realmente no quería hacerlo enojar más.
—¡Bienvenido Sr. Maurizio! Lo estábamos esperando. Lo saluda con una reverencia uno de los asistentes de la reluciente empresa —Busca a Scott, y dile que vaya a mi despacho, ¡de inmediato! Ordena el pelinegro un tanto molesto y llendo directo a tu oficina, —¿Dónde está Bianca? No la eh visto en casa, y supuse que pudiera estar por aquí. Preguntó el Sr. A la par que se sentaba en su cómoda silla al igual que un trono, Si, aquel hombre como que le gustaba jugar al rey del mundo, Nah, como era uno de los más conocidos empresarios millonarios, deseaba que lo tratarán como tal, tanto respeto y poder tenía por sobre las personas, cuán tan arrogante y presumido era, y sin contar lo estricto que era en su empresa, como el a menudo decía, ¡Todo tenia que ser perfecto!.
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—Mng!... S-scott~ la pelicastaña no pudo evitar soltar un pequeño gemido de placer al sentir como las manos del blanquecino bajaban lentamente hacia su entrepierna mientras besaba su cuello de manera bestial —Si... Me encanta que gimas, Decía entre susurros el pelinegro masajeando lentamente la entrepierna de la joven. —No podemos hacerlo aquí preciosa, además estoy en horario de trabajo, dice Scott tomando de la cintura de la pelicastaña —Callate y sigue besandome— Ordenó la joven uniendo sus bocas en un beso sucio y lleno de lujuria —¡Scott! ¿Donde estás? Grita uno de los compañeros del joven quien comemzaba a besar apasionadamente los finos labios de aquella bella dama, tal beso fue interrumpido bruscamente por una patada en la entrepierna de Scott, que lo dejó simplemente adolorido.
—Ah, aquí estas... Ennn ¿todo bien por aquí? ¿Señorita Bianca? Pregunta el uniformado dirigiéndose a la joven, —Ennn, s-si, Ahhh pobre Scott, debería ayudarlo yo... Ya iba de salida compermiso, Se despide la pelicastaña echando un último vistazo a Scott quien se encontraba retorciendose de dolor por el reciente golpe recibido en su parte baja, Bianca lo veía disimuladamente para luego retirarse por completo de aquel pasillo.
