Jordan Miller, no creía que la vida era un infierno, pero todo comenzó cuando aquella noche cometió el maldito error de aceptar aquel llamativo pero nebuloso trabajo.
Adison Collins no descansará hasta destruir a Maurizio Mancinelli.
Contenido +18...
Estaba en su cuarto, en posición de guardia de combate, golpeandole al aire a la vez que emitía sonidos por la respiración agitada. Estaba practicando todo lo que aprendió de boxeo, y como su cuarto era bastante amplio, pudo realizar movimientos de Taekwondo, patadas y giros. El sonido de la puerta hizo que se detuviera acercándose a ver quien era, se encontró con un hombre alto de cuerpo bien tonificado, tez trigueña y cabello oscuro, tenía unos tatuajes en los brazos y una cadena de plata.
—El Jefe llama a una reunión genelar— Avisa en un tono serio emprendiendo marcha, siendo seguido por Adison.
Era un salón grande con una mesa de madera de roble y paredes de color crema, era lo bastante rústico para ser un lugar de reuniones, había hombres con semblantes serios, y ropas oscuras, algunos con camisas de manga corta y otros con sudaderas ajustadas, se veían lo bastante varoniles y sexys.
—Los eh convocado a ésta reunión con el fin de crear un plan para mandar a Adison a Strada y se inflitre con éxito— Comienza el Manda más. —Carlitos me ayudo, a crear, un currículum y tarjeta de identificación falso —Espere...— Interrumpe un hombre —¿Para que la mandaremos a Strada?— Pregunta en un tono serio y curioso, no era común que su Jefe envíe a una mujer a una operación tan peligrosa como esa.
—Quiero matar a Mancinelli— Confiesa Adison con una mirada fría y seriedad impresionante. —No quiero que piensen que es un plan infantil, solo quiero acabar con Maurizio y su maldita mafia— Dice con una mirada de odio y su voz temblorosa, se veía como una chispa, una pequeña chispa a punto de causar un gran incendio.
—No podrás hacerlo sola, según yo cálculo, planeas destruir sus planes actuales, acerté pasar por uno más de sus asesinos y brindarnos información para así, ayudarte igual— Acertó Robert, el chico que le aviso sobre la reciente reunión.
—Es eso— Afirma Adison sentándose en una silla y bebiendo agua de un vaso que estaba depositado en la mesa frente a ella.
—Ya está todo listo— Anuncia Carlos poniendo un maletin en la mesa para poder abrirla, sacando de ella cajitas pequeñas de color negro. —Esto es un micrófono, y esto es un auricular— Muestra sacando de una de las cajitas un diminuto micrófono del tamaño de un botón, y un auricular del color de piel de Adison. —Este auricular lo diseñe yo desde el momento que viniste aquí —Así es— Interrumpe el Manda más —Cuando te acepte, le dije a Carlos que creara un auricular del color de tu piel para que se vea lo más discreto, y un micrófono pequeño para que podamos oír todo lo que digas tu y cualquiera que estuviera junto a ti.
—Este micrófono y auricular lo puedes encender y apagar cuando sea necesario, te lo pones en el oído de manera práctica, es muy cómodo, no notarás que lo tienes puesto, y casi ni se ve— Explica colocándole el artefacto con cuidado y sacando del maletin una laptop donde tenía instalado el programa que controlaba los micrófonos, auriculares y cámaras.
—Con esto lo controlo, puedo subir y bajar el volumen y mejorar la calidad de sonido y audio, eh imagen— Agrega, sacando de su maletín unas pequeñas cámaras del mismo tamaño del micrófono.
—Estas pequeñas cámaras las pondrás en un lugar estratégico en la oficina de Mancinelli, en la sala de reuniones y en el pasillo donde estará tu habitación— Interrumpe el Manda más señalando los objetos —colocar el micrófono es muy fácil— Explica Carlos poniendo el pequeño botón en su prenda.
—Sería más fácil que el micrófono sea un botón, pero a la vez seria arriesgado, en un momento podrías quitarte el saco y en cualquier instante ocurriría algo importante— Termina diciendo guardando los objetos de vuelta en el maletín.
—¿ Ya aceptaron la solicitud? Pregunta Adison, viendo como el Manda más sonreía de forma victoriosa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mmm interesante— Susurra Mancinelli. Había recibido un correo de una estupenda asesina. —Jiachely, pero que nombre más extraño, debe ser de asesina, 22 años, nacida en Chicago, asesina y pistolera de primer nivel, experta en uso de navajas, buena en Taekwondo, algo tiene esta dama que me encanta y no me cuadra a la vez— Dice en tono sospechoso, pero aceptando la solicitud de trabajo, no dejaría pasar la oportunidad de tener una nueva recluta con tal jugoso expediente.
Y de esa forma es como la gente cae.
—¡Brook!— Exclama por teléfono siendo respondido al instante. —¡Tendremos una nueva recluta!
—¿Nueva recluta?— Pregunta Luigi acercándose a los chicos reunidos. —Me acaba de avisar el Jefe —¿Y que te dijo? ¿Quién es?— Pregunta curioso Alessio. —No lo sé, pero es profesional, por algo a sido aceptada, no tenemos mucho tiempo que perder, debemos iniciar con la operación. —¿Pero estará dentro del equipo? —NO LO SÉ— Grita Brook asustando a los demás, no era común que grite. —Sólo estoy pensando, esto es importante, y no creo que esté dentro del plan— Termina diciendo sacando de un maletín micrófonos y auriculares.
–Con esto nos comunicaremos, será una tarea sencilla ya que solo nos enfrentaremos a guardias de seguridad y a científicos incapaces de defenderse. —Sólo son guardias, deben apuntar y disparar de frente en cambio nosotros somos excelentes con las armas, podemos matarlos de miles de formas— Dice Leo animado. —¿Consumiste una droga o qué?— Pregunta Santino tomando una de las armas que estaban en la mesa de metal —Yo tomaré está— Elije poniéndole el seguro al arma y apuntando hacia la pared —Bien, debemos portar armas discretas, es por eso que elegí estas con silenciador para ustedes quienes secuestraran al científico, no creo que lleguemos a utilizarlas, pero de igual forma es necesario.
Y eso esperaba Jordan, no quería tener que usar el arma y menos para matar a alguien, pero tenía que estar preparado psicológicamente, por que sería la primera vez que mataría, a un ser humano.
—Tienes que estar listo Jordan, la ves anterior no mataste a Stewart pero en esta operación, es probable que mates a alguien— Jordan trago en seco, lo sabía perfectamente, no tenía que recalcarlo.
—¿Todavía no mató a nadie?— Pregunta Alessio con una ceja alzada —Nop, aún no— Afirma Brook buscando lugares en la laptop con ayuda de Luigi. —Aquí vamos a estar estacionados, a 40 metros del establecimiento— Dice Brook enseñando a los muchachos la ubicación exacta —Hay una vieja fábrica de dulces a un lado del laboratorio local, casi nadie cruza por allí, estaremos ocultos entre los contenedores de basura— Agrega Luigi quitándose los lentes que llevaba puesto, su visión era mala y necesitaba unos lentes nuevos antes de comenzar con la operación.
—Necesito unos lentes nuevos, estos ya no me sirven— Comenta Luigi fregandose los ojos —Le diré a alguien que te los consiga, mientras tanto, llamemos a los sastres de Strada y ordenemos trajes nuevos, debemos vernos deslumbrantes para esta operación— Dice Brook marcando en su teléfono el número del Sastre general de la mafia.
—Yo buscaré la camioneta que utilizaremos, amplio, llantas nuevas, y cuando partamos llenar el tanque— Dice Mattia saliendo de la pequeña sala que utilizaban para reuniones entre ellos.
De verdad tenían mucho trabajo que hacer y poco tiempo que perder.
...
Caminaba por los pasillos para regresar a su habitación, tenía en sus manos un perchero con su traje nuevo que llevaría puesto el día que irá a la mafia italiana, en dos días estaría lista, a ser sinceros, estaba nerviosa, y con un poco de miedo, pero no de Maurizio, sino de que su plan salga mal. Pero debía calmarse, y no confiarse demasiado, aún así, sentía que debía llevar sus emociones bajo control o le harían una mala jugada.
Se tiro en su cama y cerró los ojos, recordando aquella vez cuando jugaba con su padre en el patio tracero de su casa, el la perseguía mientras ella trataba de escapar con sus pequeñas piernas rasguñadas por algunas caídas que tuvo durante su infancia. Aún podía sentir sus brazos rodeando su cuerpesito en un abrazo tierno y lleno de amor.
Tan bello recuerdo hizo que le saliera una pequeña lagrima salada, dolor y odio, era lo que sentía en ese momento.
—Te prometo papá, que me vengare de ese maldito ser humano, y lo mandaré directo al infierno— Promete Adison, secándose las lágrimas mientras iba al baño, probablemente a tomar una ducha para liberar toda esa tensión que tenía dentro de ella.