–¡¡¿Me quedaré a vivir aquí?!!
Pregunta asustado el pelinegro
—Algunos viven fuera de Strada pero otros aquí, o tienen un apartamento afuera pero también aquí.
—Bueno, supongo que... Me conviene vivir aquí ¿verdad? —Así es. Responde Brook.—Aquí tendrás todo lo que necesites y no tendrás necesidad de ocultarte. Explica
—Que pasará con mi vida, mis amigos —Ya te lo dije, deberás alejarte
—¡No es fácil! Exclama alzando la voz
—Sé que no es fácil, pero si no quieres que sufran un daño, mejor hasta te cambias de nombre. Suguiere el pelirrojo—¿Cambiar mi nombre?
—¡Exacto! Un nombre artístico o un nombre normal pero que no sea el original.Jordan se quedo pesando por un momento, nunca pensó pasar por esto ¡Nunca!
—Tienes hasta mañana para decidir un nombre, me lo tienes que mostrar lo antes posible para poder presentarte a la mafia, muchos ya te vieron pero es necesario una presentación formal así no hay mal entendidos luego, no queremos que te maten sin querer ¿o si?
—¡¿Qué?! Exclama pálido "Brook suelta una carcajada" —Era broma aunque también probable, bueno... Ahora si, volvamos con el jefe así te despides, iras a tu apartamento, juntaras algunas cosas y regresas aquí, o puedes venir mañana temprano, así te instalas. Ordena Brook a lo que Jordan asiente ya ambos saliendo del cuarto.Adison Collins
Estaba tranquila, era raro pero, así estaba.
Bebía un café helado sentada en la orilla de su cama mientras leía un libro.
Parecía de lo más normal, sin embargo no podía concentrarse en su lectura, quería pero no podía, ya era la tercera vez que leía la misma página.—¡Ya! Iré a caminar.
Se dice así misma cerrando con fuerza el libro y llevando entre sus manos el vaso con restos de hielo, ahora bajando a la cocina.
Tomó su chaqueta y salió de su casa no sin antes llavear la puerta.
Sam Piterson
Caminaba por los pasillos de la estación de policía, con una botella de agua en sus manos dirigiéndose a la oficina de su jefe, quien estaba realmente molesto.
—5 oficiales, 5 oficiales an sido asesinados anoche y 1 un prófugo. Grita el Señor enojado.
—Ya enviamos al equipo de busca, están revisando todo el área y alrededores, afirma Sam con una voz seria.
—Bien, tuvimos que agregar más seguridad en Notte chiusa a causa de eso, hizo una pausa respirando hondo, todo el estrés de ese problema se posaba en sus hombros, y la mafia seguía haciendo de las suyas.
—Me dijeron lo que pasó, y ya tenemos el nombre del prófugo señor, Dice Sam haciendo que su jefe al oír eso, se levantará de su silla acercándose a él
—Dime quien es, Sam
— Ricardo HernándezAlonso Hernández , un hombre de 40 años de edad nacionalidad mexicana, ex líder del ejército mafioso de los Sureños y hermano mayor del líder principal Roberto Hernández.
—Diles a los oficiales qué lo busquen de inmediato, por todas partes. Ordena el jefe marcando al teléfono
—Si señor.—¡Atención! A todas las unidades, estamos buscando a Ricardo Hernández, quiero que todos los oficiales a cargo del caso comiencen con la búsqueda, por toda la capital. Ordena Sam yendo hacia otra oficina, dejando a su jefe rezongando de estrés.
Estaba estresado, muy estresado, salió de la estación de policía yendo directo a su auto, arrancó el motor del mismo y se marchó, rumbo a la casa de Airiana, aunque sabia que lo más probable era que estuviese vagando por ahi, y sin pensarlo llamo a su celular.
~Hola, voy en camino a tu casa, más vale que estés allí o me iré enseguida.
Al rato corto la llamada tirando su celular al asiento de alado.
Jordan Miller
Estaba en su apartamento, recogiendo sus cosas para irse rápidamente de ahí, tenía miedo de que la mafia italiana viniese por el y le hiciera algo por no haberse mudado mucho antes.
Tomaba lo más importante, su ropa interior, sus atuendos más decentes, su pijama, zapatos y botas, libros, artículos de aseo personal y todo lo que tuviera de valor allí en su apartamento.
No tenía mucho, ni joyeria y tampoco tenía mucho dinero en su billetera. Y no podía olvidar su valiosa laptop.
Se detuvo a pensar, ¿y si iba junto a la policía? Podrían llegar a tiempo y arrestar a toda la mafia, eso debia hacer ¿no?
Pero, el no sabía la dirección de la guarida principal, solo de la empresa a lo que llaman "fachada" si acuidise a la policia lo más probable es que arresten o maten a media mafia, pero la otra mitad estaría en camino listo para acabar con los bombardeos policiales, sin piedad, es lo que pensó.
Una vez que tenía todo listo, salió por la ventana, caminando por un pequeño camino de metal y luego bajando a unas escaleras, se puso un gorro negro y camino por las humedas calles de Nueva York.
Llegó rápido a la empresa, como ya era miembro de Strada al llegar al portón principal la recepcionista lo dejo pasar sin problema, aunque eso dejó pensando al blanquecino de ojos oscuros, recién ayer fue convocado y contratado por el jefe Mayor, como podrían confiar en el tan de pronto.
Aunque, era la mafia italiana, cualquiera que se atreviera a soltar la lengua y llegue información al departamento policíal, prácticamente y en pocas palabras, amanecería muerto.
Llegó a la recepción del edificio encontrándose con la misma mujer que atendía la entrada, con una sonrisa en el rostro, se acerco un poco entregandole la tarjeta de control de acceso para luego volver a tenerla en sus manos.
Aunque eso de pasar tarjeta de control de acceso solo sería una etapa, ~ojalá que si Pensó.
—Buen día— Saluda Jordan a Brook quien llevaba un semblante serio —Buen día, ven te enseñaré tu oficina— Dijo caminando hacia adelante, con el rostro agachado fijándose en la maleta que traía el pelinegro en su mano izquierda y en el hombro derecho una mochila.
—Decidiste mudarte —Si, ¿crees que pueda dejar mis maletas en la oficina? —¡Claro! Responde Brook con una sonrisa —Al finalizar el día iremos a Strada oficialmente y te mostraré tu habitación, Dice Brook ya llegando a la oficina de Jordan que quedaba cerca de la del pelirrojo.
—Ahora te explicaré acerca de tu trabajo.
Barrio Harlem New York (Casa de Adison)
—¿Donde estuviste anoche? Pregunta Sam con su rostro serio y de brazos cruzados —No soy de tu propiedad como para decirte todo lo que hago— Responde Adison poniéndose de brazos cruzados también.
Sam salió de su cómoda posición rascándose la nuca con la mano derecha y ojos desterrando estrés, no sabía si debía decirle o no acerca del prófugo mexicano.
Aunque Adison también tenía cosas que contar, pero un momento... ¿Debía contar? ¿Acaso era necesario? Su amigo no acepto ayudarla una vez ¿para que decirle? Aún así, tenía que escuchar lo que Sam tenía que decir.
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𝐒𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀
ActionJordan Miller, no creía que la vida era un infierno, pero todo comenzó cuando aquella noche cometió el maldito error de aceptar aquel llamativo pero nebuloso trabajo. Adison Collins no descansará hasta destruir a Maurizio Mancinelli. Contenido +18...