Capítulo: 12

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Bien se podría saber que, Maurizio Mancinelli era un enfermo mental, no era tan notorio, pero con el tiempo uno iba demostrándolo.

—Iré directo al grano— Dice Mancinelli pasandose la mano por su cabello y soltando un suspiro agotador.

—Vamos a renovar el contrato— Dice haciendo que todos en esa habitación quedarán con los ojos abiertos y confundidos.
—¿Disculpa?
—Lo que escúchaste Stewart, Quiero parte de tus acciones y acceso libre a las embarcaciones—
—¿Qué te hace pensar que voy a dejar q...

Hubo un silencio incómodo, de repente todos tenían armas apuntándose, El Sr. Mancinelli apuntando a Stewart, y todos los demás presentes preparados para disparar en cualquier momento, solo Jordan estaba tieso en su lugar sin saber que hacer.

—Jordan, saca tu arma, ¡ahora!— Le susurró Brook, viendo como Jordan apuntaba a Stewart con las manos temblorosas, tenía miedo y más que miedo, sentía que su mente estaba desordenada, confundido.

—Nadie hace lo que quiere, solo lo que yo mando ¿oíste?— De nuevo el silencio invadió el pequeño despacho donde estaban.

—No puedes matarme, tu no puedes.
—¿Yo no?, pero el si— Dijo haciéndose a un lado, tomando los brazos de Jordan y ponerlo en frente para que disparará.

—J.Young—Avisó el Sr. Mancinelli
—¿Qq... Que? Jordan tenía las manos temblando, y una gota de sudor recorría por su cien.

¿Matar a alguien? ¿Él? ¿Con un arma?
Si aún recordaba aquella vez de pequeño cuando piso una lagartija, se sentó delante de ella llorando por media hora hasta que su madre llegó junto a él, abrazándolo de espaldas explicándole que fue un accidente y que ahora debía estar en un mejor lugar, con otras lagartijas. No, el no se imaginaba matar a una persona, manchando sus manos y honor.

Minutos después, Jordan fue empujado hacia un lado, siendo Brook quien apuntaba la cabeza del señor Stewart ahora, esperando la orden para disparar, orden que nunca llegó, pues el hombre accedió a darle ese derecho al señor Mancinelli, creando rápidamente un nuevo contrato y sellarlo con su firma.

El Señor Mancinelli salió sonriente y victorioso del despacho, seguido por sus guardias quienes estaban tranquilos y felices por aquel nuevo contrato y por no haber usado sus balas en ese momento.

Jordan seguía en shock, no podía creer que estaba apunto de disparar a alguien, iba a convertirse en un asesino, forzosamente, salió de su nube de pensamientos perturbadores al sentir una mano sobre su hombro, dio un vistaso al costado fijándose que era Brook, miraba hacia adelante con un rostro serio, y despacio dijo en su oído, "Tranquilo, te acostumbras, no te preocupes", y ya no supo si eso lo calmaba o lo perturbaba más.

Llegaron de vuelta a "Strada" todos en sus habitaciones correspondientes, ya que no había reunión por la actividad del día de hoy, todo estaba tranquilo y relajado, como si matar fuera una actividad normal.

Pero para Jordan, era algo traumante, pero claro, estaba bajo lo moral y ético, un delito como ese, ensuciaria tu apellido y te mandaría directo a la cárcel.

Fue a su habitación y cerró la puerta con fuerza, recostandose en ella y dejándose caer al suelo, con sus piernas unidas las junto aún más con sus brazos para que dejaran de temblar.

—¡Jordan! ¿Estás ahí?
Preguntó Brook tocando la puerta un par de veces
—Vete, no quiero ver a nadie— Dijo en un susurro más para si mismo.
Ante la insistencia de Brook, se levantó forsadamente abriendo la puerta, dejando entrar al pelirrojo.

—¿Te encuentras bien?— Pregunta Brook mirándolo de arriba a abajo.
—¿Cómo preguntas eso si acabo de ver un asesinato? Y no pude impedirlo
—Ey, tranquilo Jordan, no te comportes así, y es claro que no podías intervenir.

𝐒𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora