Capítulo 24

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La mañana siguiente de nuestra llegada Eywa nos bendijo con hermoso cielo azul y despejado que prometía cosas buenas para el transcurso del día.

Creo que fui de las primeras en despertar y todo para aprovechar el tiempo en arreglar mi aspecto para que de alguna manera le muestre a mi madre que si puedo ocuparme por mí en este aspecto. 

El sonido de las aves eran la música de este lugar aunque el sonido del mar también se hacia presente pero su melodía de disipada por la distancia que nos encontrábamos a la orilla.

A mi mente llego la figura de Neteyam, no habíamos logrado entablar una conversación adecuada desde que un dia antes de partir del territorio Metkayina y si lo extrañaba, sin embargo sabia que debíamos mantener distancia para que esto funcione.

—Va a ser lo mejor —mencione acariciando su barbilla—. Necesito hacer que mis padres accedan a que me quede contigo. 

Él bajo la mirada, lo sentía disgustado ante mi comentario.

—Esta bien —se esforzó por mostrarme una sonrisa

—Gracias —susurre también sonriendo y me acerque a abrazarlo

Esa fue nuestra última buena conversación antes de empezar con mi plan. Una sonrisa involuntaria se formo en mis labios al recordar ese atardecer donde al ver sus ojos con detenimiento lograba ver su alma y que gracias a los colores violetas del atardecer Neteyam se tomaba la forma de un sueño que se hacia realidad.

—Veo que ya despertaste —una voz conocida me hizo alzar la vista que la tenia mirando a un punto fijo en el suelo

—Si, papá —le hice una reverencia para mostrarle respeto

Vi sus pies acercarse a mi hasta que sentí que acaricio mi cabello.

—¿Te peinaste? —hablo en tono burlon

—Así es —me incorpore dándole una mirada retadora—. ¿Mamá?

—Se siente mal —fruncí el ceño asustada—. Es por el embarazo, sabia que no era buena idea que venga.

Sonreí ante su preocupación. 

—Sabes como es mi mamá, es la na'vi más decidida que he conocido —amplíe mi sonrisa, papá asintió—. Espero que se mejore.

—Tú madre es fuerte —acaricio mi cabello

Empezamos a ordenar la carpa que nos dieron comentando sobre recuerdos pasados que vivimos.

Hablar con mi padre era una de las cosas más tranquilas que podía vivir, nuestras palabras fluían desenvolvimiéndose en el ambiente y las risas no faltaban.

—Hija —la voz de papá se hizo más rígida lo que me daba a entender que el tema que tomaríamos sería más serio y posiblemente importante

—Dime papá —respondí de la misma manera

—¿Estas segura que quieres vivir aquí? ¿en verdad crees que el bosque puede ser tu hogar?

Sus palabras me sorprendieron, no le había comentando de mi verdadero plan.

—Se lo que quieres lograr con este viaje, no es solo averiguar tu pasado también quieres quedarte a vivir —su figura adulta e importante se acerco a mi que me empezaban a temblar las manos, coloco una mano sobre mi hombro

—Papá, cuando ingresamos en este territorio una energía que no puedo explicar me lleno el alma, siento una conexión con este bosque —mis palabras salían atropelladas por el nerviosismo a como reaccionaría

Un Mar De Emociones [Neteyam Y Tú] -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora