Capítulo 08

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—Ella es muy hermosa mamá —dije mientras picaba la fruta para llevar a los Ilu—. Y su cría es tan tierna.

—Eso mismo le dije —menciono en tono alegre

Ella estaba preparando más líquidos que usaba para curar, yo sabía algunas recetas pero no me gustaba prepararlos ya que era muy trabajoso y las cantidades tenían que ser puntuales.

Con la visita de los Tulkum hace dos días nosotras no dejábamos de hablar del tema. Mi madre se había reencontrado con su hermana espiritual y ahora tenía un bebé que era muy hermoso y siempre nadaba al lado de su madre dando piruetas.

—Sabes que pienso —me puse de pie acercándome a ella

—¿Cuéntame hija mía? —levanto la mirada para mirarme mientras sonreía muy alegre

—Quizá en un futuro próximo esa hermosa cría pueda vincularse con el hermoso bebé que llevas en tu vientre —me senté a su lado mostrandole una sonrisa

La sonrisa de mamá creció más y coloco una mano en su vientre dando caricias.

—Y podrán cantar juntas para sus hijos —añadí

—Hija hermosa —paso su mano por mi cabello—. Me alegra verte así.

—Mamá —me queje rodando los ojos

—No, no te molestes. Ìrea'ite te ves más despierta, feliz —sonreí—. Extrañaba ver esa linda sonrisa en el rostro de la hija adorada. No te preocupes por el pueblo, ellos pronto sabrán del hermoso corazón que llevas aquí dentro.

Puso mi mano sobre mi pecho.

—Y te amarán tanto como yo te amo, hijita.

Baje la mirada encontrándome con el recipiente donde estaba preparando sus especias.

—Mamá, tú me salvaste de morir en ese bosque pero —levante la mirada para observarla fijamente—. ¿No viste a alguien más ahí? Algún na'vi que posiblemente haya tenido relación conmigo.

—¿Te preguntas por tus padres verdaderos? —asentí

—Pero no te preocupes, no quiero que me malinterpretes yo solo tengo curiosidad.

—Ìrea'ite, esa tarde tu padre y yo tan solo oímos el triste llanto de un bebé y no falto más para que corra en tu busca. 

—Sí, pero no había alguien más, quizá sentiste la presencia de alguien —su mano se coloco sobre mi hombro indicando que guarde silencio

—Eras una criatura tan indefensa y sola —recalco la última palabra—. Te aseguro que no había nadie más que nosotros tres ahí, eres mi hija y yo soy tu madre verdadera, yo te amamante y cuide con todo el amor de una madre que ama. ¿De acuerdo?

Quería llorar, pero no lo hice solo asentí y me acerque a abrazarla.

La figura de papá pasó por la carpa y ingreso mientras mamá y yo nos poníamos de pie.

—Padre —baje un poco la cabeza mostrando respeto

—Hija —coloco una mano en mi cabeza y la alejó—. Ronal.

Menciono a mamá de una manera más firme y sería, eso solo significa que algo pasaba.

—Acompáñame —añadió

Ellos empezaron a caminar listos para salir de la carpa y me apresure a ir.

—Ìrea'ite —se giro para al sentir que estaba detrás suyo—. Quédate aquí.

Estaba por objetar, sin embargo el levanto su dedo índice haciendo que guarde silencio.

—Bien.

Tan solo se fueron dejándome con la intriga, entré a la carpa volviendo a terminar de picar más fruta lo cual no demoro más de dos minutos y empecé a ordenar todo.

Lave el cuchillo que use y lo guarde en su lugar, una canasta donde mi mamá ponía los cuchillos que usaba para cocinar, limpie también el espacio donde había picado la fruta.

El sol ya se estaba poniendo en el atardecer haciendo que el ambiente se ponga naranja.

De pronto vi a mis padre caminar a la carpa, sin embargo no venían solos, detrás de ellos estaban Tsireya, Aonung que fueron los primeros en entrar seguidos de Neteyam y Lo'ak. Mamá se había quedado hasta el final para entrar después del último Sully.

Todos tenían caras serian y décadas, pero los adultos estaban más molestos y se colocaron en media luna.

—Tú lo permitiste —entro mamá mirando furiosa a Tsireya

Observe desde una esquina sin entender lo que había ocurrido. Busque la mirada de mi padre y el solo me indicó que me quedara ahí con un ademán.

—Tú, dejaste que se vinculará con el exiliado —ella estaba realmente molesta y alzaba la voz

Conecte la mirada con Neteyam quien solo la desvío mirando al suelo y bajo las orejas.

—Tsireya —menciono papá acercándose a mi hermana—. Me decepcionaste hija.

—Papá —musité acercándome a detenerlo al ver el rostro decaído de mi hermana, estaba aguantandose de llorar

—Ìrea'ite —mamá me tomo del brazo deteniéndome y poniéndome atrás de nuevo

Vi que Jake y Neytiri Sully llegaban a la carpa.

—Y tú  —señaló a Lo'ak—. Como hijo de un gran guerrero fuiste mejor educado.

—Payakan me salvo la vida señor, no lo conocen —hablo Lo'ak firme y seguro de sus palabras

—No Lo'ak —susurro Tsireya, estaba intentando que esto se relajará

—Sentado —dijo papá indicando que se siente—. Sentado.

Volví a conectar la mirada con Neteyam y también le indique con las manos haciendo un leve moviendo hacia abajo para que se siente, pero no lo hizo.

—¡Siéntense! —grito papá y esta vez todos hicieron caso

—Óyeme bien muchacho. En los días de las primeras canciones los Tulkum pelearon entre ellos por territorio y por venganza, pero llegaron a comprender que matar no importa que tan justificado solo provoca más muerte, así que matar quedo prohibido. Así son los Tulkum y su ley, Payakan es un asesino así que fue exiliado —explicó más calmado y sereno

—Lo siento señor, pero se equivoca —objeto el chico

—Lo'ak, hablas con el Olo'eyktan —lo regaño Neytiri, su madre

—Ya sé —susurro Lo'ak con voz quejosa

—¡Ya basta! —grito su padre rígido y molesto y todos se quedaron callados

—Yo sé lo que sé —hablo Lo'ak levantando la mirada hacia mi padre

Inmediatamente Jake Sully se acerco a su hijo quien se giro a mirarlo con cierto temor.

—Dije que ya basta —le aclaro—. Yo me encargo de este. —le indico a mi padre

Jake jalo del brazo de Lo'ak llevándolo bruscamente de la carpa dejándonos en silencio.

Papá se puso de pie girando hacia atrás, yo baje la mirada por respeto y guarde silencio. 

—Pueden irse —indicó volviendo a ver a los chicos

Todos salieron de la carpa en silencio desapareciendo y me quedé a solas con mis padres.

—Hija ve a tu carpa a descansar, ya es tarde —mamá se acerco a mi aún enojada pero centrándose

—Está bien, que descansen —mencione caminando hacia el tazón de fruta que había picado y alzándolo

Ambos no dijeron nada así que solo salí de la carpa.

Un Mar De Emociones [Neteyam Y Tú] -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora