Capítulo 25

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Sentía ya haber vivido esto, la presencia de ya haber pisado sobre esta tierra haber seguido estos pasos que me guiaban al paraiso de mi concepción. Observaba con cautela todo a mi alrededor recordando mi historia, como si leyera un libro de mi pasado y las memorias volvían a mi mente. Conocía el final sin haberlo visto.

El canto de las aves o el gruñido de los animales eran la melodía que acompañados con la brisa que movía las ramas más traviesas de los árboles diseñaban con sencillez un ambiente mágico. La naturaleza es la mejor magia que se podría presenciar.

Y ahí estaba.

Me deje sorprender al ver la majestuosidad de aquel árbol tan grande y majestuoso, el verdor de sus hojas iluminaba el claro y mi corazón.

Pronto las miradas se centraron en mí, Mo'at dio los primeros pasos en mi dirección, el rostro de mi madre reflejaba preocupación por otro lado el de los demás tan solo buscaba respuestas.

—Puedo sentir una fuerza nueva —exclamó la mayor y toco mi pecho—. Acércate, creo que ya sabes lo que debes hacer.

Asentí. Me incline hacia Mo'at para mostrar respeto y camine al monumento natural frente a mis ojos.

Pase junto a mis padres quienes no detuvieron mis pasos pero logre ver el brazo el papá que rodeaba los hombros de mamá quien empezaba a derramar algunas lagrimas.

Cuando llegué frente al árbol miré la cascada que se encontraba cerca, en ahí mis padres me encontraron, sonreí con fragilidad al retener el recuerdo de mi visión. Tome mi vinculo al mismo tiempo que buscaba la rama exacta con la que conecte en el viaje que tuve y al tenerla alcé la mano para tomarla bajándola hacía mí.

Mi respiración era superficial por lo que trate de calmarme. Y lo hice dejándome llevar con las emociones al cerrar los ojos.

Lo que estaba ocurriendo no lo podría explicar con exactitud, pero trataba de mantenerme calmada para entender todo y lograr narrar.

El cielo celeste por la alegría y un conjunto de nubes blancas eran lo que lo decoraban, nubes suaves como la arena, aves recorrían el cielo alegre planeando con habilidad, la fuerza de sus aleteos formaban pequeñas brisas que a comparación del viento se disipaban con facilidad. Conocía el recorrido de cada una de las aves, se dirigían a sus nidos luego de ir a buscar comida para sus polluelos, todas las criaturas del aire grandes o pequeñas tenían un motivo específico por el que llegaron aquí y todos estaban en paz.

El espesor de cada árbol y el marrón de la tierra, la brisa que recorría cada hoja con delicadeza haciendo que esta baile al son de su ritmo lento. El toqueteo de cada pisada ya sea de criatura o na'vi; yo lo podía diferenciar; los pasos majestuosos de cada criatura eran fuertes a comparación del de un na'vi. Las nuevas vidas llegando a Pandora, crías de cada animal dando su primer respiro, su primer movimiento y la alegría de sus madres.

Y el agua, ese como dijo papá era otro mundo muy aparte que el anterior, el agua tenía sus propias reglas y el latido de cada corazon de la fauna que conformaban este universo acuático lo demostraba. El agua era el que conectaba a cada tribu, cada territorio alejado por liquido, me deje llevar por el camino del agua logrando visitar la aldea donde crecí, la vida ahí, la vida de cada palmera, cada Ilu incluso la función de cada grano de arena.

El cielo, la tierra y el agua eran tan diferentes como iguales, eran hermanos cada uno con sus tesoros y secretos que conectados formaban Pandora, formaban Eywa y me formaban a mí. 

Abrí los ojos mirando con respeto a la vida frente a mí, hice una reverencia agradeciendo por darme vida y finalmente le puse fin a la conexión física logrando que la vida del reinado de mi madre; Eywa; descendiera la fuerza en mi corazón.

Gire hacía los demás quienes me miraban atentos esperando por mis palabras. Los observe uno por uno sus rostros de curiosidad a excepción del de Mo'at quien parecía ya conocer la respuesta que todos los demás esperaban que dijera.

Empece a acercarme hacia mis padres dispuesta a hablar, sin embargo unos ruidos fuertes se acercaron, venían de todos lados hacía nuestra posición y sus pisadas eran tan fuertes que hacían que las hojas de cada planta se movieran. De repente ocurrió justo como en mi visión.

Cada criatura estaba aquí, principalmente los thanator, las criaturas de cuatro patas con la piel oscura, también estaban los hexepede, direhorse y muchos más que nos rodeaban.

—¡Acérquense! —oí el grito de Jake en tono autoritario

—¡Ìrea'ite! —era la voz de mi madre

Gire a mirarlos. Jake, papá, Neytiri, mamá y Neteyam apuntaban sus flechas en dirección a cada animal mientras que Kiri y Tuk estaban detrás de ellos protegidas.

—¡Ìrea'ite, ven! —exclamo papá queriendo acercarse pero una mano lo detuvo

—¡Alto! —dijo Mo'at colocándose unos pasos más adelante—. Bajen sus arcos.

Nadie obedecío, tenía que hacer algo.

Pase saliva intentando estar tranquila y me acerque a un Thanator quien protegía a sus crías de los arcos y gruñía mostrando sus filudos colmillos.

—¿Qué crees que haces? —escuche la voz de Neteyam, se notaba preocupado

Acerque mi mano hacía el hocico del animal de gran tamaño esperando que no reaccionara mal. Soltó un gruñido en mi dirección. 

—Tranquila —susurré con una voz suave

Poco a poco se acerco a oler mi mano para después dejarme asombrada al restregar su cabeza en mi mano buscando que la acaricié y así lo hice. Entonces aquella criatura se inclinó en mi dirección deslizando un poco kas patas hacia adelante y bajando la cabeza, al poco rato todos los demás animales la imitaron y yo también les di una reverencia.

Mire a mis padres y a los demás, sus rostros estaban sorprendidos, logré ver una sonrisa formarse en el rostro de Tuktirey que después también se formo en el rostro de Kiri. Mo'at asintió con la cabeza dándome una mirada de aprobación y fue ella la primera en acercarse.

—Nunca había presenciado un acto como este —menciono al estar frente a mí—. Te veo, Ìrea'ite hija de Eywa —añadió dándome una pequeña reverencia que se la devolví

Un Mar De Emociones [Neteyam Y Tú] -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora