Un Mar De Emociones [Neteyam Y Tú] -TERMINADA-

Capítulo 18

Mis pies corrían tan rápido que el temor de que podría caer me empezó a preocupar, aunque la verdad no duro mucho cuando su mirada se puso en mí. 

—¿Ìrea'ite? —su voz era débil pero aun así pudo llegar a mis oídos—. ¡Ìrea'ite!

De inmediato de puso de pie y corrió hacia mí, las lagrimas bajaban por mis mejillas como si de una cascada se tratase. Estaba tan cerca de él, solo unos metros y podría sentir su cuerpo, su amor.

Un impulso hacia adelante me tomo por sorpresa, iba a caer sobre la arena, cerré los ojos del susto, sin embargo, no caí sobre la arena en lugar de ello un gemido de dolor hizo que vuelva a abrir los ojos.

El rostro adolorido de Neteyam estaba justo frente al mío, mientras que su cuerpo permanecía debajo de mí.

—¿Estás bien? —cuestione asustada lista para levantarme pero sus brazos rodeando mi espalda me detuvieron

—Sí, no te preocupes —abrió los ojos mirándome con intensidad—. Estás aquí. 

Esas dos palabras provocaron una sonrisa en mis labios y el rubor en mis mejillas.

—Junto a ti —añadí mirando sus ojos sin intenciones de apartar la mirada, me devolvió la sonrisa—. Hay que levantarnos.

—No —hizo presión en mi espalda—. Quedémonos así, me gusta.

—Pues a mí no, me siento incomoda además te estoy haciendo daño —me queje con intenciones de levantarme

Dejo salir una risita.

—Eres incapaz de hacer eso —acaricio mi espalda—. No me haces daño, ¿Okey?

Trate de quitarme la idea de la cabeza al escuchar lo que me decía. 

—Okey. 

—Eso es mi luna —coloco una mano en mi mejilla

—¿Qué? —lo mire extrañada

Neteyam me regalo una sonrisa que hasta mostraba sus dientes y parte de sus colmillos.

Lo recordé. 

—No creí que tú también lo recordarlas —hable

—Entonces, ¿ocurrio de verdad? —pregunto abriendo los ojos un poco más grande, sus palabras me confundieron—. Perdon, solo recuerdo algunas partes.

Asentí dándole a conocer que comprendía. Coloque una mano sobre su mejilla empezando a acariciar su pómulo izquierdo logrando que sonría. 

—¿Qué recuerdas? —sentía su mirada llena de dulzura observando mis ojos

—Casi no las palabras, ni las acciones, pero recuerdo bien el sentimiento que tenia —aparto un mechón colocándolo detrás de mi oreja—. Tus ojos brillan más que todas las estrellas.

Trate de levantarme, sin embargo, su agarre no disminuyo, de pronto cambio la posición estando él arriba mío sin quitar la sonrisa de sus labios.

—Lo más cercano a la luz de ojos es la luna —susurro

—Ya Neteyam —el calor subía por mis mejillas y la vergüenza empezaba a consumirme

El sonido de su risa lleno el ambiente y se levanto sentándose en la arena, me tendió la mano para que me levantara y acepte colocándome a su frente.

Observe sus ojos que destellaban, tenia una hermosa sonrisa que al parecer no podía ocultar.

—Gracias Ìrea'ite —exclamo sin perder la conexión de nuestros ojos

Percaté un confuso sentimiento en mi corazón espiritual, una extraña conexión que me unía al alma del joven frente mío. Coloque una mano sobre mi pecho notando mis latidos acelerados.

—Me devolviste a la vida —se acerco con cautela a mi rostro tomando mi mejilla derecha—. Quiero contarte algo.

Centre mi atención en él.

—Te siento en mí —susurro cerca mi rostro

Fruncí ligeramente el ceño aunque sin apartar la mirada.

—Es extraño, pero puedo sentir los latidos de tu alma en mí, cuando aun estabas dormida lograba sentir tu corazón débil latir en mi interior. He estado pensando en eso y tengo la vaga idea de que al yo estar débil y tú darme tu fuerza y vitalidad, quizá una parte de tu espíritu paso a mí. 

Sus palabras tenían sentido y quizá esa sea la conexión que estoy sintiendo en este momento.

—Creo que es una locura —intento apartarse pero lo tome de ambas mejillas

—Siento la conexión —hable con suma sinceridad—. No sé si eso puede llegar a pasar, pero...

—Si nos unimos en alma a lo mejor lo podamos descubrir —me percate del cambio en sus pupilas al mencionar eso

—¿A que te refieres?

Neteyam se giro un poco mientras que su mano derecha buscaba algo entre la oscuridad, yo seguía sus acciones con la mirada tratando de descifrar lo que quería decir con esas palabras. Su mano subió justo frente a nosotros sosteniendo su trenza donde se encontraba su vinculo.

Mi cuerpo se detuvo por un segundo, ya lograba entender las intenciones a las que se refería.

—Ya me siento unido a tí, Ìrea'ite, pero quiero hacerlo con la bendición de Eywa —subí mi mirada a sus ojos que tenían las pupilas aun dilatadas—. Te quiero a mi lado para siempre, como las estrellas permanecen junto a la luna todas noche.

Baje la mirada y cerré los ojos mientras mi mano tomo mi vinculo y lo levanto a la misma altura que Neteyam mantenía su mano y la posicione a su lado.

—Quiero quedarte contigo para la eternidad de las noches —susurre volviendo a hacer contacto con sus ojos

Su sonrisa provoco que yo también sonriera. Nuestras miradas sincronizadas pasaron hacia nuestras manos y las acercamos con despacio. Una electricidad empezó a correr por mi sistema nervioso empezando desde mi pecho hasta llegarme por completo cuando los vínculos estaba completamente unidos.

Miré a Neteyam, sus labios entreabiertos y los ojos cerrados con algo de fuerza.

—Creo que logro sentir a la parte de mí que se quedo en tí —musité mirando sus labios, algo que no conocía me atraía a él

—¿En serio? —estaba empezando a abrir los ojos lentamente encontrándose con mi mirada, asentí 

Coloco sus manos en mis mejillas y empezó a acercarse con cuidado, su respiración agitada chocaba con la mía.

—Neteyam, una parte de mi alma vive en tí —susurre a solo centímetros de sus labios

El espacio desapareció dejándome sentir sus suaves labios sobre mis míos, ambos danzában al ritmo de los latidos nuestros corazones unidos, si antes el sentimiento de besarlo era asombroso ahora lo sentía llego de magia.

Neteyam vivía en mí y yo en él, ahora, mañana y siempre.