Cuando estaba en el mejor de mis sueños lechuciles, resulta que llamaron a la puerta de la calle. Fastidiada, abrí un ojo e, inmediatamente después, oí una voz que me sonaba:
—Buenos días, señores Granger —dijo—. Soy el auror Shacklebolt y mi compañero es el auror Dawlish. Somos los magos encargados de escoltar a Harry Potter y Hermione Granger al callejón Diagon.
—Encantado de conocerles, señor Shaklebolt y señor Dawlish —dijo Richard. Harry despertó en ese momento también y vi que se asomaba a la puerta, así que me posé en su hombro y salimos al salón—. ¿No es un poco pronto para llegar? Son las ocho de la mañana de un domingo. ¿Vosotros los magos nunca dormís?
—A veces, sí —dijo Dawlish; su voz sonaba a dormido y cansado.
—Bueno, eso da igual ahora —dijo Jane, llevándolos al comedor—. ¿Quieren desayunar algo? Seguro que están hambrientos.
—¡Jane! —protestó Richard.
—Vamos, Rick, ante todo la educación —dijo Jane—. ¿Cómo quieres que Hermione sea educada si tú no predicas con el ejemplo? Son invitados. A pesar de todo, vienen a escoltar a los chicos, no a detenerlos ni nada parecido… espero.
—Descuide, señora Granger —dijo Shacklebolt—. Harry Potter no ha hecho nada para ser detenido. Todo el mundo puede perder el control de su magia alguna vez.
—Además —añadió Harry—, no hay prisa, ¿no? No creo que el tal Sirius Black vaya a aparecer de repente aquí para tratar de matarme ni nada parecido, y menos con dos magos cuidando que no me pase nada.
—De todas formas, toda precaución es poca —dijo Dawlish—. No debiste salir de la casa de tus tíos bajo ningún concepto.
—Se nota que no vive allí, señor —dijo Harry—. Creo que estoy más seguro con Sirius Black que con los Dursley.
—De todas formas, ha sido una imprudencia —intervino Hermione—. Podría haber aprovechado para matarte si te hubiese encontrado.
—Ya, pero no sabía que estaba por ahí hasta que monté en el taxi y el taxista me lo dijo, Hermione —arguyó Harry.
—No, claro… —musitó Hermione, visiblemente arrepentida. Aún tenía mucho que aprender para ser una bruja respetable como yo, y una de las cosas que tenía que aprender era no sentir culpa—. Visto así…
—Bueno, eso da igual ahora —cortó Dawlish—. Tendremos que irnos cuanto antes. Harry, no debes salir del callejón bajo ningún concepto. Black es extremadamente peligroso y muy inteligente. Es el primer preso que se ha escapado de Azkaban —ahí contuve un gesto de triunfo, ya que seguían sin saber que yo también me había escapado. Todo iba según lo tenía planeado—, y eso que lleva mucho tiempo funcionando. Tendrás que estar siempre vigilado por algún mago y el mejor lugar es el callejón. ¿Entendido?
—Sí, ya me lo dijo el ministro, que no debía ir a la zona muggle —dijo Harry—, pero ¿están seguros de que Black es un asesino? Quiero decir, aún no ha matado a nadie, y eso que hace ya días que se ha escapado, ¿no? De hecho, ni siquiera saben dónde está.
—Tenemos cierta información que nos hace sospechar que tú eres el objetivo principal de Black, Harry —dijo Shacklebolt—. Es información confidencial, por supuesto.
ESTÁS LEYENDO
Cuentos De Lechuza
FanfictionNota: Está historia no es mía ni de mi creación, está historia se encuentra en FanFiction crédito a su respectivo Autor: Darth Alkorta Bellatrix es una animaga. Cuando consigue llevar a cabo su plan de escapar de Azkaban para matar a Harry Potter, n...