LA SEGUNDA PRUEBA

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El día siguiente estuvo cargado de sorpresas, la mayoría tenían la misma importancia que observar la vida de un escarabajo, pero algunas sí merecen mención. Por ejemplo, según me contó Harry, McGonagall insistió durante toda la clase en hablar lo más bajo posible, y sólo lo imprescindible. Estaba claro que tenía una resaca del quince y le estaba pasando factura.

«Así que incluso una estirada como McGonagall se suelta de vez en cuando», pensé, divertida. «Eso está bien».

Por otro lado, aunque no tenía mucha importancia, Luna y Lily continuaron juntas como novias, o dicho de otro modo, no aparecieron como pareja sólo por hacer la gracia el baile, sino porque realmente parecían gustarse y no les dio miedo o vergüenza mostrarlo . Ante eso, simplemente me encogí de hombros y sonreí. Otra parejita en el grupo, ya éramos tres, Draco y Hermione por fin se mostraron también, al ver que admitíamos sin más repercusión a las lesbianas, y también fueron adoptadas, aun siendo una pareja Slytherin/Gryffindor. ¿Acaso no había ya una pareja Gryffindor/Ravenclaw (Harry y yo) y otra pareja Ravenclaw/Slytherin (Luna y Lily)? Que las chicas resultaron una pareja un tanto peculiar no significó nada. Así pues, cabría perfectamente una pareja Slytherin/Gryffindor. Así lo argumentaron y así lo aceptamos nosotros.

—Ya sólo queda algún representante de Hufflepuff para tener las cuatro casas en el grupo —observó Lily.

—¿Qué hay, gente? —era Neville, que se unía a veces, y esta vez no iba solo, sino con una Hufflepuff—. ¿Nos podemos unir al grupo?

—Claro —invitó a Harry, dejándoles un hueco—. Adelante. ¿Quién es tu amiga?

—Soy Susan Bones —se presentó la Hufflepuff—. Encantada de conoceros.

—Igualmente —dijimos casi todos; Draco sólo gruñó.

—Bueno, pues bienvenida al grupo, Susan —dijo Hermione—. Y ya iba siendo hora de que te unas definitivamente, Neville —añadió—. Empezamos nosotros tres, ¿recuerdas? No sé por qué te has mantenido al margen desde un segundo, la verdad.

—Porque hacéis cosas muy peligrosas —respondió Neville, sentándose; su amiguita se sentó a su lado, tímida.

—Pues no hemos dejado de hacer cosas peligrosas —indicó Harry—. Por ejemplo yo. Soy el "campeón apócrifo", ¿recuerdas?

—Comemos un lamentable error al juzgarte, Harry —dijo la Hufflepuff—. Hay que estar muy mal de la cabeza para apuntarse en ese torneo tan peligroso sin estar preparado. Ahora ya sé que no te metiste por gusto, sino porque te metiste en alguien.

—Bueno, ya siendo va hora de que os empecéis a dar cuenta —gruñó Harry—. Pero bueno, eso ya está solucionado, así que no pasa nada. ¿Qué tal el baile de ayer? McGonagall parecía tener resaca, es curioso.

—Sí, es verdad —coincidió Luna, riéndose—. Hacía muecas de dolor cuando oía algún sonido agudo o más fuerte de lo normal. Parece que se divirtió de verdad.

—Quién lo diría, ¿eh? —bromeó Lily, a su lado, antes de darse cuenta de un piquito.

—E-esperad —tartamudeó Susan, atónita, nada más ver el detalle—. ¿Es que sois pareja?

—Sí, ¿por? —asintió Lily, encogiéndose de hombros.

—Somos seis en el grupo y formamos tres parejas, no hay nada raro —añadió Hermione, con Draco de la mano.

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