Cuentos De Lechuza

YA NO QUEDA MUCHO TIEMPO

ATENTADO EN EL MINISTERIO DE MAGIA

El titular que les ofrecemos hoy habla por sí mismo. Ayer, 31 de julio, se produjo un terrible atentado en el ministerio de magia, en el cual murieron diez personas, destacándose entre las víctimas al recién elegido ministro Rufus Scrimgeour, asesinado durante su discurso de investidura. El asesino, que murió junto con sus víctimas, era sospechoso de ser un mortífago, seguidor como todos saben de Aquél Que No Debe Ser Nombrado. No se sabe a ciencia cierta cómo pudo dicho mortífago volarse a sí mismo, junto con el ministro y el resto de víctimas, pero sí se sabe que lo hizo "por el Señor Oscuro".

" Sin duda era un maníaco homicida", declaró públicamente Lucius Malfoy, respetable miembro del ministerio. "Su acción ha sembrado el caos en el ministerio, provocando una situación de vacío de poder en el cual Quien Ustedes Saben puede tomar el control de todo…"

Por otra parte, Harry Potter, el Niño Que Vivió, se expresó aún más vehementemente, declarando que "En este atentado no sólo han muerto estas diez personas, destacando al señor Scrimgeour, sino que ha muerto, quizás, la única posibilidad que tenía el mundo mágico de superar la crisis que se nos avecina. Es una vergüenza que haya aún gente como esos mortífagos, incapaces de asumir que existe una vida dedicada a la paz…"

Rufus Scrimgeour, quien como ustedes sabrían era el jefe de la Oficina de Aurores, habría podido ser un ministro capaz y, sin duda, habría organizado una contraofensiva contra las fuerzas de Aquél Que No Debe Ser Nombrado. Esas son las causas aparentes de su asesinato, según la opinión de los aurores encargados de la investigación. Por ahora, nadie ha sido elegido para ocupar el cargo de ministro todavía, pero se sospecha que se están barajando algunos nombres muy destacados que no enumeraremos por seguridad y…

—Bien, todo va según lo previsto —dijo Harry, tras leer el artículo. Parecía tranquilo.

—¿Esto formaba parte de tus aviones? —pregunté, asombrada por su tranquilidad—. ¿Por eso fuiste al discurso de investidura?

—Fui sin invitación, sí, pero no tuve ningún problema cuando me reconocieron —sonrió y continuó—. Volviendo a tu pregunta, no, sólo fui porque tenía curiosidad por ver si el nuevo ministro iba a ser de fiar —suspiró—. Este atentado suicida ha sido una tragedia para todos. El tal Scrimgeour parecía muy capaz. Era el jefe de la oficina de aurores, ¿no? Seguro que tenía en mente muchas soluciones para acabar con Voldy.

—¿Entonces por qué estás tan tranquilo?

—Bueno, no hay mal que por mi bien no venga —respondió, guiñándome un ojo con desparpajo y una sonrisa—. Tengo un plan. Escucha.

No cabía en mí de asombro. Harry habia aprendido demasiado bien mis metodos, tanto que me sentia superada. Parecía que le había venido bien el atentado, al final, pues acababa de sacar tajada de donde no la había. ¿Qué planeaba con esto?

—¿Y tú crees que estarás de acuerdo? —le pregunté, cuando terminó de explicarme el plan. Era brillante, sí, pero no acababa de ver claro el porqué de tan repentina decisión—. No sabemos siquiera si va a ser posible.

—Bueno, si será posible o no es un tema que solucionaré en otras reuniones sociales —dijo Harry, sin inmutarse—. A fin de cuentas, desde que Voldy nos atacó gozamos de bastante popularidad. Les encanta lamer culos —rió—. Bien, voy a aprovechar ese tirón mediático de forma positiva.

—¿Y aceptará?

—Sí, es muy posible. Tiene ganas de volver a ser útil y el puesto de ministro será crucial para él, para que pueda ser de utilidad, y para nosotros, para mantener todo bajo control. Necesitamos gente de confianza en los puestos más importantes.