CAPÍTULO 9

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—Parece que no puedo dormir... —gimió Lauren sujetándose la cabeza mientras al otro lado, el Dr. Pitt respondía:
—Intente dormir a las diez esta noche... Sra. Jauregui —Lauren se quedó mirando su cuarto oscuro y bajó los pies de la cama antes de mirar su camisón.
—No he dormido ni anoche ni la noche anterior. Tengo que dormir para mantener la cordura... Ya sabe lo que pasó la última vez —El médico del otro lado se quedó un poco callado antes de preguntar:
—Pero le dije que tomara las pastillas para dormir si había algo que la forzara a trabajar demás —Lauren no respondió a esto y eso hizo que el médico siguiera—¿Es por el trabajo, señora Jauregui?
Y, mucho más allá de la cabeza de Lauren sabía que también se debía a que todavía no había superado lo que hizo Andrea.

Tampoco le alcanzaba el tiempo para buscar a alguien para suplir, y, como si el destino no quisiera que se diera un respiro, se había encontrado con Camila.
Y a pesar de haber contratado al doctor Pitt para mejorar su salud mental, había sido imposible que compartiera cualquier cosa de su vida privada con él.
—¿Sra. Jauregui? Si no quiere hablar de ello no la presionaré, pero puede escribirlo en su diario y averiguar lo que está pasando por su cuenta esta vez también. Y, si puede arreglárselas, debería venir a visitarme. Puedo ayudar a hacerle algunas pruebas. Estar despierta durante tanto tiempo también ha sido letal para usted en el pasado. Por favor, tómese dos pastillas e intente dormir...
—Lo visitaré el domingo —respondió Lauren levantándose de la cama para tomar una pastilla del cajón.
Solo se tomó una. Odiaba el hecho de tener que tomar pastillas para mantenerse cuerda, pero el médico tenía razón. Incluso en el pasado, llevar un diario con sus pensamientos la había ayudado.
Llevaba un diario desde el momento en que sus padres se divorciaron, cuando únicamente tenía ocho años. De hecho, fue en su cumpleaños cuando le dijeron que sus padres se iban a separar.
Apoyada en el cabecero de la cama, miró la página blanca y crujiente en blanco, y luego, comenzó a escribir.
Estoy escribiendo para aclarar mi mente... quiero saber de qué se trata todo esto. Las cosas en el trabajo van increíblemente bien. Y esta es la primera vez que tengo esta crisis después de una ruptura. Andrea era realmente una mujer increíble. Un cuerpo modélico, un alma orientada a la carrera y resistente, pero es claro que fue mejor que no haya ido más allá. Ella odiaba mis horarios de trabajo, mis opiniones políticas y sociales en todo momento. Lo sé porque nunca trató de ocultarlo. ¿Fue esa la razón de nuestra ruptura? Está claro que no, he visto a muchas parejas con puntos de vista completamente diferentes que han funcionado. Siempre culparé a Andrea por no intentar que esto funcionara y me decepciona su falta de compasión para con nuestra relación. Para colmo, mi hermana me ha dicho que debería buscarme una mujer estúpida que crea que un matrimonio puede funcionar conmigo...
Su mano se detuvo mientras la cara de Camila aparecía en su mente. Tragó saliva con fuerza mirando el papel y volvió a empezar.
No... sé que esto no se trata de Camila. Además, ella ya no es estúpida. En todo caso, consiguió su columna... una, para decirme en mi cara que ella había conseguido una persona mejor ahora...
Entonces, Lauren se quedó mirando las líneas.

Por supuesto, esto se trataba de Camila. Había estado inquieta desde que salió de su casa. La forma en que ella se burló y lanzó veneno le había afectado. Lo que dijo sobre su marido era lógico. ¿Se casó literalmente con una sanguijuela y se atrevió a decirme que es mejor que yo? ¿De verdad? ¿Shawn?
Lauren gimió y tiró el libro a un lado de la cama antes de levantar la vista y mirar el lujoso techo de su habitación.
Ahora estaba segura de que se trataba de cómo Camila intentaba restregarle su matrimonio por la cara, pero entonces sonrió pensando en cómo conseguiría mostrarle su propia vida fabulosa.
No le importaba si ella se arrepintiera o no, mañana por la noche conseguirá tener su venganza y vería la cara de derrotada de Camila.
Todo esto, solo le hizo pensar que todo estará bien después de ese mismísimo momento.
El sol amaneció en la residencia de Mendes, pero este fin de semana fue un poco diferente para Camila, ella encontró a Shawn despertándola a las siete de la mañana y solo pudo gemir cuando intentó mirarla.
—¿Qué pasa? —Preguntó, pero sonrió cuando sintió a Shawn dejando pequeños besos en su mandíbula.
—Despierta, preciosa... Te voy a preparar el mejor desayuno ahora... —Camila sonrió mirándolo y le devolvió el beso cuando él se inclinó por uno.
—El sábado me toca a mí... ¿Qué es esto? —Y, antes de que pudiera terminar él le recordó con su mirada que hoy tenían programada una cena con Lauren.
Mirar la brillante sonrisa de Shawn solo la hizo sentirse más culpable.
—Quiero que estés lo mejor posible en este día... —Shawn le besó el cuello y Camila parpadeó—... Me pregunto si todos pueden ver cómo tengo la chica más hermosa del mundo.
—¿Chica? Tengo treinta años... —Camila respondió solamente para que Shawn se apartara y sonriera.
—Siempre serás mi chica... —Él se inclinó para besarla de nuevo antes de salir a poner su pan de mantequilla y bacón favorito en el plato.
—¿Estás tratando de engordarme? —Camila se levantó para tomar una tostada.
—Yo también me pregunto cómo te verás gorda —Y, esto hizo que Camila mirara a Shawn.
—Yo también me pregunto cómo me veré embarazada... —Shawn la miró y sonrió,
—Tampoco puedo esperar y... siento mucho que tengamos que esperar hasta... —antes de que Shawn pudiera terminar, Camila intervino.
—Te dije que no tienes que preocuparte por tus cuentas. Soy contable, Shawn. Puedo ayudarte a gestionar y también puedo hacer más cosas. Confía en mí... —pero al ver a Shawn mirándola fijamente, se detuvo y dio un sorbo al café.
—Yo también quiero hijos, pero...
—Lo sé Shawn... y, supongo que debería ser comprensiva en este tema. Yo... debería preocuparme por lo que piensas, pero seré más feliz si puedes considerarnos ya como una unidad y tener la seguridad de que si puedo permitirme tener hijos... esto significa, nosotros...
—Dame dos meses y medio. Estaré libre de deudas con este trabajo a la mano y no olvides... Que tú me has mantenido durante estos meses, así que, básicamente no puedo, y está claro que no puedo hacerlo sin ti. Pero... intentaremos lo del embarazo en el momento en que yo también esté ayudando a llevar esta casa, ¿vale? —Camila asintió con la cabeza y sonrió antes de tenderle los brazos:
—Me encanta todo de ti, Shawn... —él se puso a su lado y le besó la cabeza.
Camila quería ponerse al día con su novela porque Shawn la estaba mimando por haber accedido a la cena con Lauren.
De cierta forma le gustaba cómo estaba mentalmente preparada para la cena ahora, y sin olvidar que estaba disfrutando de su sábado en el sofá, hasta que Shawn la interrumpió con un vestido rojo y blanco frente a ella.
—¿Cuál? —Preguntó Shawn y ella abrió los ojos.
—No... definitivamente no, Shawn... esto no es tan formal, estoy segura de eso —eso hizo que Shawn la fulminara con la mirada.
—El blanco seguro...
Por supuesto, el blanco era el color favorito de Camila. Pero haciendo caso omiso, se puso a leer su novela, hasta que se dio cuenta de un momento en el pasado en que le dijo a Lauren lo mucho que le gustaba el blanco, cuando supo que, a ella, también le gustaba el blanco.
—¡Joder! —Gimió y corrió hacia Shawn.
—No creo que sea una gran idea, Shawn... —Comenzó, pero Shawn parecía exasperado.
—Será mejor que te prepares si no quieres que te vista aquí mismo —Camila sonrió mirando sus bonitos ojos.
Ella asintió con la cabeza creyendo que no importaba. De hecho, era agradable que Lauren hubiera llamado y organizado esta cena con su novia. En todo caso, estaba segura de que estaría demasiado ocupada con su marido como para fijarse en su novia.
Shawn detuvo el coche delante de los restaurantes de azotea más caros del centro y cuando encontraron el servicio de aparcacoches Camila sacudió la cabeza. Estaba preparada para que Lauren mostrara su estatus y su novia, pero sabía que no le iba a afectar.
Sonrió mirando a Shawn mientras tomaban el ascensor hacia el restaurante. A Camila le pareció extraño que la persona de la entrada pareciera darles la bienvenida ya sin preguntarles si tenían alguna reserva.
—Espero que disfruten de su cena aquí —dijo el gerente y Shawn se apresuró a añadir:
—Te dije que esto era una gran idea... —Camila miró los altos techos de cristal mientras una banda tocaba música en directo.
—¿De verdad ha reservado todo el restaurante? —se preguntó Camila.
—Creo que sí —y en ese momento supo que había hecho la pregunta en voz alta.
La terraza exterior era espaciosa y no fue difícil darse cuenta de que Lauren estaba hablando con una mujer alta con un vestido rojo. Pudo notar que era Lauren a pesar de que estaba de espaldas porque el aura que emitía, ensombrecía todo el lugar.
—Buenas noches, Sra. Jauregui... —saludó Shawn y Camila aspiró el aliento en el momento en que Lauren se volvió con una sonrisa.
Tenía un traje de rayas azules y una corbata a juego.
Camila tragó saliva y se dio cuenta de que su pelo negro estaba perfectamente peinado. Si no se equivocaba, era el mismo traje que una vez le dijo que le encantaría que se pusiera cuando tuvieran su propia boda.
Ella parpadeó con fuerza cuando Shawn la llamó.
—Camila... —comenzó a caminar hacia Lauren de nuevo y trató de manejar una sonrisa sólo para tener sorpresa en su rostro.
—Señora Mendes... —odiaba cómo sonaba en Lauren y solo pudo tocar el traje de Lauren por la derecha, cuando Lauren la envolvió en un abrazo.

Tuvo que decirse a sí misma que probablemente Lauren no recordaba el vestido que intentaba enseñarle once años atrás. Su estado de ánimo se agrió al instante al preguntarse por qué intentaba establecer algún contacto físico con ella todo el tiempo y no dudó en fulminarla con la mirada cuando se apartó.
—Me alegro de que hayas aceptado la invitación... —dijo Lauren y fue lo suficientemente hábil como para mirar a Shawn sin dejar que sus ojos vagaran por Camila más de lo necesario.
Camila forzó una sonrisa antes de intentar compartir un abrazo con la mujer que estaba justo al lado de Lauren, sólo para tener la torpeza de golpear su cabeza contra Lauren cuando su talón se estabilizó.
Odiaba que le afectara su aliento apresurado sobre su oreja.
—Lo siento... —dijo Camila negándose a mirarla y se adelantó para compartir un medio abrazo con la mujer. Decir que era hermosa era un eufemismo.
Desde su larga melena rubia hasta su fina cintura y sus turgentes pechos, todo parecía perfecto. Se podía decir que definitivamente era uno de esos ángeles de Victoria Secret.
—He oído hablar mucho de ti por parte de Lauren, Camila —La mujer dijo en voz no muy alta y miró a Shawn y a Lauren que ahora estaban literalmente a tres pasos de ellas, pero luego comenzó a alejarse mientras Lauren le mostraba el camino a Shawn.
Camila miró a la mujer y tragó fuerte.
—Espero que cosas buenas —su voz llegó muy cortada.
Comenzaron a seguirlos a la mesa cuando de pronto un pensamiento golpeó duro a Camila.
Con seguridad, este era el momento propicio para que Lauren soltara que ellas habían salido en el pasado, y esto, iba a arruinar su matrimonio con seguridad.
Camila trató de sonreír un poco antes de aceptar el asiento que Shawn había sacado para ella. No pudo evitar preguntarse lo estúpido que fue no contarle nada a Shawn sobre su pasado.
—¿Estás bien? —le preguntó Shawn.
Camila lo miró a los ojos y asintió dándose cuenta de lo mucho que le gustaban esos ojos.
Y lo último que quería, era que esos mismos ojos la miraran con dudas de ahora en adelante...

—No pude esperar a darte las gracias en persona, Shawn. Realmente significa mucho para nosotras —la atención de Shawn fue captada por la chica mientras los ojos de Camila viajaban hacia Lauren que estaba sentada justo frente a ella.
La diversión en esos ojos esmeralda hizo que su estómago se revolviera. Y, el mero hecho de pensar que Lauren debía haberse dado cuenta de que ella no le había contado a Shawn sobre su pasado, le hizo morderse la boca. Por supuesto, esta era la razón de la reunión.
Lauren quería arruinar su matrimonio con seguridad...

El regreso de mi ex (camren gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora