CAPÍTULO 42

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Lauren se detuvo frente a su casa de la playa y se acercó a abrirle la puerta a Camila. Pero en el momento en que sus ojos se posaron en ella, se inclinó a su lado y le susurró:
—¿Puedo? —Camila sonrió negando con la cabeza.
—¿Intentas ser amable?
—¿Te importa si intento serlo? —preguntó Lauren.
—No, pero ¿y si me niego a tu petición? —Ella se cruzó de brazos en el pecho mientras Lauren pensó en una respuesta.
—Bueno, no me importará quedarme aquí y acompañarte —Camila asintió ante su disposición, pero luego la miró.
—¿No crees que aquí hace bastante calor para hacer algo así? ¿Por qué no nos vamos a otro sitio?
—Claro... —Lauren se inclinó para levantarla mientras añadía—... Pero podría hacer más calor en el dormitorio. ¿No crees? —Camila escondió la cara en su cuello.
—¿Qué? Pensé que dirías algo que me quemara por dentro —ella negó con la cabeza y Lauren se fijó en sus ojos. Algo pasó por ella y quiso saber en qué estaba pensando.
—¿De qué se trata? Dímelo ya... —Lauren la metió dentro del dormitorio donde el aire frío golpeó la cara de Camila.
—Es increíble aquí. ¿Verdad? —Dijo Camila mientras Lauren la ponía en la cama y empezaba a quitarle los zapatos.
—¿Estás tratando de evitar mi pregunta?
—No es nada... es que... no sé cómo alguien puede encontrarme atractiva... cuando no puedo ni caminar y... —Pero en el momento en que miró a Lauren se quedó callada al notar su desaprobación.
—No tienes ni idea de lo que eres Camila. Si por un momento pudieras verte con mis ojos... —Camila notó sus ojos en su boca antes de que Lauren se acercara a besarla apasionadamente.
Camila sabía que no necesitaba ninguna explicación. Puede que tuviera razón en lo de que era poco atractiva, pero Lauren era un milagro que había ocurrido con ella.
Lauren se apartó para mirarla a los ojos. Su mirada acalorada y su aliento caliente en la boca de ella fueron suficientes para decirlo todo.
—Haré cualquier cosa para mantenerte, Camila. Cualquier cosa... —Lauren le dijo y esta vez ella también le devolvió el beso.
Había un hambre cruda en sus ojos cuando se apartó y Camila sólo consiguió que sus dedos se apretaran sobre sus hombros. Esta vez Lauren bajó para chupar lentamente su boca y se retiró para llevar la boca en su cuello. Sus respiraciones superficiales se volvieron aún más erráticas cuando Lauren bajó las manos a su cintura para sostener su cuerpo más cerca.
No había pensado en volver a sentirse así. En estos últimos meses, se había sentido tan sola que ahora tener a Lauren la hacía confiar en este afecto. No quería decirlo, pero quería darlo todo. Incluso su confianza.
Lauren le pasó el brazo por debajo de las rodillas y la ayudó a apoyarse en el cabecero. Camila apoyó su espalda y la miró sacando su otro zapato y Lauren movió su pie en un movimiento circular con cuidado mientras ella entrecerró los ojos.
—¿Dijiste que no habías hablado con Debra? —Camila podía pensar que estas dos habían hablado de sus ejercicios.
—No sabía que ella era Debra. Y, ¿por qué actúas como si no me conocieras? Sabes que nunca miraré a otra mujer —Camila la miró por un momento y Lauren también entendió lo que pasaba entre ellas.
No quiso mencionar a Shawn. Sabía que la culpa era de lo que había pasado en su anterior relación, pero no quería decir nada que la hiciera sentir que estaba dañada.
—Ouch... —Camila levantó su mano izquierda y Lauren la miró.
—Lo siento. ¿Te ha dolido? ¿Incluso ahora? —Camila se inclinó sobre su espalda y negó con la cabeza.
Se quedó mirando su cara antes de susurrar. —No es que no confíe en ti, pero...
—Pero te has vuelto un poco posesiva... ¿Debería ayudarte a ponerte la ropa nueva? — Intentó cambiar de tema y al ver la reacción de Camila supo que le sirvió.
—¿De verdad? ¿No vas un poco rápido? Como un adolescente que no puede esperar a que su novia se desnude —Su sonrisa chulesca le hizo poner los ojos en blanco.
Dejando su chaqueta en el suelo se acercó a la cama para envolverla en su brazo derecho. —Lauren... —Camila jadeó al ver cómo Lauren amasaba su cintura.
—Sí... esto es lo que deberías hacer... llamarme por mi nombre... seguir llamándome... Sabes que te hace cosquillas aquí... —Camila le tomó la mano para detenerla, pero luego al notar su mirada le susurró.
—¿Qué estás mirando?
—Nunca te dejaré ir, Camila. Aunque quieras... no me importa. Estás pegada a mí durante mucho tiempo, chica...
Camila rozó con su pulgar el dorso de su mano y Lauren se acercó para subirla a la cama. Se mordió la boca cuando Lauren le subió el vestido, porque sus manos encendían su piel.
—Mírame, Camila... ¿Cómo me veo desnudándote? —Camila tragó fuerte antes de mirarla y ahora estaba más que frustrada—. ¿Desesperada? —Susurró llevándose el dorso de la mano a la cara.
Camila no quería que Lauren mirara su cara, que sabía que se estaba poniendo roja. Sin embargo, a Lauren le encantaba cómo sus mejillas se ponían encendidas y no podía evitar mirar su cuerpo.
—¿Debo envolverte? —Preguntó mientras se sacaba la camisa y la envolvía en sus brazos. Camila se sintió al instante acalorada y dejó que sus hormonas se encargaran de ello...
****************
Había pasado casi una hora y ella seguía en los brazos de Lauren. Habían hecho el amor dos veces y parecía que le vendría bien descansar un poco.
—¿Estás bien? —Preguntó Lauren mirando hacia abajo y ella puso su mano en su abdomen antes de asentir.
Lauren miró la mano de ella en su abdomen y la sostuvo para besar sus nudillos. —Gracias...
—¿Por qué? —Preguntó Camila.
—Nos diste una oportunidad —Camila la miró a los ojos por un momento antes de susurrar.
—Creo que te la has ganado —Una sonrisa arrogante se hizo cargo del rostro de Lauren antes de preguntar:
—¿Cómo?
—No diré que fue tu persistencia... creo que fue porque llenaste toda mi casa de flores. No quería que se repitiera... —A Camila le encantó su sonrisa y no pudo evitar reírse. Apoyada en su hombro, miró la vista a través de la ventana antes de preguntar—... ¿Lauren? ¿No crees que lo estamos llevando rápido? Quiero decir...
—Una persona sabia debe mantener a su pareja satisfecha... —Las cejas de Camila se dispararon.
—O esta persona sabia no puede guardárselo para sí misma —Lauren la miró fijamente y sonrió un poco.
—Está persona sabia puede hacer que la desees igualmente... —Camila se volvió para devolverle la mirada también y se mordió la boca.
—Bueno, esto ya lo sé.
Volvió a mirar la vista, pero esta vez la observó con un poco de curiosidad.
—¿Cuándo te empezaron a gustar las casas de la playa? No eres tú... quiero decir que los lugares de vacaciones pueden estar abarrotados y tú...
—No, tengo este lugar en alquiler para los próximos diez años. Es una playa privada, así que no puede llenarse sin mi permiso...
—Bueno, eso explica... ¿Pero las otras tres casas? ¿Por qué?
—Bueno, teníamos un plan para venir aquí con mi hermana y su marido y algunos amigos que también están casados... —Camila notó cómo Lauren evitaba sus ojos.
—Lauren... me has llevado a algún sitio al que ya habías venido con otra persona... —Lauren se apresuró a sacudir la cabeza.
—No, eso... nunca ocurrió. Hice planes con Taylor y a veces con Harry y su esposa, pero siempre estaba ocupada. Ninguna de mis amigas intentó salir con la pandilla en mi ausencia y supongo que tenía sentido.
Hubo un silencio durante unos momentos antes de que Camila preguntara:
—¿Cuántas vacaciones te has tomado en estos últimos once años? Como unas verdaderas vacaciones sin trabajo... —Y, Lauren se apresuró a decir.
—Sólo una... y eso también hace unos meses, cuando me mudé a Texas para cambiar de aires —Mirando al frente apoyó la cabeza en su brazo y susurró.
—Una persona que no se tomó vacaciones en los últimos años... supongo que sí te mereces esa pequeña jubilación de la que hablabas —Lauren apoyó su cabeza en la suya y le preguntó cogiéndole la mano.
—¿Y tú? Cuántas vacaciones has tenido...
—Cada año o quizás tres veces en un año. Ya conoces a mamá... siempre me hacía moverme... y, no me arrepiento... puede ser aburrido, pero hice recuerdos...
—¿Fue divertido? —preguntó Lauren y Camila se quedó callada por un momento. Como si se preguntara si debía decírselo.
—No mucho. Pensaba en ti... y, ya sabes que dondequiera que voy, eran familias o amigos... y luego corté con toda la gente que estaba presente ese día... eso incluye a mis amigos también... —ella se mordió la boca por un momento antes de continuar—... Y en los últimos tiempos se había vuelto difícil encontrar a alguien de mi edad y soltero. Así que siempre me ofrecía como voluntaria para los hogares de ancianos —Lauren se llevó la mano a la boca antes de susurrar.
—Lo siento, Camila... pero tiene sentido, por qué siempre estuve inquieta. Una parte de mí siempre supo que te hice mal. Y... —La miró fijamente y susurró—. Siempre supe que lo arruinaría cada vez que me metiera en una relación. Por mucho que lo intentara con algunas de ellas... siempre me consideré alguien que no estaba hecha para las relaciones.
—Te perdono, Lauren. De verdad, no hace falta que lo sientas. Yo... siempre supe lo distante que podías ser a veces. Mi madre me advirtió que eras un riesgo que estaba tomando.
—¿De verdad? —Parecía sorprendida.
—Sí, ... Aunque no lo creí en ese momento —Había algo en sus ojos y Lauren le sostuvo la cara antes de dejar un beso en su frente.
—Gracias.
—¿Por qué? —preguntó Camila.
—Por verme digna de ti. Realmente significa mucho, Camila —Camila sonrió y negó con la cabeza.
—¿Qué puedo decir? Siempre fui la chica que vivía en sueños. Y tú pareces "el príncipe azul". Así que, sí, ayudó —Ambas se rieron de esto, pero Lauren negó con la cabeza.
—¿Sabes qué? Te prometo que seré más que eso. ¿Qué tal si aprendo a cocinar para ti... te gustaría? —Camila pareció pensar por un momento antes de decir:
—No, puedo encargarme de eso... aunque necesitaría un poco de ayuda.
—Siempre estaré ahí para ti. No te preocupes... ¿Quieres macarrones con queso o pollo a la parrilla...? —Camila la miró fijamente cuando le preguntó, así que le explicó—... Ahora que lo pienso tenemos asistencia personal. No cocinemos nada...
Y cuando Camila la miró un poco atónita, Lauren le explicó.
—¿Por qué hacer algo de lo que no me siento parte? —Lauren le puso la mano en el muslo y Camila sonrió mirándola antes de asentir:
—Por mí está bien...
Lauren le consiguió una bata blanca antes de llevarla a la piscina cubierta donde la comida ya estaba preparada.
—¿No crees que deberíamos dar las gracias a tu criada?
—Nuestra... —La corrigió antes de añadir—... Bueno, ya le di las gracias... no te preocupes —Camila enarcó las cejas y susurró.
—No parece que seas tú, Lauren.
—Bueno, esta vez has ganado —le dijo Lauren y Camila negó con la cabeza.
—Tiene una pinta deliciosa... creo que me vendría bien una siesta después... —pero entonces Camila miró a Lauren y añadió—... Y, tú también deberías... quiero decir que dijiste que te habías levantado bastante temprano por la mañana...
—Creo que puedo hacer cualquier cosa contigo menos dormir... —La frente de Camila se arrugó y Lauren sonrió—... Estoy demasiado excitada como para hacer eso... es... Hum... es como si hubiera recibido mi regalo de Navidad. El regalo que siempre había estado esperando —Camila enarcó las cejas y le costó creerlo.
—O... podemos saltarnos esta dulce charla y comer algo... me llevarás a casa de mamá por la noche. Quiero decir que no sé qué palabras debo usar para decírtelo, pero... no hay yo sin Jack. Él ya fue alejado lo suficiente, no lo merece... —Y, antes de que pudiera explicar más, Lauren se apresuró a cortar.
—Tú eres la mejor madre que él puede tener. Puedes tener mis palabras en esto... confía en mí. Y, no, no necesitas explicarme esto. Ya sé lo mucho que significa para ti... y, cuando te obligué a salir de tu casa sólo quería que no faltaras a la cita de hoy. Valía la pena. En cierto modo, lo hice por Jack, pero... —Se interrumpió un poco antes de añadir—... Yo también me salí con la mía —Esa sonrisa diabólica volvió a aparecer en su rostro.
—¡Lauren! Estás haciendo que suene mucho peor... —Camila jadeó y Lauren sonrió mostrando sus encantadores hoyuelos.
—Sí, vayamos a buscar a Jack... —Lauren seguía intentando recuperar la sobriedad, pero Camila añadió:
—De hecho, deberíamos llamar a mamá. Ella puede empacar sus cosas —Lauren asintió con la cabeza y le puso un plato sin guisantes.
—Me olvidé de decirle lo de los guisantes.
—Gracias —Camila terminó su comida y Lauren la ayudó a meterse en la cama.
—Creo que nos olvidamos de llamar a mamá... —Camila trató de recordarle, y Lauren pudo notar que estaba cansada.
—¿O podemos darle a Sinuhe una pequeña sorpresa? —Camila entrecerró los ojos ante su sugerencia.
—¿Hum?... ¿Qué tienes en mente?
—Déjalo en mis manos... le encantará. Estoy segura —Lauren le dijo rozando su pulgar en su mejilla y Camila le mostró su dulce sonrisa antes de quedarse dormida.
En el momento en que se despertó le pareció que había estado durmiendo durante bastante tiempo. Se dio cuenta de que Lauren no estaba aquí, aunque la oscuridad era total. Alguien había corrido las cortinas sobre las ventanas cortando las luces que habrían estado en la playa.
—¿Lauren? —Llamó a Lauren, pero no escuchó nada—. ¿Lauren? —Dada la oscuridad de la habitación, trató de encontrar el interruptor junto a su mesita, pero se encendió automáticamente antes de oír la voz de Lauren.
—Hola, mami...
Lauren estaba sentada en una silla justo al lado de la ventana y tenía a Jack en brazos. —¿Este es Jack? —preguntó Camila de todos modos y Lauren puso los ojos en blanco. —No, es sólo un muñeco al azar en la manta. No te preocupes por nosotros...
—No... —A Camila se le humedecieron los ojos al instante antes de decir—. ¿Cuándo lo hiciste?
—Ya te he dicho que la sorpresa te va a encantar —Lauren se levantó de su sitio y se dirigió al otro lado de la cama antes de sentarse junto a ella.
—¿Está durmiendo? —Camila sonrió mientras abrazaba con cuidado a su chico.
—Ustedes dos tienen mucho en común cuando se trata de dormir —comentó Lauren y Camila sonrió mirando su rostro tranquilo.
Parecía una eternidad desde la última vez que lo vio.
Lauren se quedó mirando mientras ella seguía dando pequeños besos a la cabeza de Jack y lo olfateaba.
—No tienes ni idea de lo feliz... —Camila se giró para mirar a Lauren, pero esta le puso un dedo en la boca antes de rozar con su pulgar la lágrima que se había deslizado hasta su mejilla.
—Puedo verlo... créeme — Jack gimió un poco y Lauren no pudo evitar sonreír ante sus simpáticos intentos de estirarse.
Y, aunque todo lo relacionado con su momento con Camila era perfecto, no pudo evitar notar cómo este niño tenía un sorprendente parecido con Mathew...

El regreso de mi ex (camren gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora