CAPÍTULO 48

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Camila entró en el armario y miró el archivo diciéndose a sí misma que era la última vez que lo iba a mirar.
—Oye... no puedes ponerte triste o me enfadaré de verdad —susurró Lauren siguiéndola y Camila negó con la cabeza antes de cerrar el cajón.
—No estoy triste. De hecho, esto es lo que quería. No puedo agradecerte lo suficiente, Lauren —respondió Camila.
Lauren se apresuró a caminar hacia ella y a estrecharla entre sus brazos. —Sólo nos esperan buenos tiempos por delante...
—Por cierto... —Camila intentó decir, pero Lauren se apresuró a detenerla. —Sé de lo que vas a hablar... pero hoy no... ¿Vale?
—Vamos, Lauren. No creo que tengamos que esperar para hablar entre nosotras. Mira... Taylor tiene razón. Es solo tu decisión emocional de dejar tu trabajo. Entiendo que en el pasado no podía caminar y tenía muchas cosas que hacer. Pero todo está volviendo a la normalidad y tú también deberías volver al trabajo... a las cosas que sé que significan mucho para ti. Es tu trabajo duro...
—Solo tú crees que estás bien. Para mí, estás muy embarazada y...
—Únicamente es el sexto mes. Creo que deberías volver a tu trabajo. Hay gente que ha invertido en tu empresa. Ya ha sido mucho. Sabes lo que decía Taylor la última vez... y, me dijiste que lo considerarías, pero nunca hablaste de ello... —Sacudiendo la cabeza, Lauren le dijo.
—No lo entiendes, Camila. Ahora mismo, el director general que se ha nombrado lo está haciendo muy bien. Taylor ya no está agobiada. Una vez que esté allí... sabes que la perderé. No tendré tiempo para mi familia. Y, lo último que quiero para mis hijos es no encontrarme cuando más me querían.
—¿No me crees? Trataré de salvar esta brecha entre tú y nuestros hijos. Puedes confiar en mí. Puedo apoyarte con esto. ¿No debería ir en ambas direcciones? —Pero Lauren solo la miró a los ojos y sonrió un poco—. Vamos Lauren... no puedes...
—No quiero hacerlo, Camila. No quiero darte ni un solo día en el que tengas que hacer algo para que nuestra relación funcione —Susurró Lauren antes de inclinarse para dejar un pequeño beso en la comisura de su boca.
—Pero quiero ser más, Lauren... —sujetando sus hombros desnudos, acercó su boca a la de ella—... Quiero ser alguien que sea digna de ti. En todos los sentidos.
—Sabes que eres más digna que yo... pero de ninguna manera voy a dejarte ir... —Aunque insista... vamos, Lauren —Camila hizo un mohín con la boca.
—No, no estás entendiendo el punto. Me necesitas aquí más que mi trabajo...
—Soy lo suficientemente mayor como para cuidar de mí misma. Confía en mí por una vez... te prometo que no me quejaré... si acaso te apoyaré y te ayudaré... —En esto Lauren tuvo que cortarla.
—¿Y para qué? Ya tenemos suficiente. Por qué volver a un estilo de vida extenuante cuando podemos ir a un lugar lejano y disfrutar de la vida...
—Es por la gente, y los negocios ligados a Jauregui Inc... vale la pena todo el esfuerzo, Lauren. Y, sabes qué... incluso no solo por ellos deberías hacerlo, sino por tus hijos. Todo lo que hagamos será un ejemplo a seguir para ellos. ¿Planeamos mostrar a nuestros hijos que la vida se trata de vacaciones? No. Saben que la vida no se trata de eso. Y, mi madre sabía que la vida no se trataba de esto. Ella siempre había trabajado incluso cuando no se la necesitaba para hacer mucho —Lauren le cogió la mano y le besó los nudillos antes de asentir.
—Vale, me lo pensaré, pero no cuando estés embarazada...
—Puedo cuidar de mí misma, Lauren. ¿Puedes confiar en mí por una vez? —Camila trató de presionar.
—Yo...
—Estaré bien. Me aseguraré de que Jack y Timothy estén mejor cuidados. Me dejas con dos niños fuertes. Ellos cuidarán de tu chica y también la mantendrán ocupada. Lo prometo...
—¿Qué pasa con el baby shower? Empezaré después de eso... —preguntó Lauren y Camila se apresuró a sacudir la cabeza.
—Es después de dos meses. ¿No crees que estás tratando de evitar el trabajo? —De verdad... ¿Dos meses? Yo no...
—Mañana irás a la oficina —le dijo Camila, pero antes de que Lauren pudiera decir nada, le depositó un beso en la boca.
—Vale... a partir de la semana que viene... —Contestó Lauren.
—¿Por qué? —preguntó Camila, pero Lauren se apresuró a mantener su boca en la de ella. Camila agradeció su gesto poniendo sus manos sobre los hombros de Lauren para conseguir el apoyo.
El primer día de Lauren en la oficina resultó tener interminables reuniones con el personal y la junta directiva. Solo en media jornada, su asistente había conseguido encadenar tres reuniones en un mes que la obligaban a viajar a otros estados. No podía quejarse al ver que su negocio estaba floreciendo, pero se preguntaba lo difícil que sería tener algo de tiempo con su familia.
Y tampoco pudo evitar preguntarse si Camila realmente no tendría ninguna queja sobre su trabajo. Lauren sabía lo que ella quería. Y, Camila quería una vida sencilla con más recuerdos. Algo que su estilo de trabajo y su oficina no pueden permitirse.
Volvió a casa a las diez de la noche y le dijeron que Camila y Jack estaban en la sala de teatro. Se dirigió a la sala de teatro solo para encontrar a ambos durmiendo. Apagó la pantalla y se acercó a ellos sólo para sentarse junto a ella también.
Hace sólo un año compró la empresa para la que ella trabajaba, estaba dispuesta a dejarlo todo por ella, pero todavía no podía conseguirla. No quería, pero cada vez que la miraba a la cara sabía que no había nada que no pudiera conseguir. Había gente que le decía que había tenido suerte con ella. Y nunca les hacía caso, pero ahora, cuando miraba hacia atrás, no solo era aguda o ingeniosa, sino que siempre había tenido mucha suerte.
Algunos suaves y sedosos mechones de pelo de Camila estaban sueltos de su moño y no pudo evitar apartarlos para ver mejor su cuello. Camila se despertó sobresaltada y la miró.
—Hola, has vuelto —La sonrisa en su cara valía muchos Jauregui Inc. pero Lauren también sabía que ella nunca estaría de acuerdo.
Llevando su mano a su gran vientre, Camila se levantó con cuidado, sin embargo Lauren le sujetó la muñeca y le indicó que se sentara en su regazo.
—Debes estar cansado. Deberíamos ir a la habitación y descansar —Camila sugirió.
—Vamos... ven aquí —susurró Lauren y ella se sentó en su regazo antes de acercarse a abrazarla. Y, esto le recordó a Lauren la vez que se encontró con Shawn en la lluvia y llegó a su casa. En ese momento, cuando Camila la abrazó, supo lo que Camila siempre había sido para ella.
Lo que destruyó para ella.
—¿Cómo fue tu día? —Preguntó Camila y Lauren puso lentamente sus manos en su espalda.
—Ahora está todo bien... ¿Cómo ha estado esta joven? —Preguntó Lauren poniendo su mano en su vientre y ella se apresuró a decir.
—Ha estado nadando todo el día... pero ahora está durmiendo también... estoy segura...
Lauren miró a Jack que parecía estar durmiendo profundamente.
—¿Me ha echado de menos?
—Todo el día... ha estado buscando a su compañera de crimen por todas partes —Lauren entrecerró los ojos ante el título.
—¿Compañera de crimen?
—¿Qué crees? Te he oído hablar muchas veces a través del monitor del bebé...
—¿A través del monitor del bebé? —Lauren pudo sentir cómo se le secaba la boca en un instante. Al ver lo tranquila que estaba Camila, pudo darse cuenta de que no conocía la realidad de Jack.
Por supuesto, no era todos los días cuando ella está hablando con Jack acerca de que él no era Jack, pero Lauren sabía que a partir de la próxima vez tenía que ser aún más cuidadosa.
Aunque casi todo el mundo le preguntaba hoy en día si había contado la verdad de Jack a Camila, ella sabía que Camila no estaba preparada para ello. No cuando ya estaba esperando otro bebé. Ella no merecía escuchar la noticia de la muerte de su bebé en el accidente.
Ese accidente seguía estando en sus sueños nocturnos. Todavía sueña con ello y a veces se despierta preguntándose si podrá caminar o no. Taylor, Judith y Jeff no sabían cómo estaba lidiando con los traumas de su pasado. Pero Lauren vivía con ella y sabía lo que le pasaba. Sólo necesitaba los máximos cuidados y algo de tiempo para curarse.
Fue después de dos meses cuando Camila y Taylor estaban estudiando el tema para su baby shower. Camila no quería cargar a Lauren con nada que pudiera manejar, mientras que, en el otro lado, Lauren no podía quejarse. Sabía que solo despejar su agenda para el baby shower es lo que apenas podía manejar.
Taylor y Camila ya habían marcado algunas cosas que les gustaban y estaban esperando a que llegara su planificador de eventos cuando entró Lauren.
—¿Lauren? No me digas que quieres ver lo que estamos planeando para tus hijos... —Taylor fue la primera en fijarse en ella y Camila giró la cara para sonreír también.
—Oye... qué agradable sorpresa... —pero se interrumpió al ver su postura tensa antes de preguntar—... ¿Está todo bien?
—No... no son buenas noticias...
—¿Qué ha pasado, Lauren? Cuéntanoslo ya —Preguntó Taylor, pero Lauren tenía su atención puesta en Camila antes de acercarse lentamente y susurrar.
—Quiero que estén preparadas para escuchar lo peor... Camila—Camila asintió con la cabeza y le dijo:
—Puedes contarme.
—Tía Sandra... se trata de la tía Sandra. Ella ya no está...
—Oh no —Taylor fue la primera en jadear y Camila asintió con la cabeza.
—La misma Sandra... nuestra vecina... ¿Lo sabe mamá?
—No lo sé... —Lauren negó con la cabeza y miró a Taylor.
—He reservado para nosotras un Jet privado. Estaremos allí a la hora del entierro. Y, supongo que deberíamos estar allí cuando su familia se prepare para el velatorio.
—Sí... creo que debería ir a hacer las maletas —Taylor dijo y estaba a punto de irse, pero entonces se detuvo para darle un abrazo a Camila.
—Tienes que cuidarte, ¿vale? —Taylor miró fijamente a Lauren antes de susurrar: —Lo tienes, ¿vale? —Lauren asintió antes de decirle:
—Nos iremos en dos horas... —Taylor asintió antes de irse y Lauren encontró a Camila tratando de comunicarse con Sinuhe.
Se fueron a Ohio en breve y Camila no pudo evitar preguntarse cómo era que después de tanto tiempo volvía a un lugar donde pasó toda su infancia.
—¿Estás bien? —Le preguntó Lauren y Camila asintió con la cabeza.
—Sí... estaba preocupada por lo que debían sentir sus hijas. Sandra era un alma tan grande, ¿recuerdas?
—Sí... —Lauren le tomó la mano antes de susurrar—... La muerte es parte de la vida, Camila. ¿Recuerdas? Ambas sabemos que un día... una de nosotras no estará aquí. No podemos controlarlo. Lo único que podemos controlar es aquí mismo... este momento... y, viviremos este momento hasta que dure —Camila asintió un poco antes de apoyar su cabeza en el hombro de Lauren.
—Lo sé... pero deseo que ambas podamos ver a nuestros hijos felices y que les vaya bien en sus vidas...
—Sí... por supuesto, así será.
Lauren sabía que Camila no podía adivinar por qué estaba hablando de la muerte. Pero solo quería que estuviera preparada para el día en que le dijera que su hijo ya estaba muerto.
Llegaron a casa de Sandra y allí ya las recibió Sinuhe. Lauren fue a ver al marido de Sandra, mientras que Camila y Taylor fueron a ver a sus hijas. Sandra fue enterrada por la noche mientras Taylor se levantó para organizar todo para la ceremonia de velatorio en casa de Sandra.
Para asegurarse de que Camila estaba bien y descansada, Lauren se aseguró de tener su propia casa despejada y se apresuró a llevársela en cuanto pudo.
Camila estaba aquí después de años, pero todos los recuerdos estaban todavía frescos. Podía recordar dónde solían hablar con Clara o dónde pintaron una vez las macetas. Camila inhaló un poco al entrar en la sala del vestíbulo y recordó el momento en que Lauren le gritó delante de toda la gente.
—¿Estás bien? —preguntó Lauren y Camila miró a la puerta antes de asentir.
—Nunca pensé que llegaríamos aquí tan pronto —susurró Camila y Lauren se apresuró a decírselo.
—Vamos, no deberías estar de pie tanto tiempo. He preparado una habitación para ti...
—¿Y Taylor y Harry? —preguntó Camila.
—No te preocupes, Taylor verá donde manejar al resto...
—Estoy bien... —Camila intentó resistirse, pero Lauren solo se adelantó y le sujetó la muñeca antes de hacerla caminar de vuelta a su habitación.
—Parece que fue ayer cuando Sandra estaba aquí arreglando todo para el servicio de Clara.
—Ella tuvo una buena vida. Quizá mejor que muchos —Contestó Lauren aun tratando de que Camila no se entristeciera demasiado. Su fecha de parto estaba cerca y Lauren no quería ningún problema.
—Realmente espero que su familia esté bien —le susurró Camila.
—No te preocupes, Sinuhe está ahí y lo arreglará todo... —Camila se dio cuenta de que no quería hablar de ello y cerró los ojos antes de ceder pronto a su cuerpo agotado.
Se despertó sola en su cama y se apresuró a coger las zapatillas y a salir para fijarse en Harry, Taylor y George.
—Buenos días, Camila —Harry se apresuró a guiñar un ojo y se acercó a ella para compartir un abrazo con ella.
—Veo que estás creciendo con mucha gracia... —Sí... —Camila sonrió al notar a Taylor con Jack.
—Se ha despertado y he pensado que debería pasar un rato con su tía —dijo Taylor, pero Camila se apresuró a preguntar.
—¿Dónde está Lauren?
—Oh... tu mamá la llamó para algo, así que se fue. Estará aquí pronto, supongo —Contestó, pero luego sonrió negando con la cabeza.
—¿Qué? —Le preguntó Camila.
—Nada, parece que ayer estábamos todos aquí —Camila asintió y no pudo evitar estar más de acuerdo.
—Tienes razón. En aquella época también teníamos un servicio en marcha... pero dejemos el pasado. Si hay algo en lo que pueda ayudar... por favor estaré en... —Dijo Camila mientras caminaba hacia Jack y le susurraba— ¿Cómo te va? ¿No lo vas a compartir con mamá?
Taylor se apresuró a preguntar:
—Puedo prepararte el desayuno...
—Oh, no, sé cómo funciona esta cocina... puedo prepararme cualquier cosa...
—¿Puedes prepararme algo también...? No había nada bueno en el vuelo —Camila levantó la vista para fijarse en Mathew y se quedó sorprendida.
—¿Mathew? ¿Tú? —susurró Camila antes de adelantarse y recibirlo con los brazos abiertos. Taylor ya había conocido a Mathew y se apresuró a presentarle a George y a Harry. —Bueno, no sabía que ibas a venir aquí... —preguntó Camila.
—En realidad, yo también estaba aquí en Ohio por algo. Y, al saber que ustedes dos...
—Lo has hecho muy bien —le aseguró Camila y le mostró su propia habitación para que se refrescara.
Camila se apresuró a preparar unos sándwiches para Mathew y para ella mientras Harry salía a buscar también a Lauren.
Todos se fueron a la casa de Sandra que estaba al otro lado de la calle. Lauren era más popular entre los vecinos de lo que había imaginado. Era obvio para muchos que mucha gente estaba aquí e incluso intentaba lanzar sus ideas a Lauren también cuando ella dejó claro a muchos que no estaba aquí para escuchar ninguna idea.
—Creo que deberíamos irnos, Lauren. Queremos ayudar, pero nuestra presencia no está ayudando —Se apresuró a sugerirle Camila en cuanto terminaron los discursos y Lauren tampoco pudo estar más de acuerdo. Ambas se reunieron con el marido de Sandra, que también comprendió por qué debían marcharse.
Entonces ambas volvieron a la residencia de Lauren.
—¿Quieres tomar algo? —se apresuró a preguntarle Camila a Lauren que no pudo evitar recordar cómo Camila solía preguntarle esto muchas veces, en un intento de hablar con ella en el pasado.
—Un vaso de agua sería suficiente —Y, antes de que Camila pudiera traerle agua, Taylor y Jeff entraron también en el espacio.
—¿Ustedes dos? —preguntó Lauren y Taylor se apresuró a decir: —El mismo problema...
—Después de que te fuiste, algunas personas creyeron que podían llegar a ti a través de nosotros —completó Jeff y Camila solo pudo negar con la cabeza.
—Me pregunto desde cuándo este barrio resulta ser algo así —comentó Camila y Taylor se encogió de hombros.
—No lo sé...
Y fue por la noche cuando Camila sugirió:
—¿No podemos quedarnos aquí un poco más? Quiero decir... sé que no puedes, pero Taylor estaba hablando con Jeff y se están quedando. No puedo quedarme con Jack...
—Puedo quedarme dos días más si quieres... pero después tendrás que venir conmigo. Nuestra fecha de parto está cerca y ya sabes... no podemos correr riesgos —Camila asintió con la cabeza en señal de comprensión antes de preguntar.
—¿De qué hablabas con mamá? —Lauren la miró por un momento, pero luego negó con la cabeza.
—No fue nada especial. Solo lo del servicio y esas cosas... —Oh... —Camila susurró.
—¿Camila? —Preguntó Lauren y ella la miró:
—¿Sí?
—¿Quieres casarte conmigo? —Camila la miró sorprendida y tragó saliva antes de preguntar.
—¿Es así como te estás declarando?
—No, es solo que... estoy pensando en la vida y en las cosas... y, creo que solo hay una cosa que me apetece mucho. Quiero verte como mi esposa y nada más. Realmente quiero vivir el día en que te llamen Sra. Camila Jauregui. ¿Te gustaría? —Camila se acercó rápidamente y la miró a los ojos.
—Sí, me gustaría, Lauren...
Cogiéndola de la mano la llevó al mismo salón donde sólo estaban sentados Lauren y Jeff, pero sin llamar su atención se arrodilló antes de sacar un anillo del bolsillo.
—Para mí, siempre has sido tú, Camila. He perdido años por mi inmadurez, pero ahora me niego a dejar pasar un solo momento. Camila... aunque todavía no lo habíamos mencionado, es el mismo lugar. Y, te pido perdón una vez más. Por favor, perdóname y danos otra oportunidad. ¿Quieres casarte conmigo?
Mathew, que entró en la habitación con Harry y George, se apresuró a sacar su teléfono móvil y grabar la escena. Camila asintió con la cabeza y Lauren se apresuró a deslizar el diamante en su dedo antes de besar sus nudillos.
—Estoy muy orgullosa de ti, Lauren —Taylor se acercó a abrazar a Camila y le besó la cabeza.
A excepción de Mathew, todos en la sala sabían lo que había pasado en este mismo lugar. Y, Taylor se alegró de que este lugar dejara de ser un tabú del que hablar.
O quizás ahora podrían visitar su casa más a menudo...

El regreso de mi ex (camren gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora