CAPÍTULO 33

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—Yo... iba a llevarlo a vacunar... —Y, antes de que Matthew pudiera completar su frase, Camila se apresuró a preguntar.
—Déjame echarle un vistazo... —Matthew no tuvo el valor de mirar a Sinuhe, que le dirigía una mirada de muerte.
—Ah... —Camila hizo un gesto de dolor y quiso mover la rodilla solo para descubrir que no sentía nada.
—No deberías moverte. Todavía estás...
—Mis piernas se sienten adormecidas... tan adormecidas —dijo Camila, pero luego sonrió mientras levantaba cuidadosamente su débil mano para su bebé. Sinuhe levantó su cama y Camila hizo un gesto de dolor apoyando su cabeza en la cama. Una lágrima abandonó sus ojos. Su cuerpo estaba agriado como nunca antes. Los pequeños lloriqueos del bebé le arrancaron el corazón y movió las manos para coger a su bebé en brazos.
Timothy dejó de llorar y abrió los ojos para mirar a Camila sin parpadear.
—Esta es mamá, Jack... —Al decir esto Camila rompió a llorar. Llevando la cabeza del bebé a su boca lloró más fuerte—. Tuve una horrible pesadilla... tú... me decías que Jack ya no estaba... y... —Camila sollozaba más fuerte mientras Sinuhe le ponía la mano en el hombro.
—Relájate Camila... no debes soportar la tensión. Todavía te estás recuperando... —Camila también inclinó la cabeza y esta vez sonrió mirando aquellos ojos inocentes. Pero su atención fue capturada pronto por la gran figura que ella menos quería aquí.
—¿Qué hace Lauren aquí, mamá?
—Solo me estaba ayudando con las cosas... —Sinuhe trató de explicar.
—Ahora me voy a ir —Lauren cortó a Sinuhe y salió furiosa de la habitación mientras Camila se mordía la lengua con amargura. Mathew la siguió y Camila miró a su madre que se apresuró a añadir.
—Le había dicho a Lauren que no la quería cerca cuando te despertaras. Pensé que te pondría nerviosa. Únicamente quiere que estés tranquila —Camila entrecerró los ojos por cómo su madre apoyaba a Lauren.
—Sabes que ella nunca puede significar nada bueno —dijo Camila, pero luego volvió a mirar a su bebé y sonrió.
—Lo entiendo. No te preocupes por eso... —Ignorando a su madre contestó:
—No puedo creer que esté aquí... —pero luego se congeló un poco antes de mirar a su madre.
—No recuerdo haber venido aquí... me iba con Shawn para...
—Ustedes dos tuvieron un accidente... —Camila miró a su madre, pero luego se quedó con la boca abierta.
—¿Dónde está Shawn? ¿Está bien? Mamá...
—Está bien. No se ha hecho nada grave... —cerrando los ojos Camila dejó escapar su aliento.
—Me has asustado... deberíamos llamarle. Debe estar preocupado —Y, esto hizo que Sinuhe la mirara antes de susurrar.
—No está por aquí. Yo... no sé dónde está —Por un momento, Camila no hizo nada fuera de lo normal con sus palabras.
—Entonces, llámalo... —Le pidió a su madre, y cuando Sinuhe no se movió y se quedó callada, susurró—. ¿Qué ha pasado, mamá? —Camila se interrumpió cuando un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo—... ¿A qué te referías cuando decías que no está por aquí?
—Camila... —Sinuhe se interrumpió y miró hacia otro lado. —Dilo ya... —pidió Camila y Sinuhe la miró.
—Él ha... no hay manera fácil de decirlo. Te ha dejado —Camila escuchó a su madre decir y negó con la cabeza.
—¿Qué? No... —Miró al bebé que ahora movía las manos.
—¿Por qué? Él no puede... él... —Pero entonces se quedó callada preguntándose qué habría pasado esta vez—. Pensé que había cambiado. Hizo mucho para ganarse mi confianza, mamá... —Camila miró a su madre y negó con la cabeza—. ¿Me estás mintiendo? ¿Le ha pasado algo a Shawn? No puede dejarme... Él me cuidó... Jack está aquí conmigo. Se habría quedado por Jack. Y, entonces su casa... me lo dio todo. Estábamos más que bien. Estaba tranquilo y... me estás mintiendo. ¿No es así? Él está muerto y tú no quieres conmocionarme. Estás mintiendo. ¿No es así? Hay algo malo en él. ¿Verdad? —Sinuhe le sujetó el hombro y trató de calmarla.
—No se trata de lo que tenías... te dejó porque...
—¿Qué? —Tuvo que preguntar Camila cuando su madre volvió a quedarse callada.
—Te has hecho una herida bastante grave. Podrías tardar entre ocho y veinticuatro meses en recuperarte. Y, además, el proceso es complejo...
—¿Qué lesión...? ¿Es mi espalda? —Camila adivinó por la dureza de su espalda.
—Sí... y, tus piernas... tu espalda podría recuperarse, pero no se sabe si puedas conseguir que las piernas funcionen. Aunque todavía es muy posible. Solo necesitas algo de tiempo —Camila miró sus piernas que no parecían moverse... y entonces se puso la mano en el muslo para mover las piernas.
—Realmente no podré caminar como antes ¿Verdad? Y... Shawn me dejó. Sí... si hubiera alguna posibilidad de que volviera a caminar... no habría dejado a su hijo... lo habría intentado, se habría quedado... —Sinuhe tragó fuerte negando con la cabeza.
—No, no estoy mintiendo. Puedes caminar... Él no quiso quedarse. No quiso formar parte de este agitado proceso... si no confías en mí, dejaré entrar a tu médico. Pero no dejes que nada te afecte —Camila empezó a hiperventilar y miró a su madre.
—¿Nos ha dejado así? —Camila pareció tener un ataque de pánico y Sinuhe le quitó el bebé de los brazos.
—Camila... —Sinuhe pidió ayuda, pero se puso al lado de Camila—. Mira... no pienses en ello ni en nada. Te necesito. Jack te necesita —Sí que escuchó a su madre, pero lo único que recordaba era el momento cuando intentó marcharse lejos de Shawn, pero él se cortó la muñeca.
Llevando sus dos manos a la boca Camila tuvo hipo y recordó todas las veces que le pidió que la dejara ir... y si él la habría dejado ir, ella no iba a sufrir todo de nuevo.
*****************
Camila se levantó con un pitido de la máquina que parecía estar monitorizándola. En su habitación había una cuna en la que sabía que estaba su hijo Jack. Era cierto que había estado rezando para que su hijo nunca experimentara lo que ella tuvo que soportar con Shawn hace unos meses. Pero nunca, ni en su mejor sueño, había pensado que la naturaleza la haría sufrir tanto para llevarse a Shawn. Sonrió frotándose la lágrima. Al menos, ahora su bebé nunca llegaría a conocer a una persona como Shawn. Se merecía únicamente a las personas adecuadas a su alrededor.
Decir todo esto fue fácil porque cerrando los ojos no pudo evitar imaginarse a Shawn mirándola en lo más bajo y decidiendo que era demasiado para él. Decidió dejarla cuando ella luchaba por su vida. Dejó a su hijo porque solo veía un impedimento al ver a su madre lisiada.
Se miró las manos y se dio cuenta de que no tenía opciones. Ni siquiera podía alejarse. Sonrió a su humor y miró al bebé.
—Estés aquí o no... yo criaré a este bebé, Shawn. Con piernas o sin ellas... recorreré kilómetros por este bebé. Este bebé puede haber conseguido un padre como tú, pero su madre es Camila...
La puerta se abrió y ella se frotó la lágrima antes de sonreír para su madre. —¿Te has levantado? Cariño...
Camila sonrió asintiendo con la cabeza.
—Deja que te ayude a refrescarte —Pero Camila miró el café y los sándwiches en las manos de Sinuhe y negó con la cabeza.
—Deberías desayunar primero... —pero luego como si se acordara de algo, le preguntó a su madre—. ¿Jack está tomando fórmula?
—Sí... tú estás tomando muchas medicinas...
—Pero puedo tenerlo en brazos, ¿no? —Camila cortó a su madre y Sinuhe sonrió débilmente mirando la sonrisa de su hija.
—Por supuesto, cariño —Sinuhe se acercó al bebé y ayudó a Camila a cogerlo.
—Parece tranquilo. Me pregunto si podré ser una buena madre para él —Camila susurró y Sinuhe asintió con la cabeza.
—Sí, cuando te sostuve por primera vez yo también me sentí abrumada por las dudas — Camila no dio importancia a las palabras de su madre. A diferencia de su madre, ella era discapacitada, pero sabía que Sinuhe no lo decía en ese sentido.
—Mamá... no quiero ningún... tratamiento. Quiero decir... está bien si no tengo piernas. Jack me necesita y no quiero dejarlo por algo de lo que no estoy segura...
—Esto es ridículo. Tu mejor enfoque debería ser el de conseguir caminar antes de que Jack se dé cuenta de nada. ¿No se merece que estés sana cuando es muy posible que al menos lo intentas? —Sinuhe le puso una cara que le dijo que no iba a aceptar un no por respuesta.
—No lo sé. Será mejor que me acostumbre a la realidad y empiece a aprender a moverme con mi discapacidad — Camila casi susurró las palabras.
—Tienes seis u ocho semanas para curarte las fracturas. Después de eso quiero que empieces con tu fisio... —Pero antes de que Sinuhe pudiera terminar Camila cortó su discurso.
—Y, ¿hacer qué? ¿Dejar a mi hijo a tu cargo? Él no es tu responsabilidad...
—¿Y? ¿Qué se supone que debo hacer exactamente después de dejar a mi hija y a mi nieto que resultan ser mi única familia también? ¿Dime? ¿Ilumíname? —Camila miró a su hijo y supo de qué hablaba su madre.
Ella no habría dejado a Jack pase lo que pase.
El médico vino a revisarla después de una hora y Camila quiso preguntar si realmente podía caminar, pero no lo hizo en presencia de su madre.
—Camila... tienes que ser fuerte —Su médico le dijo y Camila mantuvo su respuesta corta.
—Estoy bien...
—Tenías razón, Sinuhe. Tu chica es una luchadora. Soy la Dra. Gwen. Y, prometo ser parte de tu viaje, Camila. Una chica como tú estará de pie pronto —Escuchar de boca de otra persona hizo que Camila creyera en la afirmación de su madre.
Miró al bebé antes de mirar sus pies, que parecían mostrarse hinchados. Cuánto quería hacer por su bebé, pero no era más que una lisiada. Su hijo ya había abierto los ojos, pero no tenía a sus padres a su lado.
Abrazó a su bebé y se preguntó lo que debía estar sintiendo todo este tiempo sin sus padres a su lado. Todos los planes que hizo con Shawn para dar la bienvenida a su bebé nunca se hicieron realidad, pero no quiso ser desagradecida. Al menos, su hijo lo consiguió. Y, esto la hizo ser extra dulce con todo el personal del hospital.
Porque fue por ellos que no se dieron por vencidos con ella y su hijo. Cuidaron de su hijo cuando ella luchaba por su vida.
Se quedó en el hospital durante una semana cuando le dijeron que lo mejor para Jack era que lo enviaran a casa. A Camila le dolió ver lo poco que pudo hacer para ayudar a su hijo. No podía darle de comer, ni cambiarle los pañales, ni salir para sacarlo de la cuna cuando lloraba pidiendo atención. Siempre era una enfermera o su madre quien le ayudaba. Y, aunque Sinuhe le dijo que llevaría a Jack los fines de semana, Camila rechazó la oferta. No quería que su hijo se infectara de algo en el hospital.
Había noches en las que se despertaba en medio de la noche y lloraba en la oscuridad. Sabía que estaba dañada sin remedio, pero había una cosa que nunca sintió. Nunca se sintió sola. Pero ahora que Jack la había dejado la hacía más consciente de su situación.
Ella tenía un montón de fotos de su bebé para pasar el tiempo... Y, no podía evitar ver como su hijo tenía la mejor sonrisa de todas. Y, no lo decía solo porque fuera su hijo. Realmente tenía una gran sonrisa y rasgos. A veces se esforzaba por encontrar sus rasgos en él, pero luego se rendía pensando que debía de haberse inspirado en alguien de la familia de Shawn.
Su madre ya había hecho venir a un fisioterapeuta a verla y le había preparado un nuevo lugar para mudarse con todas sus cosas. Se pregunta de dónde sacaba su madre toda esa energía. Sabía que ella podía hacer maravillas, pero esto era mucho.
Exclusivamente había una cosa que podía hacer por su madre y era parecer feliz. Siempre la recibiría con una sonrisa y trataba de no preocuparla.
En unos días más la dejaron en una silla de ruedas. Camila ya estaba hablando con su madre para que le dieran el alta, y al parecer, los médicos también estaban medio convencidos.
Llegar a casa significaba que podría pasar tiempo con Jack.
Fue después de siete semanas cuando soñó con los gemidos de Jack. Por un momento le pareció demasiado real y se despertó para ver a su bebé con un niño en su habitación. Estaba a punto de decir algo cuando se dio cuenta de que era el mismo chico que se llevó a su Jack cuando se hizo consciente.
—No te vi después de eso —dijo Camila y Mathew pareció desconcertado de repente.
—Yo... quería echarte un vistazo. Y, llevar a Jack hasta ti... te van a dejar en casa por la noche. Pensamos que Jack debería estar aquí para recogerte —Camila sonrió extrañamente y asintió con la cabeza.
—Eso es genial —ella sonrió mirando a su chico—. Parece que disfruta de su compañía. ¿Estabas con él cuando estaba solo? Me refiero a cuando aún estaba inconsciente.
—Sí, estuve aquí con... la señora Jauregui —Camila lo miró con extrañeza. Hasta ahora pensaba que era alguien del personal del hospital.
—¿Con Lauren? Usted no es el personal del hospital...
—No, había oído hablar mucho de ti por Lauren. Y, después de enterarnos de tu accidente, estuvimos aquí con Sinuhe. Espero que no estés enfadada —Camila lo miró con calma antes de decir:
—No estoy enfadada, pero quiero que seas sincero. ¿Puedo hacerte una pregunta? —Sí —tragó Mathew preguntándose qué iba a preguntar.
—¿Cuántas veces me ha visitado Lauren? —Mathew se relajó visiblemente antes de responder:
—Casi todos los días. Ella... trajo al mejor fisioterapeuta de Brasil. Ayudó a tu madre a encontrar un nuevo hogar y a cambiarse para que no tengas que vivir en esa misma casa donde... —Mathew se dio cuenta de que no debía decir esto, pero entonces añadió—... Y siempre se asegura de estar aquí cuando Sinuhe no está. Te quiere mucho y siempre piensa en ti... —Mathew no se dio cuenta de la vena de su frente que seguía saltando.
Ella apretó las sábanas, pero entonces se dio cuenta de que su madre también necesitaba ayuda. No podía estar eligiendo quién podía ayudarla o no cuando estaba en ese estado. Pero lo último que quería era recibir ayuda de Lauren.
—¿Puedes hacerme un favor? —Camila cortó el discurso de Mathew y él asintió con la cabeza—. Primero, dame a mi niño... —Mathew miró al bebé antes de acercarse a Camila y ayudarla a asegurar a su bebé en los brazos—... Segundo, no quiero que Lauren sepa que yo sé...
—Por supuesto, yo querría lo mismo. Me matará si llega a saber que la vendí, pero ¿de qué le puede servir si hizo todo a escondidas...? Deberías saberlo para que entiendas quién te está ayudando. Solo esto puede conseguirle alguna oportunidad...
—¿Así que quiere una oportunidad conmigo? —Camila sacudió la cabeza con decepción. Por supuesto, era la típica Lauren.
—No... quiero decir, usted cambió mis palabras... pero sería bueno sí...
—¿Te gustaría que cualquier... extraño te mirara cuando estás durmiendo? ¿Además, cuando es la misma persona que te ha hecho cosas horribles en el pasado?
—Por supuesto que no... pero ustedes dos no son realmente extrañas. Tiene una especie de amor por ti. Compasión por ti... Sinuhe y ella piensan que no puedes soportar la presencia de Lauren a tu alrededor, pero yo sé que puedes... te ves bien ahora... no es que le tengas miedo —Camila se mordió la boca al escucharlo.
—Si creen que no puedo... Que piensen que no puedo y, no tengo miedo de Lauren... ella debería tener miedo de mí. Y, tú no actúas como si lo supieras todo...
—Lo sé casi todo —respondió Mathew haciendo que Camila levantara las cejas.
—Eso no es suficiente. Estoy segura —Dijo Camila, pero esta vez notó como Mathew no dejaba de mirar a su hijo—. ¿Estabas allí cuando nació? Cuando abrió los ojos por primera vez... —Mathew sonrió y miró a Camila.
—Era el más ruidoso de la guardería —Camila sonrió mirando a su hijo.
—No parece propio de él. Rara vez me levantaba cuando estaba dentro de mí... —Pero entonces Camila se interrumpió y miró a Mathew—. Sabes qué... será mejor que no le digas a Lauren que lo sé... —Le dijo Camila y Mathew pareció avergonzado.
—Por supuesto... y, mira... estás bien. Me alegro... —¿Cómo te llamas? Y, ¿de qué conoces a Lauren?
—Soy Mathew. Conocí a Lauren en Texas hace unos meses —Mathew no quería que lo supiera todavía. No sabía si como mujer se sentiría repelida al ver que Lauren tenía ahora un familiar.
Camila asintió con la cabeza y miró a su chico antes de mirar a Mathew. Se preguntaba dónde lo había visto porque le resultaba un poco familiar.
—Lauren está muy emocionada por tu alta. Ha estado comprobando con tu desplazamiento ella solo...
—¿Te he preguntado? —Camila preguntó de nuevo y Mathew negó con la cabeza.
—No, solo lo mencioné para que lo supieras...
—No, no quería saberlo, Mathew...
—Yo... debería irme —Mathew se fue y esta vez cuando Sinuhe entró se quedó mirando a su madre durante un largo rato.
Su madre se alegró de su alta y no le dio mucha importancia, pero en el momento en que notó la falta de entusiasmo por parte de Camila, preguntó:
—¿Qué... estás preocupada por algo? Sabes que puedes hablar conmigo —Camila negó con la cabeza y trató de regalarle una pequeña sonrisa.
—Nada —sabía que su madre no habría aceptado la ayuda de Lauren si hubiera podido elegir. Su accidente, la marcha de Shawn y luego un bebé recién nacido. Su madre ya había pasado por mucho y ahora lo menos que podía hacer por ella, era no hacer un berrinche.
Camila siguió mirando a su alrededor cuando su madre la sacó de la habitación del hospital. Quería ver si podía pillarla con las manos en la masa y sus acciones no pasaron desapercibidas para su madre.
—¿Estás bien, Camila? —Preguntó Sinuhe de nuevo. —Sí, mamá...
Su mamá y Lauren no solo le estaban haciendo favores, sino que también se esforzaban para que ella no se enterara. Se preguntó si habría estado bien si hubieran decidido confesarse, pero entonces recordó cómo Mathew habló de no herir su autoestima. No sabía cómo sentirse al respecto. Pero lo primero que quería hacer era vender su antigua casa para poder ofrecerle a su madre algo de dinero. De ninguna manera iba a aceptar toda esta ayuda gratis.
El pensamiento repentino de Lauren en su habitación del hospital cuando estaba llorando la inquietó. Después de saber que Lauren estaba cerca y que la miraba la tenía consciente.
Se preguntaba si Lauren realmente se estaba arriesgando, porque si este era el caso ella necesitaba hablar con Lauren y decirle de una vez que no está interesada. Puede que esté en deuda con ella, pero no puede dejar que se salga con la suya. Después de lo que pasó con Shawn ella sabía que no tendría suerte en el amor. No había manera de que ella pudiera involucrarse románticamente con alguien o incluso pensar en ello en este momento.
Solamente había una persona para ella ahora y ese era su bebé, Jack.

El regreso de mi ex (camren gip)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora